Editorial

EDITORIAL

Selección Colombia

La selección Colombia tiene como director técnico a José Pékerman, en un empeño de la Federación Colombiana de Fútbol que evitó llevarle la contraria al presidente Santos, cuando propuso la contratación de un seleccionador extranjero.

El seleccionador, de nacionalidad argentina, fue presentado ante una «nube de reporteros», alabó a los colombianos, a sus dirigentes, deportistas, técnicos, periodistas, y expresó la necesidad de trabajar para buscar resultados, pero nunca dijo que clasificaría a Colombia al Mundial de fútbol del Brasil.

Ahora el país ha rodeado al nuevo seleccionador, y espera que se cumpla el objetivo de llegar al certamen orbital. Se tiene todo: buenos jugadores, un experimentado técnico y el respaldo del Gobierno, es decir, están dadas las condiciones para salir adelante.

Pero también debe en este momento actuar con los pies en la Tierra, y mirar qué pasaría si no se logra clasificar al mundial de fútbol. ¿Acaso destituyendo al técnico y cambiando a los jugadores se podría superar el fracaso, como ha sucedido en anteriores ocasiones?

Este país debe asumir los compromisos con seriedad, y tomar las determinaciones que seguramente se asumirían en un país medianamente civilizado, es decir, que la Federación Colombia de Fútbol tendría que renunciar en pleno, para que nuevos dirigentes asuman la reconstrucción de nuestro deporte nacional.

Queda claro: el compromiso es grande y el objetivo es la clasificación al mundial de fútbol de Brasil; caso contrario, apague y vámonos.