Iván Name el primer congresista de la Unidad Nacional que le quita el respaldo al Gobierno en el tema de la paz.
Carlos J Murcia
Especial para Primicia
Advirtiendo que el Congreso entra en un terreno de conflicto de interés al votar el referendo por la paz, el senador Iván Name anunció su voto negativo, y explicó que al votar negativamente lo blinda ante cualquier demanda por pérdida de investidura, y señaló que él espera que en los próximos días se inscriba como candidato Antonio Navarro.
¿Cuál es su concepto frente al proyecto del referendo por la paz?
Lo considero un acto cínico y tramposo de este Gobierno, para poner el proceso de paz al servicio de la reelección de Santos; ese no es un referendo para la paz, sino un referendo para la reelección, cosa que veo muy difícil, porque creo que ni aun así, aprovechando esta coyuntura que está prohibida por la ley, que pretende estrangularse para acomodársela a favor de este Gobierno, van a lograr los efectos de beneficiar la reelección del presidente. Porque es tal el desprestigio que no va a logarlo como efecto, sino probablemente como desafecto, que va a aumentarse en la medida en que va a haber más gente en las urnas; y, seguramente, va a tener un efecto contrario porque es clara su intención inadecuada e inconveniente para el proceso de paz y para el país.
¿Cuál será su posición frente al referendo por la paz?
Mi posición, como ya lo he manifestado anteriormente, es votar en contra de la propuesta de referendo, que considero como lo decía anteriormente, no es correcto hacerlo coincidir con unas elecciones parlamentarias o presidenciales, sea como fuere, en la una o en la otra; la ley actual lo prohíbe y su modificación obedece solamente al aprovechamiento coyuntural que quiere este Gobierno para adecuar sus intenciones en la reelección.
¿Le gusta el proceso de paz?
Totalmente estoy decidido e incondicionalmente partidario de él, lo que creo es que desde el primer momento fue mal concebido en cuanto se pensaba que era una entrega, o una especie de rendición. Creo que es una gran oportunidad para que el país, al aceptar el ingreso a la política de los sectores de la insurgencia como las FARC, planteará de fondo con todas las fuerzas en un concierto integral unas modificaciones inaplazables para que este país se vuelva viable, cuando se escriba la historia de Colombia del primer cuarto de siglo; se tendría que hablar entonces de antes y después de agosto de este año, cuando las fuerzas que estuvieron humilladas por cuatro o cinco décadas, como las campesinas y obreras, las fuerzas políticas y sociales de las clases medias y envejecidas por este tipo de sistema político, económico y social se pusieron de pie y le advirtieron al régimen que incluso lo podían cambiar. Entonces están demostrando la necesidad de cambios estructurales de fondo, por eso yo confío en que nos hemos constituido y configurado como una alternativa a la guerra que puede ser un horizonte muy próximo en Colombia por la terquedad de no modificar las condiciones en que vive su sociedad.
Precisamente la Alianza Verde tiene un abanico de precandidatos presidenciales que pueden llevar la bandera de la paz…Sí, señor, porque es que la paz no es una prerrogativa de un sector del espectro de la política, es un Estado en el que se acude con todas las fuerzas sociales de un conglomerado; una condición pacífica, pero no puede surgir de la desigualdad de la injusticia de la violencia y buscarse las condiciones para que ella pueda darse con modelos como se exige hoy. Tendríamos que pensar en un modelo integral agrario, en un modelo financiero, porque aquí tenemos una desigualdad muy grande. Ya tenemos inscritos candidatos que proponen importantes opciones de alternativa en Colombia, ya tenemos a Enrique Peñalosa, al senador John Sudarsky; y esperamos muy prontamente la presencia de Antonio Navarro.