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Mercado criminal: FALSIFICACIONES PELIGROSAS

La falsificación hace referencia a la producción, modificación y distribución de artículos de alguna marca o empresa comercial que aparentan ser originales, lo que se considera como una acción que engaña y vulnera los derechos de los compradores.

 

 

 

Jarol Monroy González

Especial

 

La falsificación de productos que se usan o se consumen a diario, es un negocio ilegal que puede traer serias consecuencias a los compradores y graves daños a la reputación e imagen de una empresa, pero al mismo tiempo produce grandes ganancias a los delincuentes que efectúan esta actividad delictiva. Según datos de la Cámara Internacional de Comercio los ingresos anuales estimados que genera la comercialización de productos falsificados son de aproximadamente $600.000 millones de dólares.

La falsificación hace referencia a la producción, modificación y distribución de artículos de alguna marca o empresa comercial que aparentan ser originales, lo que se considera como una acción que engaña y vulnera los derechos de los compradores, ya que los convence de la originalidad de un producto cuando en realidad está consumiendo un artículo falso y de dudosa calidad.

Esta actividad delictiva puede traer peligrosas consecuencias a la salud y seguridad de los consumidores, además de afectar gravemente la reputación e imagen de la organización comercial plagiada. Detrás de este comercio ilícito hay toda una red de delincuencia y delicados resultados para los compradores.

En Colombia, la falsificación es una actividad delictiva que se presenta en varios sectores como en el campo de bebidas alcohólicas. La Policía Fiscal y Aduanera confiscó 356.516 botellas de licor de contrabando y adulterado, representando en litros 313.840, avaluados en $6.317.415.029 millones de pesos.

El informe de la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) en el año 2020, reveló que entre el 1 de enero y el 8 de octubre en acciones contra la falsificación se lograron incautar en el país más de 8.209.346 unidades de confecciones, 978.801 pares de calzado, 3.933.451 unidades de alimentos, 442 unidades de automotores y 5.554.522 cajetillas de cigarrillos.

El avance tecnológico ha permitido hacer que el comercio ilegal se mantenga ya que por medio de herramientas como el Internet donde la comercialización de artículos falsificados o adulterados se realiza con facilidad puesto que evade canales de distribución autorizados. Según datos de la OMS, cerca del 50% de los medicamentos adquiridos en la red son productos falsificados.

Para las empresas, por ejemplo, la falsificación es causante de aspectos como el detrimento del factor económico, ya que la gran demanda de productos falsificados ha ido en aumento debido a su bajo costo y la consecuente oportunidad que ven los compradores en estos artículos, que genera también decaída de su posicionamiento en el mercado, daños a su imagen y reputación, además de afectar directamente la oferta laboral.

Entidades como la ANDI, han diseñado y puesto en marcha medidas que ayudan a dar respuesta al comercio ilegal y a las actividades delictivas que ponen en riesgo la salud del usuario.

La doctora Silvia Helena Montoya, gerente del Proyecto Contra la Falsificación de Productos y la Usurpación de Marcas de la ANDI, proyecto que lleva 18 años de existencia, explica que se encuentran trabajando principalmente cualquier actividad delictiva o comercio ilegal de productos que atenten contra la vida de los consumidores. Sectores como el farmacéutico, alimentos, bebidas alcohólicas, dispositivos médicos, productos de aseo, entre otros son el foco de gran importancia.

Dentro de las medidas que ha tomado la ANDI para contraatacar esta actividad ilícita mediante el proyecto, se encuentran la dirección de investigaciones judiciales, judicialización de los delincuentes, capacitación a las autoridades, acercamiento a los usuarios por medio de volantes informativos para la prevención que incentiven a revisar aspectos como la fecha de vencimiento, registro INVIMA, revisión del sitio de almacenamiento y demás aspectos básicos.

Las organizaciones han implementado varias herramientas tecnológicas para rechazar la falsificación de sus productos, dentro de las que destacan los códigos de barra, hologramas y RFIDs (tecnología que utiliza chips diminutos con el fin de identificar productos a distancia). No obstante, en ocasiones estas medidas no son suficientes para combatir la actividad de los delincuentes debido a la habilidad y sofisticación con la que operan.

Compañías como Merck, han enfocado sus esfuerzos en hacer frente a la necesidad que tienen las empresas de proteger sus productos de los delincuentes, por lo que ha innovado a través de diversos dispositivos IR de alta tecnología que permiten autenticar los artículos e imprimirlos directamente sobre el producto o incorporarlos en los materiales.

Estos marcadores IR son invisibles, se detectan únicamente por una nueva serie de dispositivos, lo que dificulta la falsificación, incrementando considerablemente la seguridad de la mercancía. Son fáciles de usar, rápidos y confiables.

Los marcadores Securalic® tienen gran cantidad de características que permiten proteger la marca, ofrece soluciones únicas de identificación, son invisibles para el láser estándar y pueden ser incorporados directamente en tintas de impresión, contenedores plásticos, fibras y cualquier otro material; estas y otras propiedades hacen que se destaquen en innovación y seguridad.

La comida de plástico, resina o cera para exponer en los aparadores de los restaurantes es una práctica muy extendida en el mundo. Se conoce como  sampuru o fake food y tiene a auténticos especialistas que tratan las réplicas como si fueran falsificaciones perfectas de obras de arte.

Los medicamentos tienen en Colombia un importante mercado, es por ello, que la falsificación es masiva.

Todos los días las autoridades desmantelan fábricas clandestinas de licores adulterados.