Desde el inicio de las conversaciones de paz, los voceros de las FARC han insistido en la liberación del guerrillero Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», condenado en Estados Unidos.
Durante los encuentros, la guerrilla colombiana ha acudido a la intervención de las organizaciones de defensa de los derechos humanos del mundo; a la Organización de las Naciones Unidas ─ONU─; a la Unión de Naciones Suramericanas ─Unasur─; a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños ─Celac─; y hasta apelaron al Vaticano, a algunos premios Nobel de paz y a «la gente de bien» para que medien en busca de la libertad de «Simón Trinidad».
Según dicen algunos voceros de las partes, la libertad del líder guerrillero agilizará la firma de un acuerdo de paz, en la que Estados Unidos jugará un papel definitivo para el cese de la guerra, o su intensificación. El asunto ya le fue planteado al delegado de los Estados Unidos, Bernard Aronson, quien estará trasmitiendo la solicitud a su Gobierno; el presidente Obama tendrá la última palabra en la materia.
Shlomo Ben Ami, excanciller israelí y asesor internacional del proceso de paz de La Habana, reconoció que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le planteó el tema al vicepresidente estadounidense, Joe Biden, con el fin de explorar una eventual repatriación del jefe guerrillero.
El codirector del Partido Liberal, Horacio Serpa Uribe, dijo: «’Simón Trinidad’ es un subversivo, no un narcotraficante».