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LEALTAD =RECTITUD

 

Gerney Ríos González

Editor Internacional

Primicia

 

 

 

El conocido pensador y escritor argentino, Ernesto Sábato, instruye de la siguiente manera acerca del valor de la humildad, “se necesita mucha grandeza para ser humilde”. De hecho, quien es grande y no precisamente de estatura, es el humilde. Solamente los ignorantes son engreídos, como el pavo real ufanado de su hermosa cola de colores, siendo uno de los animales más torpes. Y que decir del imbécil al sustentar su poderío por los bienes materiales obtenidos con dinero. Y no por capacidad mental. El espíritu tiene nobleza cuando se inclina por las cosas buenas que benefician a los demás, Alma Grande fue Gandhi, liberó a la India  del yugo británico con su política de resistencia pasiva y no con la violencia; ejemplo de un verdadero líder de los tiempos modernos, cuya imagen perpetúa por siempre en el recuerdo de la humanidad.

Nada hay más despreciable que la soberbia de aquel engreído de poseerlo todo, conocimiento y riquezas. Quien no es humilde de corazón jamás conocerá la verdad de la vida, por ello los enceguecidos por el brillo del oro y las posesiones terrenales, palidecen ante el mínimo obstáculo de la vida. Séneca el pensador griego enseña, “muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubiesen creído demasiado sabios”. Khalil Gibran sostuvo, “protegedme de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y de los grandes que no se inclinan ante los niños”

El escritor francés Anatole Thibault France, autor de delicada ironía y estilo muy clásico, en su obra “Los dioses tienen sed”, orienta a “no ser jamás humilde con los soberbios, ni soberbio con los humildes”. Existen sujetos de obtusa mentalidad al conseguir empleo o posesiones exitosas en la vida, desconocen aún a su familia. “Se les suben los humos” pese a escalar peldaños con dudosa legitimidad, por lo que más adelante caen estruendosamente víctimas de su propio invento: la soberbia y la vanidad. La soberanía es mal de aquellos que solamente piensan en su beneficio, no les interesa el mal generado por sus actuaciones. El compartir experiencias, conocimientos, es propio de seres superiores, tocados de grandeza. La humildad trae beneficios, pero el orgullo produce desazón de alma al acumular conflictos emocionales en el interior y el entorno.

El filósofo hispanolatino, Séneca concibe hacia la vida práctica: “el que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es feliz, luego el prudente es feliz”

El líder del presente debe tener una gran porción de humildad, la cual no es par de estupidez, ya que es un verdadero arte colocar en práctica este valor, canalizado en el conocido refrán, “ni tanto que queme al santo ni poco que no lo alumbre”, de manera que cuando aflora la humildad en las relaciones interpersonales, la sutileza facilitará el manejo de situaciones con el fin de no convertirse en un cretino. Ante la adversidad de sus ideas. El conductor no puede perder su norte, ni sus estructuras, principios o valores. Por otro lado, si el guía no practica la humildad, se convierte en un prepotente, intocable, tirano y déspota, perdiendo así su calidad distintiva.

 

Ser leales: “Solo el que manda con…”

Sinceridad, valentía, firmeza, agradecimiento, seguridad, honestidad y transparencia son virtudes sintetizadas en una sola y valiosa palabra: lealtad. Un líder leal a una causa, nunca pierde a sus seguidores, gana más adeptos, asegura el éxito de la empresa. La ausencia de compromiso consigo mismo, con un tercero o con la organización es un alarmante signo de deslealtad, considerado uno de los comunes pecados. No se puede permitir que la ambición malsana arrastre a su paso honras, personas e instituciones.

La lealtad es sinónima de honradez, nobleza y rectitud. La transparencia de este valor se encuentra entre los más rigurosos principios éticos de la persona. No merece confianza, ni puede ser aliado, aquella persona voluble, de juicios rápidos, desagradecida, interesada, chismosa, traidora, abusiva. El amigo verdadero se valora a simple vista, es alto su ánimo, tiene personalidad definida, es leal con sus principios y cuando expone criterios su mirada siempre la destina a los ojos del receptor. Es de sumo cuidado el homo sapiens sapiens que al dirigirse a un individuo, esquiva su mirada. Tarde o temprano lo traicionará.

Henry Ford, el mayor inventor y fabricante de automóviles de la historia de Estados Unidos dijo, “llegar juntos es el principio, mantenerse juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito”, equivalente a decir que la lealtad unifica, forma equipos de tal magnitud que la industria crece y se fortalece con los presupuestos espirituales y económicos del aporte de cada persona en la comunidad.