Las ideas que nazcan en la Cátedra puedan ser puestas a consideración de la mesa de diálogo, con el fin de aumentar voces y alternativas sobre las posibles soluciones al conflicto.
Agencia de Noticias UN
Manizales
Los jóvenes van a ser los primeros beneficiados de las condiciones de una sociedad sin conflicto armado, por lo que deben apersonarse de los múltiples acuerdos que se están discutiendo en La Habana.
Durante la primera sesión de la Cátedra de la Paz, Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional., ofreció un breve contexto sobre los inicios del conflicto armado en Colombia, como punto de partida para los temas que se tratarán durante el primer semestre de este año.
Conceptos como conflicto armado, solución política, desarrollo agrario y esclarecimiento histórico fueron explicados por el docente, quien señaló que estos espacios deben abrirse en la academia para que las personas se informen sobre lo que está ocurriendo en La Habana, pero especialmente para que entiendan el impacto que puede generar la firma de los acuerdos.
«En la medida en que juegan un papel central en la sociedad, nuestros estudiantes y profesores deben conocer en qué consiste uno de los problemas más relevantes del país y cómo se está intentando resolver», agregó.
Hizo énfasis en el papel crucial que cumple la comunidad académica, especialmente los miembros de la universidad pública, ya que tienen como responsabilidad pensar los problemas a través de la investigación, la extensión y la docencia.
El profesor e historiador de la U.N., Fabio López de la Roche, abordó la cultura política como elemento fundamental para el posconflicto.
Como fenómeno, la cultura política también corresponde a una historia y evolución, pero como práctica aborda las diferentes formas en que la sociedad ha reflexionado el papel de las creencias y los valores en la conformación de lo político y social.
Entre los diferentes temas que se dictarán en la Cátedra, se destaca la discusión alrededor de los conflictos armados que se han vivido en el mundo y su comparación con el caso colombiano, uno de los más antiguos.
Ambos profesores estuvieron de acuerdo en que los jóvenes deben apersonarse de la situación. Un trabajo interdisciplinar ayudaría a mantener el discurso sobre la paz, uno de los principales objetivos de la Cátedra.
«Justamente, la población joven es la que va a tener que vivir y estar al frente de todo durante el posconflicto; van a ser los primeros beneficiados de esas nuevas condiciones de una sociedad sin conflicto armado. Por lo tanto, ellos deben estar al frente de las actividades académicas y de las entidades estatales encargadas de desarrollar todos esos acuerdos en los distintos escenarios locales, regionales y nacionales», indica Vargas.
Se espera que las reflexiones, sugerencias e ideas que nazcan en la Cátedra puedan ser puestas a consideración de la mesa de diálogo, con el fin de aumentar voces y alternativas sobre las posibles soluciones al conflicto.
LA PAZ DEBE EMPEZAR EN LA EDUCACIÒN