Bernardo Ordóñez Sánchez *
Columnista
Desde la creación de la República el país ha mantenido un permanente conflicto interno de fuerzas insatisfechas que buscan sobreponerse a la ley y el orden; ese ha sido la constante en nuestra patria por el transcurso de la historia. Comenzado el siglo XXI se inicia con una represión de fuerzas regulares e irregulares para contrarrestar la incursión de los rebeldes en los últimos cincuenta años, quizá con mayor resultado que en las últimas décadas.
Hoy, hay una situación propuesta por el actual gobierno, donde se busca acuerdos por vía de la concertación, discusión que los acerque de tal manera que se logre deponer las armas y convivir civilizadamente; algo que en dos generaciones que han pasado no hemos vivido. Como es de esperarse, y ya es costumbre en el país, las rivalidades políticas detonan argumentos para interponerse en el logro de un convenio entre las partes; es obvio no todos van a quedar satisfechos con los resultados, pero sí esperamos que se firme en este año la finalización del conflicto armado, se viva en la Colombia que añoramos todos.
Acusan al presidente Santos de querer estar buscando la reelección presidencial con este acuerdo; eso en nada ayuda a la unidad del país. Todos los presidentes siempre han querido el fin del conflicto, todos sin exención alguna, solo que ninguno lo consiguió, lo intentaron y hasta han hablado directamente con los insurgentes, pero sin resultado; tengamos fe, creamos, qué esta vez si se va a lograr, conseguida la PAZ Colombia toma un nuevo aire, no sabemos como sea, pues nunca lo hemos vivido.
De allí que con esta reflexión hasta se podría pensar que pasa a la historia Santos como un regenerador de la nueva patria, podríamos también predecir que el hoy presidente no necesita buscar la reelección presidencial después de firmada la paz, podría dedicarse a recorrer el mundo en hablar cómo la consiguió, en buscar la solidaridad internacional para que se cumpla, en comprometer a los países que sean vigilantes en que por ningún motivo se eche atrás lo conseguido.
También es cierto, que si los avances en las conversaciones no alcanzan en el tiempo, para que se disponga de continuidad, es pertinente que siga el presidente intentándolo.
La paz no es electoral, es de intenciones y decisión, y este presidente la emprendió. El pueblo evalúa y la sociedad acepta.
*Economista M.B.A.
bernardoordonezsanchez@gmail.com
Algunos columnistas se han dedicado a alabar a Santos. Por Dios, es un desastre como presidente,nada que ver con Uribe un magnifico mandatario
Este columnista se monntò en el bus de Santos en el peor momento de desprestigio. A veces los caluculos fallana…cierto?