La Gobernación de Cundinamarca a través de la Beneficencia del departamento rindió homenaje a don Alberto Nieto Cano en el centenario de su  natalicio.

Vale la pena recordar que en 1951 don Agustín Nieto Caballero donó a la  Beneficencia de Cundinamarca la finca ubicada en el Barrio Bellavista del municipio de Pacho, donde se fundó La Colonia Alberto Nieto Cano, en memoria de su hijo, con el objeto de proteger a niñas campesinas de la región, procedentes de hogares desintegrados por la violencia en el municipio de Pacho.

Por eso al cumplirse un siglo de nacimiento de Nieto Cano, su familia recibió una placa conmemorativa y fue homenajeada con actos culturales por parte de la comunidad educativa de la Colonia.

“Gracias familia Nieto Cano, ustedes sembraron una semilla y hoy somos muchos los seres humanos que se los agradecemos, gracias hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, quienes operan el centro de Protección, con su amor, paciencia y compromiso nuestros niños y niñas reciben el apoyo espiritual, el alimento, techo y abrigo como manda la misión de la Beneficencia de Cundinamarca, en donde se hacen enormes esfuerzos para cumplir con el sano propósito de su protección y el restablecimiento de sus derechos”, manifestó Alberto García Chaves, gerente de la beneficencia.

Desde su fundación han pasado por este centro,  cientos de niños, niñas y adolescentes que por diferentes circunstancias, víctimas de las diversas formas de violencia, expuestos a riesgos y que se hallan en vulneración de derechos, encuentran en la  Colonia Alberto Nieto Cano su hogar, con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario, personal de apoyo, los amigos de servicios generales, lavandería y mantenimiento, personas que se esmeran por su bienestar, absolutamente comprometidos y sensibles que les apoyan en su proceso de atención integral.