Fred Emiro Núñez Cruz
Columnista
Primicia
Los intereses de una agremiación llamada FIFA fueron más fuertes que las piernas y el talento de la mejor selección del mundial Brasil 214, según todos los entendidos a nivel orbital, la que fue despedida de la cita carioca a punta de pito. Por fortuna el equipo de Colombia, que unió como nunca a toda la nación, despertó empatía, aplausos, admiración y respeto. Esto se evidenció en las reacciones del periodismo mundial que no escatimo esfuerzos y dejaron de lado sus matrículas propias para expresar su desacuerdo con el pillaje de la máxima rectora del balompié. Para mí, FIFA traduce fuerza inimaginable de farsantes asociados, un grupillo atestado de mafiosos mal pensantes que arrodillan a todas repúblicas para manosearlas, atisbarlas y timarlas cuando bien les viene en gana. Basta con examinar la sanción a Luís Suárez de Uruguay a quien le impidieron ingresar a los estadios como si se tratara de un delincuente internacional, violándole todos sus derechos de libre movilización; más allá de un mordisco, conducta antideportiva, los derechos humanos fueron pisoteados por una entidad que pregona el juego limpio y el antirracismo pero que no da ejemplo de aplicación.
Dese cuando la FIFA manda más que un presidente o jefe de estado, desde cuando esta mal parida guarida tiene licencia de corso para burlarse y mancillar a pueblos enteros, quién dijo que el deporte de multitudes, fenómeno de todos os tiempos, debe quemarle incienso a un monstruo de seis cabezas, que nos garantiza que estamos regidos con transparencia y pulcritud; son muchas las preguntas sin respuesta, total la FIFA es sinónimo de lo incorrecto. Ahora bien, la selección de Brasil como tal, distante de la verde amarilla de los setentas y otras más, no tiene la culpa del contubernio que asesinó el juego bonito de Colombia, y más bien aplaudamos el gesto de varios de sus estandartes que no se avergonzaron de reconocer en su propia casa a nuestros puros criollos con su inmenso presente, en cabeza de David Luís que pedía a un estadio atestado con su torcida que aplaudieran a James Rodríguez y compañía. No perdimos nada, ganamos muchísimo, pero con toda seguridad el Mundial se privó de seguir disfrutando del nuevo ensueño suramericano.
El torneo sigue su curso con Brasil, Argentina, Holanda y Alemania nombres ilustres de todos los mundiales, selecciones que en su itinerario tienen la sombra de Colombia que esperamos sea superada, lo dudo, en su fútbol, talento, clase y acertada combinación de experiencia con juventud. Nuestra hermosa selección ya llegó a casa, y fue recibida con los honores propios de héroes, titanes y valientes. El recorrido desde el aeropuerto Internacional ElDorado, subiendo por la calle 26 y luego por la avenida calle 68 al Norte hasta llegar al parque Simón Bolívar fue un río humano que llevó la caravana frente a más doscientas mil personas que aplaudieron y vivaron con desenfrenado orgullo y emoción a los comandados por Don Néstor Pékerman. Gracias a Canal Capital, Canal Caracol. RCN televisión, Cable Noticias, noticieros y programas especiales que también son responsables de las alegrías vividas por la gesta histórica de 23 guerreros.
Tenemos nuevos retos futbolísticos y sin temor a equivocarme vendrán momentos de gloria y júbilo. Ayer domingo se adelantó el 20 de Julio con el ondear de la tricolor, un flamear futurista que nos anima a seguir trabajando por una Colombia más grande y generosa. GRACIAS SELECCIÓN COLOMBIA, ORGULLO NACIONAL.