Los sicarios que tenían la tarea de  asesinar al alcalde recibieron el respectivo pago.

Grupo Investigativo

Primicia

Tres planes de homicidio  contra  el alcalde, Gustavo Petro, han sido desactivados por parte de la Policía Nacional, según reveló el concejal William Moreno, quien se ha constituido en la conciencia del cabildo distrital. Las revelaciones sobre el espinoso caso de la mayor defraudación de recursos estatales en la historia de Colombia en entrevista con Primicia,  sobre el crimen que se quiere cometer contra el alcalde de Bogotá:

¿El alcalde Petro ha sido amenazado?

-Tres planes de asesinato reveló el comandante de la Policía Metropolitana; los  desactivaron, y eran contra Gustavo Petro.

Explíquenos en detalle sobre los planes para matar al alcalde Petro.

-Hay mafias, mafias que tienen tentáculos inimaginables, uno no puede entender suficientemente el alcance y las relaciones que existen entre personas que se mueven en distintos círculos. Lo que se ha sabido es que los tres planes, que  reveló en su momento la Policía Metropolitana de Bogotá, fueron oportunamente desmantelados; ya habían sido pagados los sicarios que tenían por tarea venir a Bogotá a asesinar al alcalde.

¿Cómo fueron conocidos los planes para cometer el homicidio contra el alcalde Petro?

-Por fortuna, funcionaron los organismos de inteligencia y algunas fuentes de información que tiene el mismo alcalde, que siempre lo han acompañado, fuentes de información que le han servido para los debates para muchas cosas que él denuncia y que a todo el mundo sorprende porque es un hombre muy bien informado; ellas le dieron la oportunidad de conocer que existían dichos planes para asesinarlo.

¿Pero quiénes serían los interesados en este crimen?

-Todo indica que hay sectores del paramilitarismo interesados en esa tarea, pero son sectores relacionados con el mundo de lo político, que tienen relaciones con políticos que están hoy en día en el pabellón de alta seguridad de La Picota. Desafortunadamente, hacen parte de ese abanico de enemigos que el alcalde tiene hoy, y tanto unos como otros, por cualquier medio, quieren atajarlo.

¿Dentro de ese abanico de paramilitares, enemigos políticos, podrían estar los contratistas del Estado?

-Coinciden al menos, puede ser que no estén relacionados, puede ser que no se hablen, puede ser que ni se conozcan siquiera, pero sí coinciden con un propósito: no quieren tener como alcalde de Bogotá a una persona que les ha afectado sus intereses.

¿Qué opinión tiene de la revocatoria que se tramita al mandato del alcalde Petro?

-Es parte de las estrategias que se están implementando, no la única como para tratar de detener un Gobierno que, justamente, le ha salido costoso a los intereses poderosos de la ciudad. Esta es una ciudad que había construido unos poderes omnímodos, unos poderes incuestionables, unos poderes que no importaba quién era el alcalde, ese poder negociaba con el alcalde de turno para poder seguir manejando Transmilenio, el negocio de basuras, para los grandes negocios de la contratación pública de la ciudad; y llegó un gobernante y les quitó el negocio, o les está quitando buena parte de esos negocios.

Es decir, ¿los contratistas o partícipes del «carrusel de la contratación» estarían interesados en la revocatoria?

-Esos empresarios poderosos no le perdonan a este alcalde que se haya metido con lo de ellos, con lo que ellos consideraban que ya era de su patrimonio, que eran los recursos públicos de esos negocios. Esos personajes, junto con los políticos que mencionábamos aquí en el Concejo y en otros escenarios, son la vanguardia de la oposición contra Gustavo Petro, y tiene considerado como una navaja Suiza toda suerte de posibilidades para tumbarlo; una apenas es la revocatoria, otra es a través de sus influencias con el procurador, y otra es a través de tres planes de asesinato.

Actualmente se habla en los pasillos que la Procuraduría sancionaría al alcalde Petro. ¿Cómo interpreta las actuaciones del Ministerio público?

-La Procuraduría trabaja a discreción, hay procesos en los que es supremamente eficiente y que en cuestión de semanas de una vez falla; y hay otros procesos que, sencillamente, duermen el «sueño de los justos». ¡Cómo es posible que después de tres años de que se inició todo este proceso de indagatoria con respecto a la vinculación de concejales con la corrupción la Procuraduría no haya dicho absolutamente nada al respecto!, y sí en cambio, a un exconcejal, como Guillermo Asprilla, lo haya sancionado por un hecho que para otros propósitos la misma Procuraduría había eximido en cabeza de otras personas.

Es decir, ¿duda de la Procuraduría?

-Eso muestra una parcialidad en los procesos de investigación, un interés cargado con respecto a algunos sectores donde la Procuraduría quiere fallar más con un ánimo político que jurídico.