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HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL Y SU BOLIVAR HISTÓRICO

boliBolívar pues, en la pluma de Gómez Aristizábal adquiere los caracteres indelebles del hombre imprescindible para la libertad aun incompleta de esta Indoamérica de constante evolución.

 

 

María del Pilar Serrano Buendía

Especial

Primicia Diario

Ha buceado en aguas profundas de la historia, para conocer a fondo los pormenores de la vida intensa, amarga, coronada de sueños y de triunfos el escritor abogado Horacio Gómez Aristizábal, para entregarnos una visión diferente de este gran americano universal que a través de los siglos es don Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco de las Américas de Indias.

Gómez Aristizabal es un inquieto intelectual, sin descanso mental, investigador de la historia de esta Indoamérica en constante ebullición, escenario de hondas transformaciones sociales, de revoluciones cruentas de emancipaciones trascendentales, con héroes de carne y hueso que han llenado las páginas del paisaje americano de leyendas e hitos de hazañosa realidad. La vida y obra social y política de Bolívar se deslizan en las páginas del libro de Horacio Gómez cuando escribe sobre la presencia del caudillo inigualable en la integración del continente en buena parte libre, gracias al poder de su espada y pensamiento que lograron romper las cadenas del yugo español, sellado su periplo libertador en 1819 con la épica batalla de Boyacá en campos heroicos de ese departamento insular en la historia colombiana.

El capítulo de este “Bolívar” de Horacio Gómez Aristizábal en el cual hace el paralelo esforzado del Libertador al cruzar los Andes Americanos con un ejército desnudo y famélico, tal como lo hizo el legendario guerrero cartaginés Aníbal, al traspasar Los Alpes con elefantes y llegar a las puertas de Roma, merece especial dedicación de sus lectores.

A un europeo – escribe Horacio Gómez Aristizábal-, le será casi siempre difícil comprender y explicarse a primera vista la actividad de Bolívar. Desde luego, le falta escala. Las proporciones no son las mismas entre Europa y América. Las dificultades tampoco, América es un mundo inmenso y nuevo. A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX carece de industrias, carece de grandes centros de población. Sin ferrocarriles, sin rutas, con una naturaleza abrupta, bravía, cada paso que da el hombre ¡que obstáculo! Se le oponen los desiertos, los grandes montes, los grandes ríos, la incultura del elemento humano y hasta la heterogeneidad de este elemento”.

No hay una raza, hay cuatro – afirma Gómez Aristizábal-, blancos de Europa, blancos de América, indios y negros; con sus mil matices étnicos y pasiones e intereses distintos. Se ha afirmado – lo han dicho europeos-, que Bolívar se parece a Aníbal por su guerra y hasta por el aspecto de sus soldados

Y continua Horacio Gómez haciendo la comparación del inconmensurable guerrero americano con los émulos del viejo mundo: “De Bolívar ha podido decirse con más razón que de Carlomagno, que la fantasía no puede fácilmente conciliar la geografía de sus expediciones con los anales de su imperio”.

A galope, –anota Gómez Aristizábal-, ha recorrido el continente entrando, a sangre y juego, en Angostura, vencedor en Quito, aclamado en Arequipa, como civilizador en Panamá, como Libertador en Lima, como fundador de la patria en La Paz y en Cochabamba, para recibir los homenajes del Río de La Plata, en Potosí”. Y remata: “Naturalmente Bolívar tuvo plena conciencia de lo que hacía

“Al principio de su carrera- escribe este historiador-, el 2 de enero de 1814, ante una asamblea popular reunida en el templo de san Francisco, en Caracas, Bolívar renuncia a la dictadura con estas palabras: “un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria”. Horacio Gómez es un historiador de quilates preciosos. Lo acreditan en el panorama literario e investigativo de nuestra historia, la historia de Indoamérica, más de 50 libros, sobre distintos temas sociológicos, políticos, filosóficos, referente a nuestra condición humana. En fin, es figura cumbre de las letras colombianas.

Datos interesantes sobre la vida del Genio aporta Gómez Aristizabal en este “Bolívar” a quien emparenta con la integración americana en el siglo XXI, un aporte bibliográfico, si se quiere, desconocido en los múltiples ensayos que sobre la existencia del gran caraqueño han sido escritos en este continente al que amó y los pergeñados en la pluma de literatos de renombre que veneraron al fundador de cinco repúblicas en la Indoamérica mestiza y tropical.

Gómez Aristizabal abunda en la fortaleza del hombre providencial que fue Bolívar; en sus debilidades humanas, en su bonhomía, o su dureza en el combate. Rodea al héroe de mil batallas con la aureola de los santificados; fija su destino en centenares de vicisitudes terrenas. Por eso este Bolívar es diferente a los presentados por la pluma genial de otros investigadores de la historia. Hemos repasado tanto el prólogo del ecuatoriano y académico quiteño Jorge Núñez Sánchez, como los capítulos bien llamativos del autor que enumeramos: Bolívar guerrero intuitivo y científico y en lo amoroso sensual y sugestivo, el genio seductor; o la integración de América que muestra en una exacta dimensión la mente activa, creadora y multifacética de un hombre predestinado, colocado en el más alto sitial de la historia universal. Humano y trascendental, combativo y combatido.

Bolívar pues, en la pluma de Gómez Aristizábal adquiere los caracteres indelebles del hombre imprescindible para la libertad aun incompleta de esta Indoamérica de constante evolución.