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¡ADIÓS, MAESTRO GABO!

?????????????????????El maestro Gabriel García Márquez ha dejado en cada una de sus obras, un pedazo de la realidad de América Latina.

Jairo Cala Otero

Bucaramanga

Primicia

Baste citar algunos de sus brillantes pensamientos para tributarle a Gabriel García Márquez un sentido homenaje post mortem.

Y para recabar que su premio, conseguido con tesón, no es la insignia para un novel (inexperto), sino para un Nobel (con trayectoria y esplendor). Por ello, no sobra insistir en la pronunciación apropiada de tal vocablo, que muy pocos hacen bien.

Nobel es palabra aguda, su acento tónico (énfasis en el tono) recae en la última sílaba (bel); pero no lleva tilde, porque termina en consonante distinta a N, S o vocal. Así lo señala la regla ortográfica, tan esquiva para muchos.

En cambio, novel es palabra grave o llana pues su acento recae en la primera sílaba (no). Significa persona sin experiencia, y esos no son los casos de quienes reciben el premio que otorgan la Academia Sueca y la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Lamentablemente, locutores, presentadores, periodistas, políticos, magistrados y hasta el presidente de la República pronuncian esa palabra (Nobel) con acento en la primera sílaba, con lo que incurren en yerro pues califican de inexperta a la persona a quien se refirieren como titular del premio sueco.

Ese es un apellido, lo llevaba Alfred  Bernhard Nobel (Estocolmo, 21 de octubre de 1833 – San Remo, 10 de diciembre de 1896). Fue químico, ingeniero, inventor y fabricante de armas sueco. Por él es que aquel codiciado premio lleva su identidad.

Ahora sí el pensamiento diverso de Gabo:

«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla». (Vivir para contarla).

«El día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo». (El otoño del patriarca).

«El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad». (Discurso ante la quincuagésima segunda -52- asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, 7 de octubre de 1996).

«Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la Tierra». (La mala hora).

«No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad». (Del amor y otros demonios).

«(…) entiendo que un intelectual es una persona que tiene ideas preconcebidas que trata de adaptar a la realidad». (El mundo según Gabriel García Márquez).

«La fuerza invencible que ha impulsado al mundo no son los amores felices, sino los contrariados». (Memoria de mis putas tristes).

«Creo que Colombia está aprendiendo a sobrevivir con una fe indestructible, cuyo mérito mayor es el de ser más fructífera cuanto más adversa». (Mensaje de Gabo con ocasión de los 200 años de la Universidad de Antioquia)

«Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero solo soy el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar porque sé que no se pueden creer». (Boletín cultural # 158. Madrid, 1995).

«Los costeños somos la gente más triste del mundo». (Gaceta de Colcultura, 1981).

«… comencé a ser escritor en la misma forma que me subí a este estrado: a la fuerza». (3 de mayo de 1970 durante un discurso en Caracas, Venezuela).

«Nunca, en ninguna circunstancia, he olvidado que en la verdad de mi alma no soy nadie más, ni seré nadie más, que uno de los dieciséis hijos del telegrafista de Aracataca». (El olor de la guayaba).

«Toda buena novela es una adivinanza del mundo». (Revista Nacional de Cultura).

«La novela es como el matrimonio: se lo puede ir arreglando todos los días… Y el cuento es como el amor: si no sirvió, no se puede arreglar». (Al publicar Crónica de una muerte anunciada).

«En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte». (Discurso de aceptación del Nobel, Suecia, 1982).

«La ética debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón». (Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa ─SIP─, 7 de octubre de 1996).

«Me considero el mejor amigo de mis amigos, y creo que ninguno de ellos me quiere tanto como yo quiero al amigo que quiero menos». (El olor de la guayaba).

El maestro Gabriel García Márquez ha dejado en cada una de sus obras, un pedazo de la realidad de América Latina.