Opinión

Columnista: LA REGIÓN CARIBE ESTÁ EN LA VÍA DEL COLAPSO AMBIENTAL

JOSE DAVI

 

 

 

 

 

José David Name Cardozo

Columnista Invitado

Primicia Diario

Los recursos naturales en Colombia enfrentan graves riegos, acentuados en la actualidad por el cambio climático y el evidente descuido y omisión de algunas autoridades ambientales. Por ejemplo, lo que ocurre en la Región Caribe supera el drama, ya genera alarma.

Los humedales de Córdoba, el Golfo de Morrosquillo, la riqueza coralina, el Parque Isla Salamanca, la Ciénaga Grande del Magdalena, el Embalse del Guájaro, el Lago del Cisne, la Ciénaga de Mallorquín, las playas de Santa Marta, El Rodadero y Ciénaga, el Parque Tayrona, la Sierra Nevada, la Serranía del Perijá, la Ciénaga de Zapatosa, el Rio Magdalena, el área de flamingos en Camarones, Macuira, Taroa y las zonas de bosques secos tropicales, entre otros, sufren el deterioro que causan factores climáticos y la mano del hombre, despiadada e insensible.

De acuerdo con la documentación en poder del Sistema Regional de Áreas Protegidas del Caribe colombiano, Sirap, están identificadas en esta zona del país «más de 2 millones 500 mil hectáreas de ecosistemas estratégicos en estado crítico, que requieren programas de conservación efectiva que permitan el abastecimiento y regulación del recurso hídrico, vital para las poblaciones», que además ayuden a evitar las sequías e inundaciones que afectan a departamentos y municipios.

Se requiere con urgencia que gobernadores y alcaldes, al lado de sus autoridades ambientales, generen más soluciones naturales efectivas, que permitan madurar la articulación y el compromiso de los diferentes sectores gubernamentales, económicos, sociales, entes territoriales, y comunidades, en desarrollo de las actividades donde la conservación de ecosistemas tiene un papel fundamental y es prioritaria.

Frente a la vulnerabilidad de los ecosistemas estratégicos, es pertinente destacar la consolidación de un sistema regional y departamental de Áreas Protegidas, porque facilita la ejecución de procesos ligados a la conservación del recurso, en asociación con la institucionalidad del sector que vende servicios ambientales.

Los especialistas son conscientes de que la creación de Áreas Protegidas y la recuperación de los corredores biológicos, constituyen conceptos claves que deben permanecer en las políticas públicas, procurando los responsables del área que se ejecuten para que sea una realidad la reducción de la vulnerabilidad del territorio al cambio global.

El Presidente del Sistema de Áreas Protegidas del Caribe Colombiano y actual Director Ejecutivo de la Corporación Autónoma Regional de Sucre, Carsucre, sostiene que la Costa «está pasando por una crisis ambiental preocupante, a la cual hay que hacerle frente a través de soluciones reales para responder a una gestión del riesgo acorde con las necesidades de la región».

Para el funcionario «la restauración, conservación y establecimiento de corredores naturales son la clave para generar mecanismos de mitigación y adaptación efectiva al Cambio climático a través de la recuperación de los ecosistemas conexos al recurso hídrico, principalmente».

Estamos de acuerdo y acompañamos las acciones en ese sentido, pero necesitamos ir más allá de los planes de contingencia para que las inversiones y acciones que se requieren sean ejecutadas con probidad y eficiencia, de tal manera que a corto y mediano plazo sea una realidad el restablecimiento de la función ecológica de la región, con lo cual mantendríamos las fuentes naturales esenciales como el agua, al servicio de la vida y el bienestar de las poblaciones, tal como lo sugieren los expertos del Sirap.

Las conclusiones son sencillas: el cambio climático casi que arrasa a los pueblos con baja capacidad de defensa ante inundaciones y sequías; el nivel del mar se incrementa, al igual que las enfermedades. Mientras tanto, bajan la productividad agrícola y ganadera. Ello conduce a que el Caribe colombiano pase por una de las crisis naturales más grandes de la historia. Es urgente proteger y restablecer el ecosistema existente en la región. De lo contrario, la situación puede ser peor. Hoy lo importante y lo urgente es que nuestra Costa Caribe y sus gentes no sigan caminando por el sendero del colapso ambiental, sinónimo de pobreza y muerte.