La inyección de corticosteroides sirve para aliviar el dolor de la articulación porque reduce la inflamación en y alrededor de la misma.
Estimado Dr:
Padezco de osteoartritis en la columna. Hace aproximadamente un mes, me pusieron una inyección de esteroides en la espalda lumbar porque el médico dijo que podría ayudarme con la rigidez, así como con el dolor de la espalda y piernas. La inyección funcionó y los síntomas ahora desaparecieron. ¿Cómo funciona este medicamento? Si el dolor reapareciese, ¿puede otra inyección encargarse del asunto o es que la artritis desapareció?
Respuesta: Dr. Paul Huddleston, Cirugía Ortopédica de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota
La inyección que usted recibió posiblemente contenía un medicamento corticosteroide, pues esos poderosos fármacos suelen ser muy útiles para tratar varias afecciones que provocan dolor en las articulaciones, entre ellas la osteoartritis.
La duración del efecto de la inyección de corticosteroides puede variar mucho, dependiendo de la salud y gravedad de los síntomas. Cuando el dolor reaparece, se puede aplicar otra inyección. No obstante, debido a la posibilidad de efectos secundarios graves, la cantidad de inyecciones y la frecuencia de administración son limitadas. Desgraciadamente, su artritis no ha desaparecido, pese a que en este momento no tenga síntomas.
La inyección de corticosteroides sirve para aliviar el dolor de la articulación porque reduce la inflamación en y alrededor de la misma. Las inyecciones se administran a personas con osteoartritis debido a que la enfermedad suele llevar a sentir dolor, sensibilidad e hinchazón en las articulaciones, sobre todo de las manos, rodillas, cadera y columna. Además, las inyecciones normalmente se recetan a quienes sufren de dolor debido a otros trastornos, tales como tendinitis, síndrome del túnel carpiano, gota, bursitis y artritis reumatoide, por nombrar solamente algunas.
La aplicación de la inyección de corticosteroides generalmente implica sólo una visita al consultorio médico. Antes de la inyección, se limpia el sitio de administración y también es posible que se aplique un anestésico en rociador para entumecer la zona donde el médico introducirá la aguja. A fin de verificar que la aguja esté bien situada, el médico puede recurrir a la ecografía o a un tipo de radiografía, llamada fluoroscopia, para ver dónde entra la aguja al cuerpo.
Una vez introducida la aguja, se inyecta el medicamento en el sitio. Por lo general, estas inyecciones incluyen el medicamento corticosteroide que alivia el dolor y la inflamación con el transcurso del tiempo, así como un anestésico que brinda alivio inmediato al dolor.
La duración del alivio de la inyección de corticosteroides depende, en gran parte, de la salud personal. En algunas personas, los efectos pueden durar solamente una o dos semanas, mientras que otros quedan sin síntomas por varios meses o más.
Si bien los corticosteroides pueden aliviar muy eficazmente algunos síntomas, tales como dolor, sensibilidad y rigidez en las articulaciones, no están libres de riesgo. En algunas personas, las inyecciones pueden provocar un brote de dolor e inflamación en la articulación justo después de administrarla; aunque en la mayoría de casos, esos síntomas se desvanecen en el transcurso de las primeras 48 horas posteriores a la inyección.
Las complicaciones a largo plazo, pese a ser raras, pueden incluir daño nervioso, infección en la articulación, daño de los tendones vecinos y afinamiento de los huesos cerca del sitio de la inyección. Algunas personas sienten alivio temporal del dolor debido al medicamento anestésico que generalmente se aplica con estas inyecciones, pero no obtienen alivio a largo plazo del dolor. Por otro lado, no se puede administrar esta inyección a quienes toman anticoagulantes para el tratamiento de un accidente cerebrovascular y de trastornos cardíacos o del corazón porque es peligroso hacerlo mientras toman esos medicamentos.
Existe alguna evidencia respecto a que repetir las inyecciones de corticosteroides no cambia la forma en que la artritis avanza en la columna con el tiempo, mientras que la administración crónica de estas inyecciones termina por deteriorar el cartílago dentro de la articulación y deriva en el daño permanente de ésta. Debido a ello, estas inyecciones normalmente no se administran con más frecuencia que cada seis semanas. Además, se suele recomendar que las personas no se administren las inyecciones de corticosteroides más de tres o cuatro veces por año.
Si observa que los síntomas de la osteoporosis reaparecen, revise las ventajas y los riesgos de una segunda inyección de corticosteroides con el médico para decidir si otra inyección es la mejor opción para usted.