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VALORES: ANTÍDOTO PARA LA CORRUPCIÓN


Por: Gerney Ríos González

La calidad se exterioriza en la mejora continua con las innovaciones en la administración, las ideas progresistas, los cambios radicales en la empresa, son baluartes en la superación de las crisis que periódicamente afectan a las organizaciones. Diferentes directrices son trazadas a diario por estudiosos del liderazgo con el fin de solucionar aquellos problemas que parecen insolubles en tiempos difíciles, cuando se aúnan diversos factores negativos para hacer más complicado el camino gerencial.

La decisión exige del líder personalidad fuerte y mente independiente que le faciliten disponer de medidas contundentes, sin generar pánico y desavenencias al interior de la organización, cuando se trata de salvar el complejo productor. Es una suma de cualidades, firmeza, carácter, proactividad, diligencia y autoridad, para consolidar posiciones.

Necesario en la mente del ejecutivo valorar las circunstancias que producen crisis y enfrentar el reto de superarlas. Hay quienes por mirar los arboles no piensan en el bosque completo y aquí nace la gran equivocación para sortear las situaciones angustiosas, cotidianas en cualquier entidad. En cabeza fría y razonamiento sereno, encontrará las mejores armas a fin de encarar las tormentas presentes o venideras del engranaje empresarial.

Las instituciones involucradas en crisis mediatas, deben disponer de profesionales diligentes y eficaces, con poder en la formulación de salidas eficientes-efectivas. Un líder posesionado de su papel se la juega toda; expone su prestigio, futuro y capacidad mental, si quiere sacar a flote la organización que conduce. El estado emocional, es vital para eludir los obstáculos asomados de los ataques internos o de los entornos.

Los periodos gerenciales son exigentes en el decurso de épocas buenas o malas. Los pormenores de cualquier riesgo son tenidos en cuenta por el líder que pretende ver a su empresa exitosa en el escenario de los negocios globalizados. Es válido diferenciar entre quienes tienen virtudes del dirigente y aquellos que solo administran rutina. El primero es visionario de la meta a la cual quiere llegar la entidad y por tanto, es vigilante insomne de los contratiempos, enemigo de la usanza, la creciente burocracia y amigo sí, de cambios radicales, empleando el talento organizacional, la agilidad de su inteligencia, con virajes precisos en momentos de crisis.

El salvavidas de la institución es la idea convertida en hechos reales, la reinvención de estrategias, la redefinición de objetivos y ante todo, articular una sociedad productiva-sensata. El líder en este caso, es obsesivo en la ejecución de un plan acorde con los medios y el ambiente, si ansia lograr resultados concretos no diluidos en el tiempo y el espacio.

El estilo gerencial enfrentará la crisis con decisión, comunicación, credibilidad, ejemplaridad, creatividad, innovación, imaginación, inteligencia y agudeza. El conocimiento directo de la empresa es facilitador de soluciones. Los tiempos de conflicto son superados cuando se tienen presentes la perseverancia, justicia, prudencia, bondad, humildad, lealtad, amistad, libertad, tolerancia, honestidad, solidaridad, responsabilidad, laboriosidad; aplicando los principios y valores precedentes sin dilación, en el momento oportuno y con sello personal, lo precedente en la búsqueda de la calidad de vida y aplicada a las causas en sus diferentes facetas, veamos:

Ser perseverantes: “La constancia Vence…”

Una gota de agua taladra un gigantesco peñasco, desde luego no en una sola descarga. La persistencia de millones de corpúsculos líquidos sobre determinado sitio, logra la perforación al término de días o meses e inexorablemente, pese a la dureza de la roca, allí aparecerá el orificio de lado a lado. Es uno de los mejores ejemplos de la perseverancia.

Es común oír decir, “la constancia vence lo que la dicha no alcanza”, significante fundamental para lograr el triunfo. Un liderazgo con principios y valores firmes, además de la persistencia, corona con éxito los objetivos; concibe ideales con anhelo y fuerza de superación.

Hay quienes desprecian el camino al triunfo por el primer obstáculo que se atraviesa. Los pusilánimes hallan desgracia al abandonar la idea de progreso, defraudando a sus seguidores. Líder preciado de ecuánime, jamás traiciona el esfuerzo y el sudor transpirado en las repetidas caídas sufridas. El dramaturgo alemán Bertolt Brecht hizo universal su reflexión y es el impulso para los batallones del futuro sin dejar caer su ánimo y propósito. El autor enseña: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay muchos que luchan por años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida y estos son los imprescindibles”, Claro mensaje de decisión y perseverancia, tanto para el servicio propio como el ajeno. El liderazgo se da en hombres imprescindibles, más aún, en tiempos en los cuales se requiere de la reconstrucción de los heridos tejidos sociales.

La perseverancia es aliento vital que llevamos adentro de nuestro ser en mayor o menor proporción, convirtiéndose en fuerza que empuja a no desfallecer en la búsqueda de los objetivos. Quien ostenta la perseverancia como valor, tendrá disciplina de principios, carácter, criterio para sopesar los resultados de cualquier acontecimiento y edificar un esquema en el cual descansen las realizaciones conquistadas. Quien se levanta una y otra vez, contra la adversidad, los obstáculos, redoblando esfuerzos para salir adelante, abona la mitad del sendero hacia el alcance de cimas más allá de las propuestas.

Contrario al líder perseverante, se encuentra el individuo que a cada momento desanima por lo desconocido, es presa de indecisión y mediocridad, falto de voluntad e impaciente, personaje llamado al más rotundo de los fracasos. El líder debe ejercitarse a diario tanto física como intelectualmente, para no caer en los abismos de la negligencia, pereza y descuido.

La perseverancia se inculcará desde el seno del hogar y en los inicios de la escuela, así los niños asimilarán estas lecciones, siendo escudo contra la desgracia y miseria del futuro. Hay que repartir docencia en tal sentido, hacía una sociedad igualitaria y justa. En suma, la perseverancia es virtud, valor humano desarrollado por pocos; cultivarla es patrimonio de sabios. Quienes dejan lo realizado a la mitad del camino son considerados insensatos; el triunfo es fruto de la experiencia y constancia en las labores.