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PRIMICIA EN ETIOPÍA : EL REINO DEL PRESTE JUAN

Miquel Silvestre   Etiopía

Especial para Primicia

 

 

 

 

Un mito del medioevo fue el reino africano del Preste Juan, legendario territorio más allá del Sahara donde regiría un príncipe cristiano. Los exploradores europeos hasta el XVI persiguieron con ahínco un sueño que los avances geográficos desvanecían. Hasta que Bartolomé Díaz dobló el Cabo de las Tormentas en 1488 y abrió la ruta africana hacia las Indias Orientales que realizó por primera vez Vasco de Gama diez años después. Cuando los portugueses exploraron la costa este se toparon con el imperio del Negus, quien gobernaba una nación cristiana rodeada de musulmanes: Etiopía.

La única frontera abierta desde Sudán es la de Metema/Galabat. En la oficina de inmigración el funcionario lleva una cruz colgando del cuello. Muchas mujeres la llevan tatuada en la frente. La religión es omnipresente. El cristianismo llegó en el siglo IV gracias a misioneros sirios. Ocurrió durante el reino de Aksum, etapa de gran esplendor que se prolongaría hasta el siglo VII, época en que los árabes comenzaron su expansión militar. Con el ascenso de este nuevo poder hegemónico en la región, Etiopía quedó aislada de la Cristiandad.

LOS NIÑOS GATO

Los verdísimos montes están divididos en cuadrículas de labor. Aquí maíz, al otro lado cebada, más allá cebollas y pimientos. Esta zona alta es un vergel. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Etiopía ha sufrido una atroz deforestación para alimentar su creciente población de más de 75 millones de habitantes. Abundan los eucaliptos. Crecen rápido, dan mucha madera pero empobrecen el suelo.

La carretera es obligada

compartirla con burros, vacas y cabras. Revirada, atraviesa decenas de aldeas. Las casas están construidas con techo de paja y un armazón de madera sobre el que se aplasta barro para armar paredes. Hay gente por todas partes. Los niños corren detrás del motorista. Todos tienden la mano pidiendo dinero y de vez en cuando le arrojan piedras.

GONDAR

Gondar, conocida como el Camelot Africano. En el centro asaltan los típicos guías de ocasión para visitar el concurrido castillo de Fasilides, quien convirtió la ciudad en su capital en el siglo XVII. Fasilides era hijo de Susinios, el emperador amigo del jesuita madrileño Pedro Páez (Olmeda de las Cebollas 1564), enviado desde Goa junto a otro sacerdote. Disfrazados de mercaderes, su barco fue abordado por piratas yemeníes y obligado a recorrer a pie el inmenso desierto donde pasó esclavizado seis años antes de poder ser rescatado. Tras regresara Goa, conseguiría llegar a Etiopía en 1604.

LAS CATARATAS

Susinios le brindaría la oportunidad de visitar en las montañas Sahala las fuentes del Nilo Azul al sur del Lago Tana, hoy en la ruta principal a Addis Abeba y en las proximidades de las cataratas del “Agua que echa humo”, situadas a 30 kilómetros por una pista sin asfaltar de la agradable ciudad lacustre de Bahir Dar. Suceso que finalmente se produciría el 21 de abril de 1618.

“Y confieso que me alegré de ver lo que tanto desearon ver antiguamente el Rey Ciro y su hijo Cambises, el Gran Alejandro y el famoso Julio César.”, escribiría en su libro “Historia de Etiopía”.

GORGORA

El camino se torna grava durante cincuenta kilómetros. Una gran nube se asienta sobre el horizonte. Pronto adquiere una tonalidad ominosa, gris plomo, preñada de lluvia. Empieza a descargar. Enfilo la embarrada senda, atravieso otro poblado lleno de animales, de niños y de ojos curiosos, subo una loma y entonces lo veo. Al fondo, marrón y agitado, el Lago Tana. Una larga recta lleva hasta Gorgora, aldea de apenas un centenar de casas.

Poco después aparece otra señal. “Tim & Kim camping”. Un joven europeo con largo pelo rizado me recibe con una sonrisa. Es Kim, el holandés errante que gobierna este sencillo complejo para overlanders.

 LA CONVERSIÓN DE SUSINIOS

Durante la cena cuento que busco al “descubridor” español de las fuentes del Nilo Azul.

—Ah, Pedro Páez.—dice Tim.

Miro a mi anfitrión con sorpresa.

—¿Lo conoces?

—Sí—asiente—, me apasiona la historia de Etiopía.

La oscuridad nos rodea. Los mosquitos zumban obsesivos e inclementes.

—¿Sabes que Páez convirtió al catolicismo al emperador Susinios?.

Tim asiente.

—Esa conversión tuvo mucho que ver con la política. Susinios se las veía con un enemigo formidable: El Islam. Los portugueses eran un gran aliado, pero le  prestaron ayuda a cambio de admitir a los jesuitas en un territorio de tradición ortodoxa. Tras la conversión del emperador comenzó una guerra civil. Fasilides retornó a la ortodoxia y expulsó a los colonos portugueses.

—Pero al menos quedará el palacio que diseño Páez para Susinios—comento casi preocupado—. Páez vino a Gorgora varias veces para supervisar la construcción del complejo. En su última visita cayó enfermo. El 25 de mayo de 1622 murió y sus compañeros lo enterraron allí

LA TUMBA DE PÁEZ

El primer escollo es el puente caído. Vadeo un torrente cuyo cauce está lleno de grandes piedras. Estas rocas picudas y sueltas serán angustiosa constante. Proceden de la antigua calzada. Es como si un arado gigante hubiese clavado su metal en mitad de la vía para arrancar las piedras dejándolas en la peor posición posible. A veces solo queda una estrechísima vereda por la que apenas puede pasar una persona, una vaca, un burro o un par de cabras.

Alcanzada una meseta, admiran las asombrosas vistas. El lago estará a unos 10 kilómetros sobre los que se extiende una sucesión de suaves colinas, exuberantes en sembrados, bosques y granjas. Al fondo se erige una montaña sobre la pequeña península. Sobre mi sobrevuelan las rapaces, verdaderas señoras de los cielos de Etiopía.

Comienza la última ascensión. Al paso abierto en la maleza no se le puede llamar siquiera camino. Clavo las botas sobre las estriberas, me yergo sobre la moto y acelero. La selva nos traga. Encuentro en pie el esqueleto del palacio y los restos de un torreón. Alrededor yacen esparcidas las piedras que forjaron los muros de la iglesia. Los labriegos las usan para construir sus casas. Apenas queda una arcada con celosías portuguesas.

Nada recuerda al jesuita. El inglés Speke tiene una placa en el Lago Victoria de Uganda como descubridor de las fuentes del Nilo Blanco. Páez un agujero negro en un lugar remoto. Cuán diferentes son las naciones en el trato dispensado a sus hijos.

ROSTROS INFANTILES EN ETIOPÍA

REQUISITOS ENTRADA

 

Visado obtenido en embajada. 20 dólares.

Carne du Passage expedido por el RACE.

MONEDA.

1 euro=23 birrs.

COMIDA TÍPICA

Injera y tibs: torta de pan ácido sobre la que se vierte carne muy especiada.

DONDE DORMIR:

Gondar: Hotel Ghoa. ghion@ethionet.et Buenas vistas sobre la ciudad, limpio, Internet. 50 euros.

Bahir Dar. Hotel Ghion. ghionbd@ethionet.et15 euros. Algo decrépito pero céntrico y bien situado a orillas del Lago Tana.

Gorgora: Camping Tim & Kim. timandkimvillage@yahoo.com Lodges sin agua corriente. 15 euros. Idílica situación. Ambiente viajero.