«La FARC se presenta a elecciones. Para romper con esa lógica en la cual se hace política para enriquecerse uno con el dinero del pueblo»
Lo hicieron en la capital, Bogotá, y era algo que ya se había anunciado, pero que se materializó: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) comenzó su campaña para conquistar la presidencia de Colombia, en las elecciones que se celebrarán el próximo mes de mayo.
Comparten las mismas siglas que el grupo guerrillero que estuvo en pie de lucha contra el Estado colombiano por poco más de 50 años, pero no es lo mismo.
El candidato a la presidencia de Colombia por el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Rodrigo Londoño, más conocido por su seudónimo de «Timochenko» en las filas guerrilleras, subió a la tarima que se había adecuado para el lanzamiento político de la campaña a la presidencia y al Congreso de la República, y desde allí le habló a cientos de seguidores y militantes de su partido que desde horas del mediodía, en una tarde soleada en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, se habían reunido para celebrar este evento que para muchos sería verdaderamente el primer paso hacia su objetivo principal, la transformación de la sociedad, esta vez no por el poder de las armas, si no dela palabra, y de una nueva forma de hacer política, como indica uno de sus Slogan.
«Extendemos nuestro abrazo a todo el pueblo colombiano. Somos ese caudal inmenso de hombres y mujeres que soñamos con un futuro mejor. Sabemos que la esperanza en los partidos o movimientos políticos está por el piso. Es comprensible; son demasiadas las décadas que llevan siendo burlados por los mismos con las mismas. Por eso la FARC se presenta a elecciones. Para romper con esa lógica en la cual se hace política para enriquecerse uno con el dinero del pueblo» manifestó Londoño.
Pero a pesar de que su discurso fue basado más en lo que quieren como partido para un pueblo que ha sufrido el dominio de «los mismos con las mismas», también hubo palabras para recordar el incumplimiento por parte del gobierno a los acuerdos de paz firmados en el teatro Colón de Bogotá. «Al iniciar nuestro proceso de reincorporación a la vida civil y dejar las armas, obtuvimos el derecho de hacer política con plenas garantías de nuestra vida y libertad. Aun así, la persecución no cesa, llevamos 37 muertos y más de 500 compañeros y compañeras siguen en la cárcel» dijo.
Haciendo referencia a la localidad que los acogió manifestó: «De Ciudad Bolívar se escriben y dicen muchas cosas. Que es una localidad llena de peligros, donde además de la pobreza y la miseria, existen todos los males. Pandillas, drogadicción, microtráfico, paramilitarismo, desplazamiento forzado y todo tipo de violencia. Una comunidad amenazada por el desempleo, la informalidad y las explotaciones mineras que atentan contra el ambiente. Una total ausencia del Estado. Quizás, como el gran poeta que fue y será, a eso le cantaba Samuray. Le cantaba con fe cierta en el futuro: «Tiempos de guerra, vienen y van, reír por no llorar, sufrir, andar, pecar, soñar…».
Sin embargo «En Ciudad Bolívar, madura la semilla de la organización popular, la comunidad de vecinos, la unión de las madres cabezas de hogar, la juventud que se mueve. Desde los cerros que la conforman, sus habitantes la contemplan todas las noches, como si fuera una laguna de estrellas, la otra Bogotá. La Bogotá del progreso pujante que a ellos siempre les ha sido negado. Todos tienen derecho a disfrutarla y trabajan por conseguirlo. Por eso la gran importancia de sus proyectos de recuperación de la memoria histórica, sus organizaciones sociales de mujeres, los esfuerzos de profesores y colectivos de jóvenes con movimientos artísticos, culturales y ambientalistas. Todos ellos se encargan de mostrar que aquí no todo es violencia y zozobra, como lo presentan los grandes medios».
«Seguiremos adelante, con nuestro propósito de cambiar las estructuras y lograr un mejor país, un país para todos, aunque tenemos claridad que, a las nuevas figuras, a los nuevos partidos, y aquellos que trabajaron por las clases más desfavorecidas sin pensar en el interés de los capitales, siempre encontraron una muerte violenta, Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo, entre tantos hombres y mujeres».
«Hacemos un llamado para que el 60 por ciento que no hace presencia en las urnas, durante las próximas jornadas electorales para elegir congresistas y presidente en Colombia, haga presencia y haga respetar su derecho a elegir, para que este país no siga siendo gobernado por la vieja y tradicional clase política, expuso al referirse al elevado nivel de abstención que se vive en Colombia».
«Desde hoy, soy candidato a la Presidencia de la República. Represento a mi partido: la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Y me comprometo a encabezar un gobierno de transición, que genere las condiciones para el nacimiento de una nueva Colombia. Un gobierno que representará por fin los intereses de los pobres de Colombia, que trabajará por ellos y para ellos, sin tregua alguna. Si hay algo cierto es que los del común somos muchos más, lo que nos hace falta es unirnos. Tenemos que sacudirnos, contribuir a hacer despertar a los que se han dejado engañar por tanto tiempo», Finalizó.
