«Es en la posesión de la tierra donde mejor se ve reflejada la inequidad social, ya que el 0.3 % de los propietarios tiene el 60% de la tierra, mientras el 82% de los poseedores tiene apenas el 9%, lo cual viene siendo así desde 1750»
Javier Sánchez L.
Enviado Especial
Primicia Diario
«Es en la posesión de la tierra donde mejor se ve reflejada la inequidad social, ya que el 0.3 % de los propietarios tiene el 60% de la tierra, mientras el 82% de los poseedores tiene apenas el 9%, lo cual viene siendo así desde 1750»: Esta fue la afirmación rotunda del académico
Darío Londoño Gómez, durante su intervención en el «Foro Primicia: Desarrollo y Paz en Sociedades Postconflicto», cumplido con más de quinientos asistentes en La Mesa, Cundinamarca, ciudad del occidente con mil títulos gloriosos en la guerra de independencia y cuna de la expedición botánica. En el foro expusieron el general Manuel Gerardo Guzmán Cardozo, Antonio Galán Sarmiento, Alfredo Molina Triana, representante a la cámara y el escritor y académico Gerney Ríos González.
Hablando sobre la paz, el conflicto interno actual, los diálogos de paz, las cruzadas ciudadanas para la convivencia pacífica, Darío Londoño Gómez a quien la audiencia prestó atención, debido a su autoridad académica, explicó:
«Colombia ocupa el segundo lugar entre los doce países con mayor diversidad biológica del mundo, después de Brasil. Y es uno de los once países que todavía conservan extensas superficies de su bosque original relativamente libre de amenazas. Si logramos que los cultivos ilícitos, las guerrillas, las bacrim y las transnacionales no acaben con las 70 millones de hectáreas que aún nos quedan y que venimos deforestando a una tasa de 200 a 250 mil hectáreas por año.
El país está geoestratégicamente bien localizado, pero también por esa razón y por su muy difícil geografía (la tercera más difícil después de Kazajistán y Afganistán) debida a la trifurcación de la Cordillera de los Andes y por su latitud, su clima se encuentra marcado por la zona de confluencia intertropical (ZCI) o en palabras simples el encuentro sobre nuestro territorio de los vientos alisios del norte y los del sur. Pero ante todo somos un país Andino y Caribe, por el Pacifico estamos más lejos en días de navegación de HonKong, que por el Atlántico.
Las tierras agrícolas altamente productivas son menores, el Valle del Cauca y la Sabana de Bogotá donde la capa orgánica del suelo puede tener una profundidad de 1 a 1,5 metros; comparada con Argentina donde esa capa tiene hasta 4 metros, por eso no somos ni seremos una potencia agrícola y si nos descuidamos dejaremos de ser autosostenibles alimentariamente».
El conferenciante, autoridad en materias como la agricultura, la paz, el progreso y la convivencia que se busca para futuro de las generaciones colombianas terminó su exposición, asegurando:
«Tierra sin agua no vale nada» decían los abuelos, si bien seguimos siendo una potencia mundial desde el punto de vista hídrico, séptimos en el mundo (con cerca de 2100 Km3 /año) y esto no va a cambiar mucho debido a las lluvias producto de la ZCI, si tendremos veranos más secos e inviernos más fuertes. Somos un país de armar y desarmar por el clima (decía Daniel Samper) y también por los gobiernos, agregaría yo».
A sangre y fuego han sido desplazados millones de campesinos colombianos a quienes les han arrebatado la tierra.
lamentablemente lo que se habla en el articulo es que si seguimos así dejaremos de ser un país autosostenible en alimentos a pesar de que tenemos buena tierra para ese proceso y ahora con este dicho Tierra sin agua no vale nada pues ya estamos llegando a ese punto Colombia esta sufriendo mucha escasees de agua y donde puede haberla la mayoria no es potable.
Jaime Eduardo Pedraza Téllez
CISCA
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