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EL CAUCA: LÍDER DE LA MALA CALIDAD EDUCATIVA

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Se rajó la educación en el Cauca en las pruebas Saber Pro 2014, ocupamos  el puesto 27 en el ranking entre 32 departamento

Álvaro Jesús Urbano Rojas.

Se rajó la educación en el Cauca en las pruebas Saber Pro 2014, ocupamos  el puesto 27 en el ranking entre 32 departamentos. Nuestra educación  por su pésima calidad está en cuidados intensivos, requiere con urgencia de una total reingeniería, pues corresponde a épocas cuando lo importante era el saber, más no el ser  y el hacer.

Necesitamos una educación que fomente la capacidad reflexiva del pueblo caucano ante el acaecer humano a través de las categorías de espacio y tiempo. La cognición moderna implica  el desarrollo de competencias para el pensamiento crítico, el lenguaje, la percepción, la memoria, el razonamiento, la atención, la resolución de problemas, la toma de decisiones, que forman parte del desarrollo intelectual y de la experiencia. Se debe educar para la vida y no para ser un ilustrado desempleado.

Agudiza la crisis educativa la nueva estructura de la familia caucana, por su desarraigo y desplazamiento del campo a los centros urbanos, asoladas por los actores armados y sometidas a las políticas proteccionistas que  incentivan su desproporcionado crecimiento, pues entre más hijos nacen, más subsidios reciben, generando mayor deuda social e incremento del gasto público, cuya indigencia los hace víctimas de la corrupción y la politiquería, pues son electores que votan motivados por subsidios precarios para su congrua subsistencia.

Es culpable el Estado por la ausencia de políticas públicas de fomento agropecuario, muchas familias campesinas son forzadas a sustentar sus ingresos en cultivos de uso ilícito y el tráfico de estupefacientes, ellas emigran a Popayán como población emergente, en busca de mejores niveles de vida. Los hijos de estas familias, víctimas del desarraigo y la discriminación, acuden al pandillismo para su protección y empoderamiento comunitario, con comportamientos antisociales, vandalismo e intolerancia, inobservancia de los manuales de convivencias, irrespeto e intimidación a los maestros, matoneo, hurtos, extorsiones, microtráfico, consumo de droga y alcohol, destrucción de bienes institucionales como forma primitiva de inconformidad;  conflictos que llegan a adquirir cierto nivel  de gravedad pues degeneran en acciones criminales o suicidios.

Los colegios privados al  alcance de familias  económicamente estables, reducidas en tamaño en relación al número de hijos, tampoco escapan a la crisis educativa. Muchas de ellas sostenidas por mujeres profesionales cabezas de hogar, con  nuevos roles al incorporarse al mercado laboral, delegando la crianza y cuidado de los hijos en otras manos, y no en pocos casos,  asumiendo  el sustento y educación de los hijos al ser madres solteras o abandonadas por cónyuges irresponsables, cuya connotación forma jóvenes rebeldes, afectados por resentimientos y externalidades culturales que los subsume en una deprimente pobreza de valores humanos y espirituales, al arbitrio de la drogadicción y el alcoholismo, cuyos acudientes relegan sus responsabilidades dejándolos al amparo exclusivo de las instituciones educativas.

También lo son las comunidades indígenas que administran directamente el servicio educativo,  todas sus instituciones educativas están catalogadas en un nivel inferior, ellas en su afán de defender su cultura propia y cosmovisión, no pudieron liberarse de los rezagos de  subordinación y sometimiento de la mujer al exacerbado machismo, brutalidad  e ignorancia en la discriminaciones de género, con embarazos a edad temprana y violencia intrafamiliar; usos y costumbres que  paradójicamente permanecen  intactos con el beneplácito e indiferencia de nuestro anquilosado y corrupto sistema de justicia.

Son culpables los malos docentes, sin vocación, refugiados en el magisterio por necesidad o por tener palanca política, a pesar de que odian dictar clases, lo hacen sólo por dinero, se incapacitan  o auto-amenazan y abandonan con frecuencia los salones de clase, llegan enguayabados o alcoholizados. Los hay también pervertidos que acosan y manosean, los que trafican con las evaluaciones, los que se venden por dinero u otras dadivas. Los que hacen «bullying», se burlan o insulta. Son culpables también aquellos que sin estar legitimados, obtienen fuero sindical para deshacerse de su carga académica, dejan de trabajar pero con sueldo. Para su fortuna, son intocables están protegidos por las normas de estabilidad laboral y si se investigan, terminan convertidos en víctimas del sistema.

Todos somos responsables de la mala calidad educativa, es urgente su total reingeniería  para que la educación se constituya en una categoría de mejoramiento y potenciación del nivel de vida de nuestra comarca, sólo lo lograremos  con la  participación activa de los estamentos y los diferentes actores sociales, asumiendo acciones urgentes con responsabilidad social, capaz de trascender lo puramente coyuntural y efímero.