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NORMAS DEL CORRECTO ESPAÑOL: LOS PAPAS NO ABDICAN NI DIMITEN

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 Nunca un papa abdica ni dimite

 

 

JAIRO CALA OTERO

Especial para Primicia

 

 

Hay terminologías precisas para muchas ocupaciones. Como es el caso del clero. Y cuando se desconoce la terminología de cada sector, se cae fácilmente en errores.

 La reciente renuncia del papa Benedicto XVI (no le extrañe la pe minúscula en ‘papa’, porque ahora es así), ha servido para descubrir errores entre periodistas, funcionarios, creyentes y gente del común a la hora de escribir algunos términos.

 El primero de tales errores es el relacionado con la decisión del alemán Joseph Ratzinger de declinar el cargo de pontífice de la Iglesia católica. Como ese  no es un nombramiento común y corriente, como el que hace un alcalde o un gobernador, sino el fruto de una elección de alto nivel por un cónclave de cardenales, el retiro de quien lo ostenta tiene unos requisitos, entre otros, ese que Benedicto XVI expuso: estar en malas condiciones de salud para dirigir espiritualmente la grey católica. En esos casos, renuncia libremente, como él lo hizo.

 Nunca un papa abdica ni dimite. Cuidado, pues, con estos dos términos: abdicar y dimitir, porque no son sinónimos de renunciar.

 Abdicar es ceder un cargo a otra persona. Este no es el caso, pues el papa Benedicto XVI deberá ser remplazado mediante el mismo método por el que él fue escogido: por votación mayoritaria en el cónclave de cardenales. No le cederá el pontificado a nadie.

 Dimitir es declinar un empleo o una comisión. El papa no es un empleado ni está en comisión. Es un líder espiritual elegido por los cardenales de su Iglesia. Por esas razones, solo puede renunciar. O fungir de papa hasta morir.

 Ahora bien. Cuando ya no esté ejerciendo el pontificado se lo podrá llamar el expapa, que es un término correcto. La palabra ‘expapa’ dice que quien era papa ha dejado de serlo, como será el caso de Benedicto XVI desde el 28 de febrero, cuando su renuncia se haga efectiva.

 Lo que no es correcto es escribir ex─papa (con guion), como en algunos periódicos europeos se escribe ese vocablo. Como la palabra expapa está bien formada, lo que manda la norma ortográfica es que ese prefijo (ex) se escriba unido a la palabra base (papa, en este caso). Luego: el expapa Benedicto XVI, no el ex papa Benedicto XVI ni el ex-papa Benedicto XVI.

 «La denominación expapa es compatible con cualquiera otra que la Iglesia decida otorgar, como obispo emérito de Roma o papa emérito», ha dicho la Fundación del Español Urgente, aliada de la Real Academia Española de la lengua.

 Ahora sorpréndase amigo lector. Según sostiene el sacerdote colombiano Alfonso Jaramillo «no es requisito ser sacerdote, ni haber sido consagrado obispo y mucho menos cardenal para ser papa. Cualquier persona, sin más requisito que el de estar viva y ser católica, puede ser elegida papa, ya después a cada quien le compete aceptar o no esa elección».

 Lo remoto de tal posibilidad es que los cardenales quieran optar por escoger el remplazo del papa entre alguien por fuera de su núcleo. Pero que puede ser un lego, puede serlo.