Editorial

NOTA EDITORIAL: ALGO ESTA FALLANDO

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Algo está fallando

 

Otra vez la Policía de Colombia y su exceso de fuerza fueron noticia en el mundo cuando varias de sus unidades llegaron a un bar y lanzaron gases, para  ocupar el sitio que  violaba  las normas de horario. El saldo de esa «operación» fue de seis muertos, una verdadera masacre.

 

No puede ser que la institución encargada de velar por la seguridad de los colombianos protagonice esta clase de acontecimientos, que la  ubican en la cabeza de los violadores de los derechos humanos.

Pero no son casos aislados los que suceden con frecuencia. El caso del joven grafitero, en el quese lo presentó  como un concierto para delinquir, homicidio y otra clase de delitos, al justificarse lo injustificable.

Durante las protestas con pruebas de fotografías y videos se registró la presencia de encapuchados en las filas del Esmad, que agredieron  a los campesinos y ocasionaron alarma entre la ciudadanía.

Todos los acontecimientos, según los mandos de la institución, serán objeto de exhaustivas investigaciones, que, como es  costumbre, no quedan en nada y entran al olvido con un nuevo acontecimiento.

Es grave que se produzcan  esta clase de hechos y no se tomen medidas preventivas, como el retiro de los uniformados mientras se realiza la investigación respectiva, porque de comprobarse su  culpabilidad sería una verdadera irresponsabilidad que siguieran actuando personajes que constituyen un peligro para la sociedad.

Es hora de revisar qué está sucediendo en la institución policial, por cuanto la desconfianza y el temor de la ciudadanía frente a los uniformados está ascendiendo en forma impresionante. La gente denuncia que se siente desprotegida.

Los altos mandos de la Policía deben hacer una evaluación de lo que sucede  dentro de sus filas y tomar los correctivos del caso para evitar que se vuelvan a registrar, de manera repetitiva, casos de violación de los derechos humanos.