La región del Tindouf, vive en tensión como consecuencia de violaciones de derechos humanos

Una solución adecuada de este conflicto, los jihadistas podrían explotar este terreno fértil y exponer a toda la región Sahelo-sahariana a considerables peligros

Fabio Hoyos Navarro

Catedrático

Anualmente, la IV Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se centra en el diferendo sobre El Sahara.

Múltiples peticionarios intervinieron para resaltar el estancamiento en las negociaciones de un conflicto que ya dura demasiado. Cabe recordar que, para poder sacar las negociaciones del estancamiento en que se encontraban, Marruecos propuso en abril del 2007, el Plan de Autonomía,  iniciativa que el Consejo de Seguridad no ha dejado de calificar, desde esa fecha, como «seria» y «creíble», lo que demuestra que cualquier solución debe ser política, negociada y basada en el realismo y en el espíritu de compromiso.

Urge una solución a este diferendo, dado que la región Sahelo-sahariana está, más que nunca, expuesta a grandes riesgos, dada la deriva que representa el Polisario y la complicidad de este movimiento separatista, implantado en el suroeste de Argelia, con movimientos terroristas y traficantes que operan en la región.

De ello se desprende que, a falta de una solución adecuada de este conflicto, los jihadistas podrían explotar este terreno fértil y exponer a toda la región Sahelo-sahariana a considerables peligros. La corrupción, el desespero y la extorsión que predominan en los Campamentos de Tindouf, crean las condiciones propicias para su radicalización.

Al tomar conciencia de esta situación bastante explosiva, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas insistió, en su última Resolución 2152 de abril de 2014 en la necesidad de concentrarse en la edificación del Gran Magreb y en la promoción de la cooperación económica. Todo ello para poder enfrentar a los movimientos terroristas que se refuerzan en la región.

No podemos abordar la cuestión del Sahara y sus dimensiones geopolíticas y humanitarias, sin abordar el calvario que sufren los pobladores de los Campamentos de Tindouf.

Múltiples voces se han elevado, tanto a nivel de la IV Comisión, como de ONGs, para denunciar las condiciones deplorables en que se encuentran estos grupos, sometidos a los preceptos de grupos militarizados, en este caso, el Polisario, inexistente en el Derecho Internacional. Estas poblaciones están privadas de sus derechos más elementales, derecho a la libre circulación y expresión, lo cual nos hacer recordar el modelo estalinista.

Numerosas ONGs interesadas en los derechos humanos, se han concentrado en la situación, solicitando al país anfitrión que asuma sus responsabilidades, principalmente la de permitir el acceso de los observadores a los Campamentos de Tindouf, con miras a evaluar la situación prevaleciente.  Según éstas, se trata de permitir a los residentes en campamentos de refugiados, expresarse libremente, sobre las diferentes opciones, que no conciernen exclusivamente a la independencia. Los informes han resaltado casos de «esclavitud» y abusos de las milicias del Polisario.

En un momento en el cual Marruecos opera y consolida su apertura hacia los mecanismos de las Naciones Unidas que rigen los derechos humanos, se puede constatar la persistencia del Estado anfitrión de los campamentos en rechazar todas las solicitudes de acceso a ellos y censo a las poblaciones que allí se encuentran, conforme al Derecho  Internacional.

Varias organizaciones denunciaron el secuestro por parte del Polisario, de la joven saharaui Mahjouba Mohamed Hamdidaf, nacionalizada española, quien fue a los Campamentos de Tindouf para visitar a su familia.

En fin, ¿hasta cuándo van a existir estos campamentos?, ¿cuánto tiempo más va a durar este conflicto, nacido del contexto de la «Guerra Fría» y que, a falta de soluciones, pueda favorecer la implantación de movimientos terroristas en la región Sahelo-sahariana?

Las condiciones de los habitantes de la región Sahelo-sahariana es difícil en todos los aspectos.

El desplazamiento es uno de los problemas que afrontan los civiles en medio del conflicto.