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“LOS TLC DESINDUSTRIALIZARON AL PAÍS”: SAULO ARBOLEDA

des Arboleda Gómez destacó que en solo dos meses el peso se ha devaluado en 12%, ubicando el dólar a $ 2160, lo que encarecerá los bienes importados y hará más oneroso el pago de la deuda externa que llega a 100 mil millones de dólares; todo indica que dados factores externos como la recuperación económica en Estados Unidos, el regreso de capitales golondrina y la caída en los precios del petróleo, el dólar ya no bajará de este nivel.

 

Franz Serrano Pedraza

Especial para Primicia

 

“Los Tratados de Libre Comercio, TLC, cambiaron  radicalmente nuestro modelo de desarrollo, relegando al sector industrial en beneficio del sector de materias primas y productos básicos, y de servicios, lo que condujo a la desindustrialización, pues la industria pasó de ser el 22% del PIB, a solo el 12%; y crece por debajo del PIB general, a veces negativamente”, dijo el exministro Saulo Arboleda en el Foro Incidencias del TLC Entre Colombia y  Corea del Sur” organizado en Ibagué por la Caja de Compensación Familiar del Tolima COMFATOLIMA, con la participación del ex ministro de desarrollo y académico Darío Londoño Gómez y el escritor e internacionalista Gerney Ríos González.

“Corea del Sur es un competidor directo más eficiente y con mayor productividad – aún frente a  la Unión Europea y Estados Unidos –  que nuestros productos industriales, como metalmecánicos, siderúrgicos, confecciones, autopartes, automotores, manufacturas de cuero, textiles, calzado y plásticos”, agregó Arboleda Gómez; y explicó: la inestabilidad y decrecimiento de la industria y de la agroindustria, podrían sentirse con más intensidad, a medida que avance la desgravación arancelaria y se desmonten otros mecanismos de protección en los TLC suscritos con la Unión Europea, Estados unidos, Alianza Pacífico y Corea del Sur”.

Recordó que ante las duras críticas de empresarios de los sectores citados que se consideran afectados con este TLC, el pasado 18 de junio el Congreso archivó el proyecto de ley que presentó el Gobierno para aprobar el TLC con Corea del Sur, firmado el 21 de febrero de 2013; se volvió a presentar, Gobierno y Congreso convocaron a tres audiencias públicas previas, en diferentes ciudades del país. De ser aprobado, el TCL con Corea del Sur, será ley de la República a mediados del próximo año. Después, vendrá la revisión por parte de la Corte Constitucional; y si supera este último trámite, entraría a operar en 2016.

Arboleda afirmó: “la política de sustentar el desarrollo  en materias primas, funcionó bien cuando China, gran consumidor de “comodities” crecía a tasas superiores a 8%; y sus compañeros del grupo “BRICS”, es decir, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, por ser líderes mundiales en el crecimiento de sus economías, eran intensivos compradores de nuestras materias primas, como petróleo y  carbón, a precios records”.

“Ahora, ante la caída libre de los precios del petróleo y de los productos básicos, que afectan las finanzas públicas y el crecimiento, se invoca la “reindustrialización” como solución. Ojalá no sea tarde”. Destacó que “la demanda doméstica de bienes y servicios ha mantenido su gran dinámica, como lo demuestra el sector automotor: el mercado total crece, pero decrece el de los vehículos ensamblados en Colombia con mano de obra y autopartes nacionales”.

En este sobreviniente escenario, particular cautela se deberá tener si se inician las anunciadas negociaciones de TLC con Japón y China, que, aun ante economías más desarrolladas y más competentes, como las de Estados Unidas y la Unión Europea,  ha penetrado sus mercados, gracias a mejores precios y óptima calidad, dijo el expositor.

Arboleda Gómez destacó que en solo dos meses el peso se ha devaluado en 12%, ubicando el dólar a $ 2160, lo que encarecerá los bienes importados y hará más oneroso el pago de la deuda externa que llega a 100 mil millones de dólares; todo indica que dados factores externos como la recuperación económica en Estados Unidos, el regreso de capitales golondrina y la caída en los precios del petróleo, el dólar ya no bajará de este nivel.

La siguiente es la conferencia de Saulo Arboleda Gómez, expresidente de Asomedios y Renault – Sofasa:

“En el mundo globalizado de hoy, que avanza en la eliminación de barreras geográficas, comerciales y  políticas, Colombia debe integrarse en términos equitativos a través de Tratados de Libre Comercio, TLC, con diferentes regiones y países del mundo.

Ello es más necesario, puesto que, aún con los datos de años recientes, que muestran un repunte en nuestras exportaciones, cifradas en un promedio de casi US $ 60 mil millones año, tenemos baja vocación exportadora; Colombia exporta solo el 14.4% de su Producto Interno Bruto PIB, frente a 21,2% de Perú y 32.8% de Chile.

 

En el proceso de transición de una estrategia  de desarrollo de mediados del pasado siglo, basada en la sustitución de importaciones, a una de apertura comercial, iniciado en la década del setenta, hoy en pleno vigor, Colombia ha suscrito 14 TLC lo que de paso ha traído un revolcón en su modelo de desarrollo económico y social.

En efecto, el sector secundario que transforma materias primas en manufacturas agroindustriales e industriales; que genera empleo calificado y valor agregado en sus productos; que era líder tradicional en el aporte al crecimiento de nuestro PIB, y al bienestar social, fue desplazado por el sector primario –minería y productos básicos- y por el terciario, dedicado a los servicios.

Este nuevo panorama se refleja en que el sector manufacturero que antes aportaba el 21% al PIB nacional, hoy ha reducido su participación a un escaso 12%.

Colombia enmarca su decisión  de firmar TLC, en su objetivo de estrechar lazos comerciales externos y de atraer inversión extranjera, en busca de acceso preferencial de sus bienes y servicios, a otros mercados. Así, fortalece su inserción en la economía mundial a fin de lograr nuevas alternativas de comercio para sus productos.

Y en este marco, Colombia debe mirar hacia el  Pacifico, zona en la que Corea del Sur es actor principal. Su participación en esta zona es conveniente y necesaria y se constituye en un paso hacia su incursión efectiva en la región “Asia Pacífico” que se perfila como eje esencial de la economía global en este siglo.

Este escenario explica por qué Colombia firmó el tratado comercial “Alianza Pacifico” ya en marcha, que integra con México, Chile y Perú, bloque con 210 millones de habitantes que reúne  el 26% de la inversión extranjera directa en  América Latina.

De entrada, el 90% de los productos de esta alianza gozará de libre circulación con cero aranceles; y el 10% restante, tendrá una desgravación total en 7 años.

Con la apertura hacia el Pacifico, se diversificarán  los destinos de nuestras exportaciones de las que hoy,  solo el 5% va a Asia-Pacífico, mientras que Chile envía el 34%, y Perú el 22%.

Además debe anotarse que México y Chile hacen parte de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica, OCDE, selecto y poderoso grupo político y económico mundial, al cual Colombia formalmente solicitó su ingreso.

También como parte esencial de su estrategia de acercamiento a Asia, Colombia ha querido ingresar al “Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico”, APEC, que inició actividades en Camberra, Australia, en 1989 y es un mecanismo de concertación regional e intergubernamental, compuesto por 21 economías de las cuales se destacan China, Taipéi, Corea del Sur, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, Rusia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Australia, Nueva Zelandia, Nueva Guinea, Canadá, Chile, Estados Unidos, México y Perú.

El Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur se enmarca entonces, en el necesario propósito de Colombia de acceder con sus productos y servicios en condiciones  favorables a los mercados de los países asiáticos y así, estrechar equitativos lazos comerciales con estas naciones, que para el 2040  representarán el 66% del PIB mundial.

NEGOCIAR EN TÉRMINOS DE EQUIDAD

Desde luego, condición esencial en los TLC es saber defender y aprovechar las ventajas comparativas del país y concretar acuerdos equitativos. En la negociación del TLC con Corea del Sur, empresas industriales y agrícolas, organizaciones gremiales y sectores sindicales colombianos, expresaron razonables críticas ante el temor que sus empresas intensivas en capital y en mano de obra, no puedan competir abiertamente con los del país asiático, frente al cual presenta ostensibles  desventajas comparativas.

En el caso industrial, Corea del Sur es un competidor directo de nuestros productos manufacturados, como metalmecánicos, confecciones, vehículos, autopartes y textiles;  y en el agrícola, tiene proveedores de regiones más cercanas geográficamente y con mayores estímulos y mejores índices de productividad y eficiencia que Colombia.

Geopolíticamente, el TLC con Corea del Sur podría traer también un acercamiento más concreto al APEC, del cual Corea es socio fundador. Es también clave pertenecer de manera efectiva al APEC para consolidar la relación comercial con estos países, obtener cooperación internacional, jalonar nuestro desarrollo empresarial y atraer mayores flujos de inversión extranjera, lo que contribuirá a generar nuevos empleos.

No obstante, la  iniciativa de abrir nuestras puertas del comercio a través de  TLC con países de mucho mayor grado de desarrollo que el de Colombia, autoabastecedores de tecnologías modernas, con mano de obra mucho más capacitada y mucho más económica, como es el caso de Corea del Sur, exige una seria y acertada negociación, pues son grandes los intereses colombianos de carácter económico, financiero y social que se ponen en riesgo y pueden afectarse.

Además hay que anotar que en la agenda exterior de Colombia figura también suscribir TLC con China y con Japón.

Si esta iniciativa se concreta es indudable que en el caso de China especialmente, no estarán en capacidad de subsistir los sectores industriales, y agrícola colombianos, por la enorme ventaja comparativa que en costos laborales y  financieros, acredita el “gigante asiático”.

Es incuestionable la capacidad de China de incursionar y desplazar a través de mejores precios de sus productos con óptima calidad, a mercados domésticos de regiones y países aún con mayor grado de riqueza y desarrollo como la Unión Europea y Estados Unidos. Ello, ha prendido las alarmas y ha sido objeto de quejas, demandas y reclamos por representantes de estas dos potencias mundiales ante la Organización Mundial de Comercio, OMC.

Pero de otro lado, hay quienes con razón -y eso sí, en condiciones equitativas-afirman que los TLC funcionan mejor para Colombia si se suscriben con países de mayor riqueza y  grado de desarrollo, para aprovechar su alta capacidad de consumo y la trasferencia de tecnologías e inversiones.

¿POR QUÉ EL TLC CON COREA DEL SUR?

Es un país que  ha tenido una evolución rápida y sostenida en su crecimiento económico. A mediados del pasado siglo era una nación de incipiente desarrollo, pero a base de  disciplina, investigación  y gran capacidad de trabajo, está colocada hoy a la altura de los países más desarrollados, según estos contundentes indicadores:

  • En 2013, su PIB se ubicó en el puesto 15 a nivel mundial, superior en 3,2 veces a USD 382 mil millones de  Colombia.
  • El promedio de crecimiento de su economía en el período 2014-2017 se estima en 3,9% anual, apoyado básicamente por la demanda doméstica.
  • Es un exportador neto de capital y líder en innovación.
  • Su población, de 50 millones de personas, tiene una alta capacidad adquisitiva.
  • Su PIB per cápita en 2013 alcanzó USD 33.189, similar a la Unión Europea como región, y superior cuatro veces al nuestro, USD 8.025.
  • Es un mercado con gran capacidad de compra que en 2013 importó bienes por USD 515.573 millones, y lo ubicó en el noveno lugar a nivel mundial y supera 9 veces, los  USD 59.397 de Colombia.
  • Per cápita, las importaciones coreanas llegaron a USD 10.266, mientras que las de Colombia se ubicaron en USD 1.260.
  • En 2013 las exportaciones colombianas a Corea del Sur totalizaron USD 230 millones. Los principales productos exportados fueron: café, ferroníquel y chatarra de cobre, aluminio, hierro y acero. Estos tres grupos de productos representaron el 56% de las ventas totales. También se exportaron cueros, pieles, bolsos, azúcar y flores.
  • Corea es el segundo de la región asiática en inversión extranjera en Colombia detrás de Japón.
  • Así mismo, las canastas importadora y exportadora de Corea y Colombia son complementarias. Principalmente, Corea del Sur exporta productos industriales, 88% del total. Y las exportaciones de  Colombia se concentran en minero-energéticos, 73% del total.
  • En este contexto, las importaciones de Corea en 2013 fueron en su mayor parte autopartes y vehículos automotores, por USD 538 millones, que representaron el 41% del total, seguido por maquinaria y equipo (23%), química básica (22%) y productos metalúrgicos (7%), entre otros.

El comercio bilateral entre Colombia y Corea del Sur mostró un creciente dinamismo en la última década, al pasar de USD 388 millones en 2003 a USD 1.444 millones en 2013. O sea, se multiplicó 3,7 veces. Sin embargo debe observarse que estas cifras significan para Colombia un enorme déficit en su balanza comercial,  pues el 85% (USD 1.296 millones) fueron compras a Corea y solo el 15% (USD 230 millones) despachos de Colombia.

En lo que se refiere a países de similar grado de desarrollo a Colombia, como Chile y Perú que ya tienen TLC con Corea, su experiencia ha sido positiva pues en sólo 4 años las ventas agrícolas de Chile a ese mercado se multiplicaron casi 4 veces. 

INCIDENCIAS

El TLC con Corea del Sur tuvo en cuenta, de un lado, la necesidad de suministro a la industria colombiana de insumos y materias primas que no produce, por un proveedor competitivo de talla mundial; y de otro lado, las sensibilidades de la producción nacional, para lo cual se asignaron períodos de desgravación más largos a estos productos.

La importancia de este TLC para Colombia puede ser una relación preferencial y permanente con un país que se constituye en actor clave en la economía mundial; además, es fundamental para la atracción de inversión en sectores de alta tecnología.

De acuerdo con el estudio de Fedesarrollo “Análisis de factibilidad de un Tratado de Libre Comercio de Colombia y Corea” el PIB real a precios de mercado se incrementaría en un poco más de 0,5% como resultado de la entrada en vigencia del TLC.

Para identificar productos en los cuales Colombia podría tener oportunidades en el mercado coreano, el Ministerio de Comercio hizo un ejercicio que consistió en cruzar las importaciones mundiales de Corea del Sur con las exportaciones de Colombia.

El resultado indicó qué países similares al nuestro ya venden productos a Corea que para Colombia es factible venderle cuando el TLC esté vigente. Entre otros, estos productos son: preparaciones alimenticias, confecciones, manufacturas de cuero, carne de bovino, lácteos, tabaco y frutas. 

Así mismo, teniendo en cuenta que  el mercado colombiano crece por encima del promedio mundial, para Corea el TLC con Colombia es la oportunidad de mantenerse en un campo de juego nivelado con sus competidores principales (Estados Unidos y la Unión Europea) con quienes ya Colombia tiene en operación sus respectivos TLC.

La reducción y eliminación de gravámenes y barreras no arancelarias a las exportaciones colombianas hacia Corea del Sur, hará más competitivos nuestros productos industriales y agrícolas, al acceder a un mercado de alto poder adquisitivo, con vocación importadora.

Así mismo, el TLC permitirá mejor acceso de la industria colombiana a insumos y materias primas por un proveedor de talla mundial, así como un entorno previsible para  mayores inversiones productivas. También será motor en nuevas inversiones en áreas claves para nuestra competitividad, como infraestructura vial, energética y de comunicaciones.

El mayor beneficio para el sector productivo colombiano,  puede ser la eliminación de barreras al comercio agrícola, en un mercado altamente protegido para nuestros productos exportables; y así mismo, acordar condiciones adecuadas para nuestros productos sensibles frente a la mayor competencia derivada de este TLC.

En cuanto a los intereses exportadores coreanos, estos se concentran en el sector industrial. Particularmente su fuerte son electrodomésticos, siderurgia, automóviles, textiles y algunos productos petroquímicos.

Así, acogiendo las observaciones de los empresarios, los productos industriales coreanos que compitan con sus similares colombianos, ingresarán con graduales reducciones arancelarias, en función de la sensibilidad especifica correspondiente frente al país asiático y actuando de manera más rápida en materias primas.

Corea permitirá que el total de la oferta exportable industrial colombiana ingrese a ese mercado en poco tiempo, libre de aranceles, pues se acordó que se desgrave de forma inmediata el 98% de las líneas ídem industriales y el restante 2% se desgravará en máximo 5 años.

Específicamente los plazos para el sector industrial colombiano, que es el más sensible en este TLC y que mayores prevenciones generó,  quedaron así:

Por no existir producción nacional, desde el inicio del Tratado, el 26% de las importaciones de Colombia ingresará libre de gravámenes. Entre estas se encuentran maquinaria, ciertas autopartes,  resinas, productos siderúrgicos y  químicos y algunos productos farmacéuticos.

En 5 años ingresará un 18% adicional. En este segmento están: neumáticos, autopartes y otros productos siderúrgicos, así como pequeños electrodomésticos, diferentes de línea blanca.

En 7 años ingresará el 6%, básicamente resinas petroquímicas, manufacturas de hierro, químicos, pilas y baterías, entre otros.

En 10 años se concentra el 44% de la producción industrial que mayor grado de amenaza presenta frente a sus similares coreanos, correspondiente a automóviles, camiones y algunos electrodomésticos.

Finalmente en 12 años ingresará el restante, básicamente refrigeradores y congeladores, conocidos como “línea blanca”.

Vale la pena recordar que la presencia industrial coreana en nuestro país se refleja en varias reconocidas marcas y nombres comerciales, como Samsung, Hyundai, Daewoo, LG Electronics, Posco, Poongsan, Golden-Oil y Skizen, que corresponden a los sectores de automóviles, electrodomésticos, acero, minería y petróleo, productos no ferrosos y telefonía celular, entre muchos.

Sobre agroindustria, cabe recordar que Corea tiene altas tasas de protección arancelaria que se irán eliminando para nuestras exportaciones. Dentro de los productos de interés exportador que podrán ingresar al mercado Coreano con acceso preferencial están café, flores, banano, frutas, hortalizas, tabaco, cigarrillos, azúcar, alcohol etílico, etanol, carne y despojos de bovino, carne de cerdo, avicultura, lácteos y derivados, confituras, mermeladas, jugos, galletas y confites.

Corea accederá a nuestro mercado, en el 95% del universo arancelario del ámbito agrícola OMC;  a pesar que Corea ha sido un país cerrado en agricultura, Colombia  logró una aceptable negociación para sus exportaciones en derivados de café, productos de confitería, panadería, molinería y conservas.

Los intereses exportadores de Colombia quedaron incluidos, en un paquete agrícola superior al ofrecido a países como Perú, Chile, Vietnam, Indonesia e India.

Se concretó el acceso preferencial en todos los productos del agro de interés exportador, como carne deshuesada, lácteos,  quesos, avicultura, flores, frutas, hortalizas, café y sus productos, preparaciones alimentarias y jugos de frutas, entre otros. Colombia ya está exportando algunos de estos productos a Corea y se espera que aumente las ventas al eliminarse los actuales aranceles. 

En cuanto a importaciones lácteas, como lacto-sueros, quesos, arequipes y leche descremada, que son las más sensibles para la producción colombiana, la eliminación de aranceles tendrá plazos entre 10 y 16 años. Para las bebidas lácteas la desgravación es inmediata.

Respecto del sector industrial hay dos caras: una, Corea es proveedor de materias primas para numerosos sectores de la industria nacional. Por ejemplo, provee compresores y material ABS, incorporados en electrodomésticos ensamblados en Colombia. Con el TLC, estas materias primas llegarán con precios más favorables.

La otra es la  gran preocupación por una eventual invasión de productos industriales terminados a precios más atractivos que los ofrecidos por las industrias nacionales, dentro los que se destaca los vehículos, pues Corea hace parte de las grandes ligas productoras mundiales de automotores.

Por ello, en este marco de desventaja que enfrentará la industria automotriz se pactó una desgravación gradual lineal hasta de 10 años frente a Corea, para buscar ajustar el sector a una mayor competencia. O sea una vez entre en vigencia el TLC, el arancel de 35% se reducirá gradualmente en 10 cortes de 3,5% cada año.

A quienes consideran que el TLC con Corea del Sur, haría bajar los precios de los carros, habría que decirles que el precio de los vehículos está dado por un conjunto de variables. Una principal, es el arancel. Pero también tiene gran incidencia la tasa de cambio.

Al respecto, en los últimos 5 años y hasta hace solo 3 meses,  la cotización del dólar  no superó los $ 1880, lo que benefició el mercado de bienes importados, tanto electrodomésticos como automotores.

En el caso automotor, la revaluación del peso –mucho más que el arancel- explica que en los últimos años se hayan roto records en el mercado nacional, cuya mayor cifra bordeó las 320.000 unidades en 2011.

Esta alta cifra es muy probable de superar en el presente año, debido a un factor esencial de cierto modo contradictorio, que estimulará más, por corto periodo,  la demanda: el largo tiempo de un dólar barato, no superior a $1880, concluyó hace dos meses. Hoy el dólar se ubica en un promedio de $2060, o sea una devaluación de12%;y todo indica que dados los factores externos como la recuperación de la economía en Estados Unidos, el regreso de capitales golondrina, y la caída en los precios del petróleo, el dólar no bajará de este nivel.

Se estima que el presente año concluirá con una cotización superior a $ 2060, lo que presionará una mayor demanda y agotará la disponibilidad de vehículos importados con dólar barato. Los vehículos importados con dólar a $ 2060, estarán en las vitrinas dentro de dos meses, desde luego a precios incrementados por  los efectos de un dólar más costoso.

INCORPORACIÓN DEL TLC  CON COREA AL RÉGIMEN LEGAL INTERNO.

El régimen institucional colombiano que rige los TLCs suscritos, exige su aprobación  por ley de la República y sometidos  a revisión de constitucionalidad.

En la pasada legislatura el Gobierno nacional presentó a consideración del Congreso, el proyecto de ley con el texto del TLC con Corea del Sur, firmado por los dos países el 21 de febrero de 2013. Pero en el tercer debate de la Cámara de Representantes-el 18 de junio de 2014- no se lograron los votos suficientes para su aprobación y debió ser archivado.

El Ejecutivo volvió a presentar en la actual legislatura este proyecto de ley. Pero ante las duras críticas de algunos empresarios, particularmente de los sectores, siderúrgico, metalmecánico, confecciones, automotor, manufacturas de cuero, textiles, calzado y plásticos, que se consideran afectados con los términos acordados, el Gobierno y el Congreso de la República convinieron realizar previamente tres audiencias públicas en diferentes ciudades del país, la primera de las cuales se celebró en Bogotá.

Una vez realizadas las tres audiencias, el Congreso procederá a debatir este proyecto de ley que deberá surtir cuatro votaciones. Se estima que antes de concluir el año, se produzca la primera votación y que las restantes tres, ocurran a finales de junio de 2015. Así, de ser favorables las votaciones, el TCL con Corea del Sur, será ley de la República, a mediados del próximo año. Después, vendrá la revisión por parte de la Corte Constitucional. De manera que si supera este último trámite, el TLC con Corea del Sur, estaría en operación en el 2016.

Para el Congreso de la República, es fundamental que el TLC con Corea del Sur, produzca para Colombia beneficios concretos como un aumento en los flujos comerciales en ambas vías, dado que la oferta exportable actual y futura,  tendrá desgravación arancelaria. Además, que las reglas acordadas den claridad y seguridad a los actuales y potenciales inversionistas y adicionalmente, sea efectivo el  trato preferencial en compras públicas.

Lo sucedido con los TLC de Colombia con regiones de alto grado de desarrollo y productividad, como la Unión Europea y Estados Unidos, el suscrito con Corea ha tenido mayor oposición de autorizadas voces nacionales, por los efectos adversos    que pueda traer sobre la creación de capital, empleo calificado y valor añadido. Es evidente que Corea del Sur es competidor directo de Colombia, con mejor eficiencia y productividad, en destreza y costos de su mano de obra, aun frente a  la Unión Europea y Estados Unidos.

Por sus características, Corea del Sur puede ser el mejor laboratorio para que los empresarios de Colombia aprendan a aprovechar mejor ese mercado pues la economía coreana tiene múltiples complementariedades con la nacional. Hoy en día, Corea es un importante proveedor de materias primas de diversos sectores de la economía colombiana.

Los plazos negociados en las producciones sensibles así como los instrumentos acordados de defensa comercial, buscan evitar impactos negativos en esos subsectores empresariales expuestos a mayor competencia coreana.

En todo caso, de aumentarse demasiado las importaciones al punto de causar daño a la producción nacional, que es la preocupación de los industriales colombianos recogida por el Congreso de la República al no aprobar este TLC en la pasada legislatura, el acuerdo incorpora un capítulo de protección comercial que permite, como medida cautelar y de salvaguarda, subir los aranceles.

 

Es claro que las desgravaciones que se acuerdan en la negociación de un TLC responden a la estructura productiva de cada una de las partes. En el caso específico del TLC con  este país, si bien el grueso de las obligaciones son recíprocas, en materia de acceso a mercados de bienes agrícolas e industriales no son simétricas.

Dado el mayor desarrollo relativo industrial de Corea, con la entrada en operación del TLC, mientras que en el mercado coreano, Colombia tendrá el 98% del ámbito industrial libre de aranceles, en el caso de Corea ese porcentaje es de 60%. 

Con el fin de identificar productos en los cuales Colombia podría tener oportunidades en el mercado coreano, al cruzar las importaciones mundiales de Corea del Sur con las exportaciones al mundo de Colombia, se observa que países similares al nuestro están ya vendiendo a Corea y será factible para la nación hacerlo aún más, cuando se eliminen las barreras luego del TLC. Dentro de estos productos están carne de bovino, lácteos, tabaco, confecciones preparaciones alimenticias, frutas y manufacturas de cuero, entre otros.

DESINDUSTRIALIZACIÓN

Es claro que la estabilidad y crecimiento de la industria y agroindustria, podrían sentirse con más intensidad, a medida que avance la desgravación arancelaria y se desmonten otros mecanismos de protección, en los TLC suscritos con la Unión Europea, Estados unidos, Mercosur, Alianza Pacífico y Corea del Sur. Sin duda, con la apertura económica, el país decidió cambiar radicalmente su modelo de desarrollo, relegando al sector industrial en beneficio del sector de materias primas y productos básicos y de servicios.

Esta política funcionó bien mientras el PIB  de  China, gran consumidor de los llamados “comodities” crecía a tasas superiores a 8%; y cuando sus compañeros del llamado grupo “BRICS”, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, eran líderes mundiales en el crecimiento de sus economías y por lo tanto, también intensivos compradores de nuestras materias primas, lideradas por petróleo y  carbón a precios que alcanzaron niveles records.

Esta prevalencia por  los comodities y por el sector de servicios, como ejes de nuestro desarrollo, llevó a una desindustrialización en Colombia, que se muestra de un lado, en que la industria pasó de ser el 22% del PIB, a solo el 12%; y de otro lado, que desde la apertura y con la ejecución de los TLC,  la industria ha tenido crecimientos por debajo del PIB general; a veces negativo.

La demanda doméstica de bienes y servicios ha mantenido su gran dinámica. El ejemplo principal lo da el sector automotor: el mercado crece, pero la participación de los vehículos ensamblados en Colombia con autopartes nacionales, pierde participación.

Sin duda, el sector más vulnerable a los 14 TLC firmados, y particularmente a los suscritos con EE. UU., la UE, Mercosur y México es el industrial pues allí se desnudan nuestras desventajas comparativas.

Ante la caída libre de los precios del petróleo y de productos básicos que en gran medida afectan las finanzas públicas y el crecimiento, se invoca la “reindustrialización” como solución. Ojalá, no sea tarde.

En este futuro escenario, particular cautela y capacidad negociadora se deberá tener si, como fue anunciado, se inician negociaciones de TLC con Japón y China, que aun ante economías más desarrolladas y con mejores condiciones de competencia, como las de Estados Unidas y la Unión Europea,  han podido penetrar sus mercados, gracias a mejores precios y óptima calidad.

Es inocultable que ya en operación, los tratados han causado hasta hoy un impacto adverso en Colombia, como es el caso del campo, con las marchas de protesta con peticiones que  pudieron solucionarse a través de partidas monetarias con cargo al presupuesto, lo que tras afectar el equilibrio  fiscal,  exigirá nuevas cargas tributarias.

Desafortunadamente los TLC en ejecución, muestran, que funcionan más en una sola vía. Por ejemplo, la balanza comercial con Estados Unidos, que siempre ha registrado superávit,  empieza a generar resultados negativos, lo que debe ser transitorio, para lo cual, se han tomado acertadas decisiones en sectores donde radican los principales cuellos de botella, como la infraestructura. Así se podrán  aprovechar mejor, también de aquí para allá, estos TLC.

Si mejoramos nuestra infraestructura de transporte y de puertos, que es el mayor obstáculo para hacer eficientes nuestras ventas al exterior, podremos, con los TLC, impulsar nuestras exportaciones agrarias e industriales, a países consumidores de estos productos, como EE. UU, la U.E. y Corea del Sur; que además son inversionistas fuertes en el sector de infraestructura.