Jorge Enrique Giraldo Acevedo
Columnista
Nadie se explica cómo es que el Consejo Nacional de Estupefacientes, CNE, autorizó la aspersión terrestre con glifosato sobre cultivos ilícitos, procedimiento que realizarán miembros de la Policía Nacional, institución que tendrá la autorización para realizar la fumigación a las matas ilegales que se encuentran sembradas en diferentes zonas del país.
Son muchas los estudios de expertos toxicólogos y organismos internacionales que han calificado al glifosato como un herbicida que causa impactos negátivos en la salud de los humanos que habitan cerca a las zonas de aspersión, así como también en el el ambiente, los cultivos y el ecosistema.
El glifosato es el herbicida que está en nuestros parques colombianos, cultivos y alimentos y ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probablemente cancerígeno para el ser humano».
Como se ha informado,los riesgos para la salud humana, ya han sido señalados y se ha insistido
en que esa sustancia conlleva graves problemas en materia de toxicidad, efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica, contaminación de alimentos y afectación sobre la bio-seguridad.
Entonces, esta decisión no deja de ser perversa debido a que el uso de este herbicida ha sido objeto de controversia en Colombia y en todo el mundo, desde el punto de vista toxicológico y ambiental.