Un largometraje documental de La eterna noche de las Doce Lunas requiere de constancia, talento
Un filme de reflexión
Texto y fotos
Lázaro D. Najarro Pujol
Primicia
Tuve el privilegio de asistir a la premier en la ciudad de Bogotá del largometraje documental La eterna noche de las Doce Lunas, un filme de 87 minutos de duración de la realizadora Priscila Padilla.
Padilla comentó que se propone inscribir la película en la venidera edición 35 del Festival Internacional de Cine Latinoamericano de La Habana, que tendrá lugar del 5 al 15 de diciembre venidero.
La película asumida por Doce Luna Producciones se caracteriza por una excelente fotografía de Daniela Cajías y Viviana Gómez Echeverry, con música original de Dany Rubio y Sol Okarina. Su equipo, desde el año 2008 comenzó a investigar y filmar con protagonistas reales.
El personaje principal lo interpreta Filia Rosa o Pili, una niña Wayúu en plena pubertad, que hace parte de la ranchería Karequishimana, ubicada en el municipio de Maicao, en la península de La Guajira, al norte de Colombia, y en costas del Mar Caribe.
A decir de sus realizadores “doce lunas, un año, fue el tiempo que permaneció encerrada la niña indígena Wayuu, Fila Rosa Uriana” que con la llegada de su primera menstruación marcó su entrada a una improvisado rancho de paredes de barro y techo de zinc, donde deberá permanecer 365 soles.
Como se precisa en el argumento del reparto la niña está convencida de que debe ‘encerrarse’ y el temor que siente ante la situación lo recompensa sabiendo que solo así seguirá una tradición que su comunidad se resiste a dejar morir.
A decir de la directora: “Si la entrada es un llanto, la salida es una fiesta”.
“En este largo período de aislamiento la pequeña Fili, fue sometida a unos rituales indígenas propios de esta cultura. Aprender a ser mujer en su soledad, es el gran objetivo de este rito ancestral milenario” (los Wayúu cuentan en soles, lunas y lluvias).
Un rol importante lo desempeña Cecilia Urania, abuela de Pili, una sabia anciana de 75 años muy orgullosa y defensora de las raíces y la cultura Wayúu.
Un largometraje documental de la envergadura de La eterna noche de las Doce Lunas requiere de constancia, talento, vínculo del equipo de rodaje con la sabiduría ancestral, acercase a la comunidad Wayúu y “entrar en la cotidianidad de sus sueños”.
Priscila Padilla y todo su equipo asumieron con entusiasmo el reto de contar la historia de Pili, la niña Wayúu que tras desarrollarse, debe seguir con la tradición que su familia ha guardado por más de doscientos años.
”Yo quería contar a través de una niña cómo se daba ese proceso, y mostrarle al mundo cómo esta práctica cultural, que la gente piensa que no existe, es una herramienta de reflexión, donde la mujer empieza a conocer su cuerpo, y a asumir el papel que la mujer Wayúu representa en su comunidad”.
La eterna noche de las Doce Lunas aunque es un filme recién estrenado ha sido elogiado por la crítica y conocedores del séptimo arte, en eventos como el Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania, 2013 y obtuvo Premio India Catalina, Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias –FICCI-, Colombia, 2013.
Además, resultó el Mejor Documental Latinoamericano, en el Festival Internacional de Cine Latinoamericano de Toulouse, Francia, 2013, entre otros reconocimientos.
El personaje principal lo interpreta Filia Rosa en la presentación del filme
Lázaro D. Najarro Pujol con la directora Priscila Padilla y la protagonista Filia Rosa o Pili.
La directora Priscila Padilla y la protagonista Filia Rosa Momentos de la proyección del filme
Hasta finales del mes están abiertas las inscripciones al festival de cine de Cuba, donde seguramente ganaran un premio, pero parece que no existe interes de presentar el documental en el ámbito internacional