Los grafiteros a diario y en homenaje al joven Becerra plasman el arte en los muros
La jueza primera penal del Circuito de Bogotá de descongestión, con funciones de conocimiento, negó a la defensa del patrullero de la Policía, Wilmer Alarcón Vargas, la nulidad del proceso al considerar que no existen razones válidas para volver atrás.
En su decisión la togada consideró que en ningún momento se le está vulnerando el debido proceso al patrullero, como lo expuso el defensor, ya que en la actualidad por razones de la investigación se hizo necesario adelantar un proceso por el homicidio del joven Diego Felipe Becerra, y otro por la alteración del sitio donde se produjo el hecho.
Indicó la jueza de segunda instancia que se opone a la nulidad porque la solicitud es una petición extrema y en este caso no se demostró que ello ocurra.
Wilmer Alarcón Vargas es procesado por el crimen ocurrido el 19 de agosto del 2011, en el norte de Bogotá, donde a causa de un disparo falleció el joven Diego Felipe Becerra, de 17 años. Por este hecho se le imputó el delito de homicidio agravado.
Por su presunta actuación en la escena de los hechos, el fiscal 295 le imputó a Alarcón Vargas los delitos de fraude procesal, tráfico, fabricación y porte de armas de fuego agravado, atenuación y supresión de elementos materiales probatorios y falsedad ideológica en documento público agravado.
A Freddy Esneider Navarrete Rodríguez, quien responde en otro proceso por el delito de hurto, el fiscal anticorrupción le imputó los delitos de favorecimiento al homicidio, fraude procesal, tráfico, fabricación y porte agravado de armas de fuego, atenuación y supresión de elementos materiales probatorios y falsedad ideológica en documento público.
El fiscal del caso señaló que la escena de los hechos fue alterada al ser puesta en el sitio un arma de fuego que, según algunos testigos, no concuerda con la que presuntamente llevaba un sujeto que atracó un bus de servicio público, hechos de los cuales se señala al menor fallecido.
Asimismo, indicó que se pudo establecer que la denuncia del conductor de la buseta fue falsa, ya que para el momento de los hechos el automotor en mención tenía pico y placa ambiental. Con su accionar y sus declaraciones falsas los implicados en el proceso buscaban crear un perfil criminal en la víctima.
También se determinó que el arma puesta al menor muerto no era apta para disparar, y una vez realizada la prueba de absorción atómica se comprobó que el joven grafitero nunca activó tal arma, pues se confirmó que sus manos solo tenían pintura con la cual grababa el grafiti al momento de ser sorprendido por los policías.
En la actualidad Freddy Esneider Navarrete Rodríguez se encuentra preso en instalaciones de la cárcel nacional Modelo, mientras que Wilmer Antonio Alarcón Vargas está recluido en la cárcel de uniformados de Facatativá.
La jueza primera penal del Circuito de Bogotá de descongestión, con funciones de conocimiento, negó a la defensa del patrullero de la Policía, Wilmer Alarcón Vargas, la nulidad del proceso al considerar que no existen razones válidas para volver atrás.