Una de las pruebas de mayor contundencia de que el sendero peatonal sí está en condiciones de transitarse fue la visita que hizo el presidente, Juan Manuel Santos, quien subió al trote con uno de los hijos, algunos colaboradores y miembros de su seguridad, que dieron el visto bueno para el desplazamiento del jefe del Estado, sin riesgo alguno para su integridad.
Textos y fotos
Víctor Hugo Lucero Montenegro
Primicia Diario
Los habitantes de Bogotá y los visitantes nacionales e internacionales hemos sido engañados con una mentira, sin precedentes, sobre el camino peatonal al cerro de Monserrate. Inicialmente se habló de la destrucción de la mayor parte del sendero, ahora se mencionan algunos trabajos.
La verdad es que todos dudan de las autoridades, las cuales podrían estar protegiendo el montaje de un megaproyecto turístico que desplace a los pequeños comerciantes que cumplen sus actividades allí desde el siglo XIX
Los pequeños comerciantes se han pronunciado al respecto, y han dicho: «Pongan las cartas sobre la mesa. ¿Qué es lo que quieren hacer con Monserrate? Por un lado, dan y dan caramelo a la opinión pública diciendo que el camino ‘ya se va a abrir’ – llevamos casi 4 años con esa melcocha ─, y cuando ya parece que sí verdaderamente se va a abrir (se espera que en diciembre) vienen con cierres de los locales de artesanías y de comidas populares. No los elegantes restaurantes del santuario, sino los de nosotros, los pequeños artesanos.
«¿Por qué les estorbamos? ¿Cuál es el gran proyecto megaturístico del que tanto se cacarea? Proyecto en el que parece que somos nosotros, los pequeños, los desorganizados, los de ruana, que les estorbamos».
Sin embargo, consultando a fondo con los pequeños comerciantes, ellos atinaron a decir: «Recibí una llamada de uno de mis compañeros del Sindicato de Comerciantes y Vendedores de Monserrate informándome que la Alcaldía de Santa Fe tenía previsto un operativo de cierre de establecimientos comerciales en virtud de del uso del suelo».
El cerro de Monserrate, mediante Resolución número 1141 de 2006, expedida por la Corporación Autónoma Regional ─CAR─, ha declarado que el uso del suelo en el santuario de Monserrate es de reserva forestal. Según el plan de manejo para las zonas de reserva forestal, la actividad comercial está prohibida. Así reza en un concepto de la CAR de fecha 10 de noviembre de 2010.
El pasado Gobierno distrital se empeñó en cerrar el sendero peatonal a Monserrate, con el alegato de la quema de árboles y la actividad realizada para apagar los incendios desde el aire con helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana.
El informe presentado ante la opinión pública indicaba que el cierre tenía como objetivo evitar el riesgo para los peatones, y se anunciaba que se podría reabrir a finales del 2016, o a principios del 2017.
Es por ello por lo que Primicia Diario recorrió en su totalidad el sendero peatonal, encontró que el 98 por ciento de él se encuentra en óptimas condiciones; no obedece a los informes presentados por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, de la administración de Gustavo Petro, y ahora respaldada por la administración Peñalosa.
El sendero peatonal cuenta con tres puestos donde agentes de la policía impiden el paso del público, únicamente se permite el de los comerciantes que tienen su puesto de venta junto a la iglesia.
Ni un solo trabajador se encuentra adelantando actividad, tal como lo sostienen las autoridades distritales.
Mientras la realidad es una, el Gobierno distrital presenta otra. Dice:
«Se está trabajando con intensidad para reabrir el sendero al cerro insignia de Bogotá, que se encuentra cerrado desde el 20 de diciembre de 2015. Se están retirando los árboles caídos, talando los que quedaron afectados y que representan riesgo para los visitantes; y se está haciendo limpieza técnica de la zona afectada por el incendio de la fecha mencionada. Asimismo, se está plantando material vegetal para recuperación ecológica y mantenimiento de la ruta peatonal hacia el santuario. Quienes quieran visitar el cerro pueden hacerlo en funicular y en teleférico».
Una de las pruebas de mayor contundencia de que el sendero peatonal sí está en condiciones de transitarse fue la visita que hizo el presidente, Juan Manuel Santos, quien subió al trote con uno de los hijos, algunos colaboradores y miembros de su seguridad, que dieron el visto bueno para el desplazamiento del jefe del Estado, sin riesgo alguno para su integridad.
La mentira de las autoridades se relaciona con informe falso que ha sembrado el terror entre los visitantes y deportistas. Se trataba del montaje de una mentira dónde se manifestaba que por el mal estado del sendero podría presentarse una tragedia.
Aproximadamente 5000 personas subían a diario al cerro tutelar de los bogotanos: Monserrate.
Testimonios
Durante el recorrido nos encontramos a don Luis Castro, veterano vendedor de helados, de 78 años de edad, quien sube a diario por el sendero peatonal al no contar con los recursos económicos para subir por el teleférico hasta el lugar de trabajo.
Como usuario del sendero peatonal ¿nos puede indicar el estado que él presenta?
─ El camino peatonal se encuentra en buenas condiciones. Las autoridades quieren seguir bloqueando el tránsito de los turistas y deportistas.
Las autoridades hablan de obras de reconstrucción. ¿Es cierto?
─ Mire, las únicas obras adelantadas corresponden a 10 metros de camino que se encontraba en buenas condiciones y fue destruido para justificar obras. Es decir, están dañando los tramos que se encuentran en buenas condiciones, y los reconstruyen.
Monseñor Sergio Pulido Gutiérrez ha sido el capellán y representante legal del santuario de Monserrate. Es el encargado de la administración de la parte alta del cerro, y tiene un alto cargo en la Arquidiócesis de Bogotá.
Ahora es uno de los abanderados de solicitar la reapertura del sendero peatonal, por cuanto ya no visitan el templo las miles de personas que acostumbraban a diario a escuchar las misas y visitar la imagen del Señor Caído de Monserrate. El templo permanece vacío.
Las fotografías tomadas ayer por Primicia nos muestran el verdadero estado del sendero peatonal.