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LOS ANCIANOS SON IGNORADOS EN MATERIA DE SALUD

anciaTiene 84 años de edad, se encuentra en condición de discapacidad con problemas de visión y está afiliado a la Nueva EPS. Llegó a la Personería  y se quejó contra la entidad prestadora de servicios de salud porque allí le expidieron una pre-autorización con una letra tan ilegible que le ha impedido acceder a los servicios de salud.

 

Un paciente de la Nueva EPS acudió a la Personería a solicitar que intercediera, para que agrandaran el tamaño de la letra de unas autorizaciones.

Hace más de dos meses el órgano de control ofició a la EPS y a la Supersalud, pero es la hora en que no han dado respuesta.

Se llama Luis Felipe Pantoja Díaz. Tiene 84 años de edad, se encuentra en condición de discapacidad con problemas de visión y está afiliado a la Nueva EPS. Llegó a la Personería  y se quejó contra la entidad prestadora de servicios de salud porque allí le expidieron una pre-autorización con una letra tan ilegible que le ha impedido acceder a los servicios de salud que requiere, pues en los documentos no es humanamente identificable el código, la cantidad ni la descripción de los medicamentos o servicios autorizados.

“Ese documento no es una autorización. Es una burla contra el usuario de la EPS. Es inaudito que a un paciente de esa edad, en esas condiciones de salud, se le autorice un servicio sin que éste tenga la posibilidad de acceder a él, a través de un documento absolutamente ilegible”, dijo el Personero de Bogotá, Ricardo María Cañón Prieto.

“Qué bueno sería que el funcionario de la EPS que elaboró esa autorización, se tomara la molestia de leer antes de firmar y evitar así el sometimiento de un paciente a ir de acá para allá, buscando quién le brinde el servicio a que tiene derecho para preservar su vida”, concluyó el jefe del ministerio público distrital.

La Personería, ante la situación, ofició el 11 de junio tanto al Presidente de la Nueva EPS, José Fernando Cardona, como al Superintendente Nacional de Salud, Norman Julio Muñoz, pero aún, más de dos meses después, no ha obtenido respuesta alguna.

El órgano de control, a través de la instauración de una tutela, buscará la restitución de los derechos del afectado. Mientras ese proceso avanza, hizo un llamado a todas las entidades prestadoras de servicios de salud para que, a la luz de este insólito caso, se verifique la calidad de atención a sus usuarios, pues no tienen justificación alguna los daños que se causaron al señor Pantoja, por cuenta de la irresponsabilidad de un trabajador incompetente.