Opinión

CAPTURAN A HOMBRE QUE CELEBRÓ MUERTE DE POLICÍAS

jaja

Jairo Cala Otero

Bucaramanga

Un juez con control de garantías de Cartagena cobijó con medida de aseguramiento en centro carcelario a un hombre señalado de celebrar en las redes sociales el asesinato de policías, durante el paro armado convocado por el «Clan Úsuga», hace tres semanas en diferentes departamentos del país. Se busca establecer si tiene vínculos con bandas criminales.

Al hombre, que se identificaba como José Manuel Sampayo Medina, la Fiscalía General le imputó el cargo de apología del delito. Según la investigación adelantada por la Policía Metropolitana de Cartagena, el procesado aplaudió por el asesinato de tres policías en hechos registrados el pasado 26 de marzo en el departamento de Bolívar. «Grasiaa dios mio tres policias menos (sic)», escribió en su cuenta personal el ahora procesado.

El general Carlos Ernesto Rodríguez Cortés, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, señaló que en el operativo de detención al individuo se le incautaron panfletos y munición. Las autoridades buscan establecer si esa persona tiene vínculos con la banda criminal comandada por alias «Otoniel», y si tuvo alguna participación en los hechos que celebraba en las redes sociales.

(Noticia publicada por el periódico EL FRENTE –Bucaramanga).

COMENTARIO 

Definitivamente, la forma de usar las palabras es otro rasgo de la personalidad de quien escribe. Ellas, las palabras, parecieran estar integradas a los genes de cada quien; reflejan el estado de esa área íntima del ser, que es inasible e inexplorable: la conciencia.

El mensaje panfletario del que me ocupo esta vez habla con claridad meridiana de una persona tosca, chapucera y gamberra. Amén de la pésima ortografía que usa, que señala su pobre formación en esa área vital de la escritura, en el comentario se trasluce «de cuerpo entero» la bajeza que como ser humano la acompaña; su lenguaje burdo y cruel así la retrata. Celebrar el homicidio de tres policías es el culmen de todo despropósito ¡en alguien que se llame «humano»! La oscuridad del alma invade cada espacio donde las palabras mal empleadas aparecen. La ceguera espiritual queda expuesta, sin que sea esa la intención del escribidor.

¡Qué importancia tienen, entonces, las benditas palabras! Conocerlas de cerca y convertirlas en las mejores aliadas en materia de comunicación redundará en inyectar un rayo de luz en nuestro interior. Ellas, usadas a la par con una recta formación espiritual y humanística, se convierten en el mejor escudo para combatir la tosquedad; y reflejarán un ser de luz que irradia paz, respeto, condescendencia, confiabilidad, entre otros valores humanos, tan necesarios en una sociedad como la nuestra, donde abundan seres con cáncer en el alma y sustancia purulenta en la mente. Basta leer las «opiniones» (en realidad, ataques) que muchos emiten en los periódicos virtuales, para conocer la enfermedad espiritual que sacude a muchos. Ahogados en su propio estiércol de la villanía, acuden a esas páginas para vomitar allí su amargura, frustración, envidia y rabia descontroladas.

Al delincuente de la noticia que dio origen a este apunte le podría servir el tiempo que permanecerá en la cárcel para que estudie gramática y ortografía; y si le quedara lugar, también principios rectores del ser humano para que pueda ser uno auténtico.