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NOTA EDITORIAL: CERCANÍA DE LA PAZ

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CERCANÍA DE LA PAZ

El anuncio realizado por el presidente Santos, en las Naciones Unidas, sobre la seriedad y el avance del proceso que busca acabar con la guerra fratricida que vive Colombia desde hace más de 50 años, fue  bien recibido por la comunidad internacional.

«El proceso que adelantamos en La Habana desde hace dos años con la guerrilla de las FARC ha sido serio, realista, digno, eficaz y tiene avances concretos», dijo el jefe de Estado en su intervención.

Notificó al mundo que con la guerrilla se pactó una agenda de cinco puntos, de lo que «hemos logrado acuerdos sobre tres: el desarrollo rural integral, la participación política y el problema de las drogas ilícitas», aseguró.

Reveló que sobre el problema del narcotráfico se acordó continuar «desmontando las estructuras mafiosas del narcotráfico, impulsar un gran programa nacional de sustitución de cultivos y desarrollo alternativo y tratar el problema del consumo desde un enfoque de salud pública».

Destacó el papel de los colombianos afectados por el conflicto, al indicar: «Las víctimas son las protagonistas y principales beneficiarias de la paz que buscamos».

Las FARC, por su parte, se han pronunciado sobre el anuncio del presidente Santos y se mostraron  optimistas por los resultados que se alcancen al término de los diálogos:

«Tenemos formidables avances, no queremos ponerlo en duda; y el acuerdo parcial sobre asuntos agrarios es una constancia de ello; pero insistimos en observar las salvedades y en la necesidad de meditar en torno a las conclusiones de los foros que se realizaron para consultar a la gente sobre el asunto, porque la construcción debe continuar y el soberano debe ser escuchado en la cualificación de lo que se está acordando; sobre todo, en esta parte deberemos tomar muy en cuenta lo que han expresado los representantes de organizaciones y movimientos campesinos, indígenas, afrodescendientes, que son los que trabajan el campo y que ya han dejado muy en claro sus puntos de vista en conclusiones como las de la cumbre agraria y otros eventos nacionales y locales».

El avance de la paz es una de las muchas batallas que hemos ganado los colombianos frente a la ultraderecha, que busca ante todo continuar la guerra que ha dejado más de seis millones de víctimas, y ha logrado concentrar la riqueza en pocas manos,  en su mayor parte manchadas de sangre.

Es por ello que se debe avanzar y lograr la reconciliación entre los colombianos, que, en su mayoría, reclaman el derecho de vivir en paz y, sobre todo, a gozar de los derechos consignados en la Constitución de Colombia.

La paz es un derecho de los colombianos, y según las partes en conflicto ella está cada día más cerca.