Así se observa una de las Calles del sector conocido como el Bronx, después de ser desalojados los habitantes de calle, los expendedores de drogas y los proxenetas.
En Bogotá, capital de Colombia, existe una reproducción del mítico barrio neoyorquino. Un lugar hasta donde hace poco los delincuentes, indigentes, mafiosos y drogodependientes convivían en medio de la ‘L’, un mercado de drogas y armas de Colombia enquistado en pleno corazón de la capital.
El Bronx es literalmente el patio trasero de su casa, la parroquia del sagrado corazón de Jesús. Desde su terraza o las ventanas se tiene una vista privilegiada de la llamada ‘L’ que conformaron las dos manzanas de este lugar dantesco, en el que según dicen «se podían encontrar muertos debajo de las toneladas de basura que hay por la calle».
Situado a escasas cuadras de la alcaldía, del Congreso, de la policía y hasta del batallón de la guardia presidencial, sería como si en la Gran Vía de Madrid encontráramos ‘las barranquillas’. El paisaje impacta. La suciedad y la mugre cubren cada esquina, e incluso llegan a servir de abrigo a varios indigentes con sus cuerpos marcados por los estragos de la droga. Los ‘sayayines’, como se hacen llamar soldados de las bandas – mensajeros, vigilantes o administradores de las tiendas de droga- custodiaban el centro neurálgico del crimen en bogotá.
El alcalde Enrique Peñalosa anunció y cumplió «mano dura contra los criminales y oferta social para los más vulnerables, los menores explotados y los habitantes de la calle».
Tras cuatro meses de planeación, el alcalde Enrique Peñalosa lideró un operativo sin precedentes para recuperar la zona del Bronx. Por lo menos 2.500 personas, entre policías, miembros del CTI de la Fiscalía, militares, trabajadores del Icbf y de la Secretaría de Integración Socia, se tomaron el lugar, en el corazón de la ciudad.
Hasta ahora, el balance preliminar de las autoridades indica que se lograron desmantelar las tres bandas más grandes de narcotráfico que operaban en el Bronx, y que se hacían llamar ‘gancho Mosco’, ‘gancho Manguera’ y ‘gancho Payaso’.
Un total de 76 menores de edad fueron rescatados del Bronx, entre ellos ocho menores de 13 años. De los 28 allanamientos sobre las casas del Bronx, donde se comercializa droga, ya se hicieron 10. A esta hora, el operativo continúa y las autoridades siguen consolidando todos los resultados de este gran golpe al narcotráfico.
El alcalde Peñalosa explicó que el despliegue de autoridades en la zona se hizo con el único propósito de restablecer los derechos de las poblaciones vulnerables, especialmente de los menores de edad que están siendo explotados sexualmente en ese sector.
«Aquí habrá mano dura contra los criminales y oferta social para los más vulnerables, los menores explotados y los habitantes de la calle», sostuvo Peñalosa.
Peñalosa puntualizó que el operativo busca retomar el orden territorial de una zona que estaba fuera del control de las autoridades. «Queremos dejar claro que no se trata de una operación contra los habitantes de calle. Estamos desarticulando las organizaciones criminales y restableciendo los derechos de los niños».
De acuerdo con información suministrada por el subsecretario de Seguridad, Daniel Mejía, han sido capturados dos líderes de organizaciones criminales que ya tenían orden de captura. Además, fue hallada una persona que estaba retenida en un inmueble y a quien la policía encontró amarrada con cadenas. También, 24 niños y adolescentes, hallados en situación de abandono en el sector, ya están recibiendo atención por parte de las secretarías de Salud e Integración Social y del Icbf.
La casa ‘Yaki’, en donde se encontraron caletas, fue allanada. Allí una persona fue capturada y está pendiente por identificar. «No vamos a tolerar una república independiente del crimen. Este operativo es en contra de las organizaciones delincuenciales. Buscamos retomar el control de la seguridad desarticulando la criminalidad desde la raíz», indicó Daniel Mejía.
En el Bronx se recaudan aproximadamente 130 millones de pesos diarios en tráfico de estupefacientes y 1,5 millones de dólares al mes a través de dos estructuras de enganche conocidas como ‘monstruo’ o ‘payaso’, que además inducen a los niños al consumo de drogas para luego explotarlos sexualmente.
«Estamos haciendo valoraciones médicas a los niños que están bajo condiciones psicoactivas. Los estamos remitiendo a los centros de salud y restableciendo con sus familias. No vamos a permitir la explotación de menores en ninguna parte de la ciudad y menos a unas cuadras de los gobiernos Nacional y Distrital», subrayó Peñalosa.
El alcalde de Bogotá agradeció a todas las entidades del Gobierno Nacional. «Este es uno de los trabajos que comienza a dar resultados de la nueva Secretaría de Seguridad. Este es un mensaje claro: mano dura contra los criminales. Este operativo tiene oferta social para los ciudadanos vulnerables, pero no nos vamos a quedar solo en esto, vamos a mantener la presencia en el sector. Hay operativos de limpieza y aumento de iluminación», agregó.
El presidente Santos reconoció que hay manzanas podridas que atentan contra la institucionalidad. «Desde el Gobierno daremos todo el apoyo a la Policía Metropolitana, que tiene la obligación de mejorar la seguridad en Bogotá y acabar con la corrupción que hoy ataca la zona del Bronx. No vamos a tolerar que la república del crimen siga creciendo y mucho menos a seis cuadras del Palacio de Nariño, el Palacio de Justicia, el Congreso y la Alcaldía Mayor. Esta intervención en el Bronx hace de Bogotá una ciudad más segura».
No solo la venta y distribución de droga son los delitos más comunes en el Bronx, el tráfico ilegal de armas y la trata de personas también son otros flagelos que las autoridades buscan contrarrestar con los operativos que se desplegarán en la zona.
