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Doña María Delfina Molina de Vanegas: «CAMBIÉ EL AZADÓN POR LAS AGUJAS»

María Delfina Molina de Vanegas ha consagrado su bella vida campesina, a la cría de ovejas de las que se surte de lana virgen para tejer maravillosas prendas de vestir.

 

 

 

 

 

Antonio Valencia

Doña María Delfina Molina de Vanegas ha consagrado su bella vida campesina, a la cría de ovejas de las que se surte de lana virgen para tejer maravillosas prendas de vestir. Es largo su periplo creador, desde niña se preocupó por este trabajo artesanal, que hoy es materia de exportación y prendas que el turismo internacional adquiere en su almacén de Carmen de Carupa, Cundinamarca. La entrevistamos para Primicia Diario y estas son sus confesiones:

¿Cómo se inició en este oficio?

A escasos años comencé a ver cómo era vivir sin recursos económicos; mi papá enfermo, mi mamá en la lucha por conseguir el sustento para sus 10 hijos; sin dejarnos a ninguno aprender, ni leer ni escribir. Ella oraba a tarde y a mañana manteniendo su fe y sembrando devoción en su descendencia, nos cosía ropas a mano y enseñaba a mis hermanas mayores a tejer, a bordar y sobre todo a hilar lana que le daban las amigas y le pagaban algo. Yo miraba y a veces intentaba el aprendizaje, sin saber que años después en mi mente, mis manos y mis venas se había infiltrado todo el sacrificio, amor, sabiduría y anhelos de una verdadera madre. Ese fue el inicio de esta gran profesión con la lana. Un hogar pobre y humilde pero una mamá con gran riqueza en valores y virtudes.

¿Si levantó a sus hijos con ese trabajo?

No totalmente, pero si fue una ayuda oportuna en las épocas difíciles de mi esposo Pedro Pablo Vanegas Sánchez; sólo sé que con el amor de una pareja se logran muchos objetivos para sacar adelante a los hijos. Cuando se trabaja unificadamente en un hogar bendecido por Dios, se logra cualquier proyecto. Trabajando unidos, con fe, con amor, con honestidad, con fidelidad. También ésta profesión da felicidad, anima el ambiente familiar, dá triunfos, se valora el trabajo en conjunto pues con diferentes procesos, toda la familia termina involucrada. Y así mismo valora lo hecho. El dinero y los triunfos se valoran de acuerdo al esfuerzo para conseguirlos.

¿Cómo es el proceso de la lana desde las ovejas productoras?

La oveja es de fácil crianza, vive con poco alimento y si es de clima frío sin necesidad de agua; cada año da un vellón de lana, esa maduración de la lana hace que la obra quede con calidad y duración garantizada.

¿Ha recibido reconocimientos oficiales?

No he recibido reconocimientos económicos oficiales, pero he recibido lluvia de felicitaciones y frases alagadoras, aplausos significativos que llegan al corazón, he representado con honor a mi municipio en diferentes partes y en varias ocasiones, en donde recibo miles de bendiciones para mis manos y mi creatividad; incluso una persona para la que trabajo, no me llama por mi nombre sino EL ÁRBOL DE LA VIDA. Realmente es una terapia para mis manos y mi mente.

¿Su trabajo le ha permitido ahorros económicos?

Tanto como ahorros no, pero me defiendo para no ser una carga para mi esposo o para mis hijos. Sobre todo que es un trabajo que se puede realizar en toda las edades de la vida, y es ayuda económica muy eficaz para las mujeres que no tienen estudio ni profesión. La venta de la artesanía tiene temporadas, entonces el ahorro se hace necesario para las épocas difíciles. Y eso es aplicable a cualquier profesión se debe ahorrar para tiempos difíciles; se debe ser persistente, constante, disciplinado y siempre cultivar la fe y la esperanza.

¿Usted ha cantado a sus ovejas. Cambiaría de oficio?

En mi mente y mi corazón esta la oveja, le debo mucho; por eso redacté un poema en homenaje a la oveja en agradecimiento a Dios por colocar todo ese valioso medio para mi profesión de artesana.

La oveja es tan importante que está en el Evangelio, está en el pesebre, el buen pastor, la oveja descarriada, la oveja perdida que encontró Jesús. Oveja canta, representa al hijo, representa al Jesucristo el cordero de Dios. La oveja que describe el Evangelio. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí…

Un día cambié el azadón por las agujas, y el día que tenga que cambiar las agujas las cambiaría por un lápiz para escribir oraciones, dedicaría tiempo para orar más, aprender más de Jesucristo y su palabra, y a la vez agradecer a Dios. Es enseñar sembrando y cultivando la fe y mi conocimiento para quienes lo necesitan.  También para escribir poemas de casos y cosas de la vida real y de la naturaleza. Porque la vida es un poema y ser feliz es muy fácil. Pero son proyectos; sólo Dios sabe qué quiere de mí y acepto su grandiosa voluntad.

 «En las épocas difíciles de mi esposo Pedro Pablo Vanegas Sánchez; sólo sé que con el amor de una pareja se logran muchos objetivos para sacar adelante a los hijos»