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EL SÍNDROME DE HYBRIS O LA PATOLOGÍA DEL PODER

Hybris-InstintoPersonajes de la política que se aferraron enfermizamente al poder y fueron poco a poco desarrollando una paranoia caracterizada por ideas fijas, obsesivas e ilógicas, en las que había egolatría, narcisismo, frialdad emocional, incapacidad para la autocrítica, hostilidad con el entorno, resentimiento y mucha desconfianza previamente acompañada de eventos traumáticos de la niñez y de la estructura propia del sujeto.

 

Maria del Rosario Higuera Soto

Psicóloga –Clínica de lo Social-

 

El síndrome de Hydris o la patología del poder, fue actualizada en los años setenta por el neurólogo inglés David Owen, pues los griegos en tiempos de Eurípides lo habían estudiado como una desmesura  psicológica, en la que la persona  es analizada como  imprudente, megalómana, obcecada y ciega,  que en su obstinación  hacia el poder otorgado como gobernante, aflora acciones egocéntricas, crueles y dominantes, y aunque en psiquiatría el síndrome como tal no existe, si se estudian sus síntomas aisladamente.

El doctor Owen como político que fue, tuvo la oportunidad de estudiar a aquellos personajes de la política que se aferraron enfermizamente al poder y fueron poco a poco desarrollando una paranoia caracterizada por ideas fijas, obsesivas e ilógicas, en las que había egolatría, narcisismo, frialdad emocional, incapacidad para la autocrítica, hostilidad con el entorno, resentimiento y mucha desconfianza previamente acompañada de eventos traumáticos de la niñez y de la estructura propia del sujeto.

Este tipo de político a lo largo de la historia, ha ido dejando vestigios de una conducta reprochable,  al no dejarle a la sociedad nada positivo, al no saber escuchar y en su imprudencia y desmesura no saber reconocer los errores  y para colmo de los males, se rodea de aduladores, serviles y vividores que le alimentan el síndrome Hybris.

Esta realidad seguirá presentándose mientras no se implementen estrategias de selección para escoger  candidatos a la política, que para ejercer un cargo de gran envergadura deben tener una salud física y mental idónea, porque las decisiones que tomen son  de mucho riesgo y responsabilidad para el bienestar de la sociedad.