«La valerosa, histórica y trascendental decisión de Obama, de abrir relaciones con Cuba, tiene también aspectos preocupantes»
Jorge Consuegra
Bogotá
primiciadiario.com
En esta entrevista, la ex embajadora analiza lo que ha representado la noticia de la apertura de las relaciones entre Cuba y EUA, qué podrá pasar en la isla, por qué el silencio de Fidel Castro…
– Como ex embajadora de Colombia en Cuba y escritora de libros en torno a su Revolución, ¿Como recibió la noticia del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Cuba y EUA?
– Como al resto del mundo me agarró por sorpresa, tuve una enorme alegría, pero luego sentí preocupación y desconcierto. Ese repentino e inesperado cambio de 180 grados de las relaciones entre sus países, históricas y trascendentales, después de más de medio siglo de hostilidades también plantea interrogantes. ¿Que va a pasar en Cuba en esta nueva etapa? Todas las administraciones estadounidenses, republicanas y demócratas, desde el triunfo de la Revolución, en una u otra forma han intentado darle al traste. Su hostigamiento abierto y encubierto ha sido constante. Bajo Obama, varios gobiernos denuncian la intervención de EUA en los «cambios de régimen» en Honduras y en Paraguay. También hubo quejas de Ecuador en relación con el extraño levantamiento policial contra Correa. Mark Weisbrot, analista gringo, lo califica de intento de golpe. Varias veces la USAID, mecanismo de intervención soterrada, activa en varios países y expulsada en otros, está involucrada. Con ese telón de fondo, la valerosa, histórica y trascendental decisión de Obama tiene también aspectos preocupantes. En «defensa» de sus intereses Washington pasa por encima de derechos soberanos de otros países. Y Cuba ha estado en el objetivo por más de medio siglo.
– ¿Cuáles cree que fueron las razones que llevaron a Obama a dar ese paso trascendental, un giro de 180 grados en su política hacia Cuba?
– Creo que se debe al creciente aislamiento de Estados Unidos, a nivel regional y mundial. Ese giro se debe en gran medida a la presión política de la nueva izquierda latinoamericana. La que le toca en suerte a Obama ya no le marcha como antes a EUA. Crea organismos regionales de integración, como Unasur, que excluyen expresamente a EUA y por ende a Canadá. Esa nueva izquierda es solidaria con Cuba, desde su primera reunión en Trinidad y Tobago, le exige a Obama levantar el embargo y advierte que no aceptará más la exclusión de Cuba de las Cumbres de las Américas. Estas fueron invención de Clinton para excluir a Cuba y congraciarse con los exiliados cubano-estadounidenses de Miami. En la de Cartagena, Santos aborda el impasse de la participación de Raúl Castro, pues crearía un problema con Obama. Santos va a La Habana, habla con Raúl y con Hugo Chávez, convaleciente en esa capital. Raúl acepta no ir, pues nunca había manifestado interés en tomar parte. En la próxima Cumbre, que tendrá lugar en Panamá, el presidente Juan Carlos Varela lo invita expresamente. En esta nueva etapa, ambos presidentes asistirán sin problema, se encontraran por primera vez. Vamos a ver que pasa…
– ¿Teme usted teme que el restablecimiento de relaciones diplomáticas de pie a acciones de Washington en busca del «cambio de régimen» cubano?
– El interés porque ocurra un cambio esta explicito en declaraciones y artículos de opinión de personalidades estadounidenses, y comentarios de miembros del gobierno de Washington, publicados recientemente en los principales diarios, como el New York Times y el Wall Street Journal. En general manifiestan confianza en que dicho acercamiento conduzca a un cambio «democrático» en Cuba. Varios destacan el papel crucial que puede jugar la comunidad internacional, Europa y Latinoamérica. Esperan que presionen a Cuba para que este ocurra. Bajo Obama, Alan Gross fue enviado a Cuba, en misión de la USAID con la intención de instalar una red de satélites independiente y propiciar el «cambio de régimen», comenta la revista neoyorquina, The Nation. Gross esta en prisión en La Habana durante 5 años. Su liberación es tema principal de las negociaciones con Cuba. También la USAID, logra infiltrar movimientos musicales cubanos de protesta para estimular una lírica más estridente contra el gobierno. Los músicos comprometidos los sancionan sus grupos. La política de Obama con Cuba, según explica en conferencia de prensa el 20 de diciembre, es usar a la vez «zanahorias y garrote».
– ¿Que peso tendrá la oposición interna para parar la iniciativa de Obama de normalizar relaciones con Cuba?
– Esa oposición quizá demore soluciones a los numerosos asuntos del conflicto, pero no creo que logre impedir el restablecimiento de sus relaciones ni la instalación de sus respectivas embajadas. El debate está al rojo vivo. Los republicanos, que hoy controlan las dos cámaras del Congreso, se oponen a cualquier concesión a Cuba. Los senadores, Marco Rubio e Ileana Ross-Lehtinen, republicanos, y Robert Menéndez, demócrata, todos cubano-estadounidenses, están en contra de normalizar las relaciones y anuncian que harán lo imposible para bloquear las iniciativas de Obama. Pero una encuesta del Atlantic Council, comentada en el New Yorker, muestra un panorama distinto: en la Florida el 63% está a favor de la mejora de las relaciones con Cuba, a nivel nacional son el 56%, 62% latinos y 52% republicanos. Otros, fuertemente en contra de la normalización son exiliados cubanos en Miami, acusan a Obama de «traidor».
– Un tema crucial de esas relaciones es el embargo económico. ¿Es posible levantarlo?
– Parece un nudo difícil de soltar. En 1962 Kennedy lo decreta y congresistas lo regulan con duras leyes, Torricelli y Helms-Burton, y un enjambre de disposiciones despiadadas y mezquinas. Según los cubanos, no se trata de un embargo, sino de un bloqueo económico, financiero y comercial. Obama ha dicho que tratara ese asunto con el Congreso. Aunque algunos sostienen que la Constitución da autonomía al presidente en política exterior, no parece posible levantarlo sin su aprobación, hoy en manos de republicanos opuestos a cualquier concesión a Cuba.
– Ciertos políticos colombianos han mantenido silencio frente al hecho histórico de la apertura. ¿Que opina?
– Me sorprende y me preocupa mas el silencio de Fidel pues para algunos significa que no esta de acuerdo, a su sabio entender, ve que lo que se avecina puede ser peligroso para Cuba. Analistas afirman que Raúl no habría podido acordar la normalización de las relaciones con EUA sin su acuerdo. ¿Por qué ese silencio?
– ¿Cómo ha visto la reacción de los cubanos ante esta nueva situación de apertura con EUA?
– Muchos ven aspectos muy positivos, apertura, fluencia de dinero para promover su industria y su comercio, quizá fin de sus escasees, llegada al comercio de artículos de EUA a los que antes no tenían acceso. Más turismo y mayores oportunidades de viajes. Quizá surja una sociedad más abierta. En cambio, para los opositores, o los llamados disidentes, existen varias organizaciones, Obama los traicionó al negociar y validar a un régimen autoritario y represor. No fueron consultados en relación con la apertura hacia EUA.
– ¿Cree que sus libros, Los amos de la guerra y las guerras de los amos (UniAndes 1999) y Obama y la nueva izquierda Latinoamericana (Ediciones B, 2011), cobran hoy una inmediata actualidad?
– Ambos tratan sobre Cuba en distintos contextos y pueden ayudar a aclarar aspectos de sus agitadas relaciones con EUA, de EUA con el continente, y de la influencia de Cuba, ejemplo y referencia, en los desarrollos de la nueva izquierda latinoamericana.
Clara Nieto es periodista y columnista de opinión, con larga carrera diplomática, delegada de Colombia ante la ONU, representante de Colombia ante la UNESCO en París, encargada de Negocios en Yugoslavia, embajadora en Cuba y directora de la Oficina Regional de la UNESCO en La Habana. Es autora del libro Los amos de la guerra y las guerras de los amos, que fuera traducido al inglés y al italiano. Su más reciente libro es Obama y la nueva izquierda latinoamericana.