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En las profundidades de la Catedral de Zipaquirá: LA TIERRA POR DENTRO

Impresionante templo religioso.Texto y fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lázaro David Najarro Pujol

Invitado por Primicia Diario

Cuando arribe al Aeropuerto Internacional El Dorado Luis Carlos Galán Sarmiento​​, de la ciudad colombiana de Bogotá (la capital), el clima era agradable para el calor sofocante que se percibía en La Habana en el mes de junio. El vuelo de Cubana de Aviación no llegó a la hora programada, lo que confundió a las personas que me debían esperar.

Decidí permanecer una hora más antes de tomar una decisión. En lo que meditaba una promotora hotelera me preguntó que si esperaba a alguien. Se trataba de María Teresa Martínez Higuera. Le expuse que aguardaba por unos colegas que me debían recoger. Me reveló que su esposo había incursionado años atrás en lo que Gabriel García Márquez considero el mejor oficio del mundo. Todo fue en minutos para comunicarse con los colegas de colombianos de Primicia el Diario de Todos.

Tenía dos días sin actividades en Bogotá. No estaba en mis planes visitar la  Catedral de Sal de Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca. Fue precisamente la taxista que me sugirió esa Primera Maravilla de Colombia.

El ingenio de los hombres ha enriquecido ese sitio de valor patrimonial, histórico, cultural y religioso, único en el mundo.

Ubicada en Área Metropolitana de Bogotá ese prodigio natural y arquitectónico es visitado diariamente por cientos de personas que se aproximan al lugar atraídos por lo que parece una leyenda, pero que es una realidad palpable e impresionante. Nunca imaginé que mis ojos podrían apreciar directamente toda esa belleza.

En las paredes de sal leí muchas inscripciones interesantes: el diseño de la nueva instalación es fruto del Arquitecto Roswell Garavito Peral y la dirección técnica de ingeniería de Jorge Enrique Castelblanco Reyes (inaugurada el 16 de diciembre de 1995, por el Presidente de la República de Colombia, Ernesto Samper Pizano).

En el interior se aprecia una abundante colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol en un ambiente lleno de un profundo sentido religioso.

Se afirma que la catedral antigua fue construida a partir del 7 de octubre de 1950 e inaugurada el 15 de agosto de 1954 en las antiguas galerías cavadas por los muiscas dos siglos antes. Las salinas de Zipaquirá fueron referenciadas en una visita realizada en 1801 por el sabio Alexander von Humboldt (1769-1859).

Llegamos a las profundidades de la mina de sal, a través de un pasadizo iluminado en algunos salones de luces multicolores, especialmente el azul que se mezcla con el intenso blanco del mineral.

Los conocedores del patrimonio la consideran como uno de los éxitos arquitectónicos y artísticos más trascendentales de la arquitectura de Colombia, confiriéndosele incluso la condición de joya arquitectónica de la restauración.

En la principal maravilla colombiana, me impresionó entre otros lugares el Museo de la Salmuera, uno de los sitios más importantes del Parque de la Sal, por supuesto después de la Catedral (iglesia subterránea en donde se encuentra además del santuario religioso, el Auditorio).

También entre las atracciones del sitio están el Parque Temático de la Sal, el Muro de Escalada, la Ruta del Minero, el Espejo de Agua y el Show de Luces, entre otros.

Fue una experiencia muy bella. El personal de la Catedral nos brindó todo el apoyo e incluso cuando ocurrió un apagón en las profundidades de la mina de sal, que en nada me preocupó porque ya estaba acostumbrado a esas contingencias en Cuba en la época del Período Especial  (crisis económica de la década del 90).

Algunas de las piezas que se exhiben en la Catedral.

Luces multicolores en parte del recorrido.

Las paredes de sal.

Catedral de Sal en las profundidades de la tierra.Obras esculpidas en las paredes de sal.

Los túneles de la mina de sal.