Fred Emiro Núñez Cruz
Columnista
Primicia
Colombia es un país lleno de curiosidades, cosas simpáticas como desequilibrado en la aplicación de la justicia con sus máximas lo que no la exonera de salvaje, risible y laxa. Tenemos un congreso permeado, gobernadores cuestionados, diputados en líos, alcaldes señalados, concejales torpes y ediles cantinflescos; sí, estoy hablando de la mejor nación del mundo donde los buenos no importan y los delincuentes ponen las condiciones haciendo creer que son monjitas de la caridad.
Alejandro Ordoñez Maldonado, procurador general de la nación, cargo politizado, debiera ser por elección popular, parece ser el único colombiano inmáculo, trasparente, y sin pecado como queriendo hacer olvidar que su reelección, contra viento y marea, tuvo reparos con ternas que no disimularon que solo se conformaron por dar un trámite al mandato constitucional, amparando previos compromisos burocráticos, no en balde la provisionalidad es la constante en este órgano de control donde hijos de altos funcionarios del estado pernoctan laboralmente, obviamente con muchos recomendados de congresistas que no se cansan de mercar con esta y otras instituciones.
Lo anterior debe considerarse incoherente, absurdo o corrupto porque los concursos se echaron a perder; como quien dice ni tal pulcro, ni tan santo este conservador de ideas. Ordoñez, es para muchos un ser inteligente y brillante, estoy de acuerdo, un docto, pero ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, queriendo ser más papista que el papa Francisco.
Sus salidas desafortunadas con frases como venidas del cielo, donde si juzgan por aquello de la autoridad moral, primero no dijeron nada nuevo frente al comportamiento de ciertos colegas, púes el porro y el pase se consumen por congresistas, intelectuales, gomelos, curiosos y un grueso de desadaptados, que no necesariamente son de la calle, los hay en familias hasta de la más fina estirpe, debemos respetar el libre albedrío, donde cada cual hace de su vida lo que mejor le parezca, y si es un delito para eso existen las leyes.
Lo mismo sucede frente al tema de la comunidad LGBTI unos nacen con estos defectos contra naturales y otros se hacen, pero igual, cada cual hace con su recto, su vagina o su pene degradaciones e inclinaciones como mejor se sientan; como se comporten, que los juzgue DIOS, jamás dejarán de ser seres de carne y hueso, otra cosa es la claridad que debemos tener de familia, esta se construye por una pareja, varón y hembra, escrito está, y ninguna norma del hombre va por encima del designio del creador.
El señor procurador enemigo de la buena televisión pública, caso canal capital con el concierto de Paul Mc cartney, no mide con el mismo rasero, un concejal de Bogotá, Jorge Durán Silva, hablo de merienda de negros y sigue en su cargo, con la misma fortuna no corrió un diputado antioqueño cuya expresión “es como echarle perfume a un bollo” refiriéndose a las inversiones del estado en el departamento del Chocó, fue destituido fulminantemente; eureka, el procurador es un ser humano, también hierra.
Finalizo con profunda tristeza en mi corazón de colombiano raso, mientras todos anhelamos la paz, el doctor Ordoñez le puso la mayor traba a dicho proceso al conceptuar que deja impunes los crímenes de lesa humanidad; cierto o no, considero es un oportunismo protagónico porque esperó hasta el último día de vencimientos de términos para emitir el fallo. Claro, no es vinculante, pero es para tener en cuenta máxime cuando se trata del supremo director del ministerio público, que sabedor de su contenido prefirió el factor sorpresa a una honestidad pronta.
Por su envestidura el señor Ordoñez Maldonado debiera comulgar con la prudencia de la lengua, sus insultos quedan en el aire y sin castigo guarecido en un cargo donde nadie lo juzga.
Totalmente de acuerdo con usted, don Fredemiro. Es procurador es una gonorrea