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Carlos Vicente de Roux: «POR QUÉ QUIERO SER ALCALDE DE BOGOTÁ»

CARLOS VICENTE DE ROUX1«No soy un candidato joven pero sí soy un candidato nuevo, que no comparte las viejas mañas de la politiquería y que está obsesionado por hacer de Bogotá una metrópoli moderna, amable y equitativa»: dice Carlos Vicente de Roux

Carlos Vicente de Roux
Especial
Primicia Diario

No soy un candidato joven pero sí soy un candidato nuevo, que no comparte las viejas mañas de la politiquería y que está obsesionado por hacer de Bogotá una metrópoli moderna, amable y equitativa.

Como consecuencia de la encuesta que el Partido Alianza Verde le encargó a Datexco, soy el candidato de la Alianza a la Alcaldía de Bogotá. Pero, ¿qué representa esta candidatura?

En primer lugar, un contraste con las fuerzas políticas tradicionales. Los Verdes son los herederos del ejercicio serio que hicieron Peñalosa, Mockus y Garzón para escoger un candidato a la Presidencia, y de la campaña contra el todo vale en las presidenciales del 2010. Es difícil encontrar un partido que tenga una hoja de presentación tan libre de componendas con intereses dudosos como la Alianza Verde.

Mi candidatura está en sintonía con eso. Fui el autor del informe sobre el carrusel de la contratación que avalaron con su firma Gustavo Petro y Luis Carlos Avellaneda y que ayudó a golpear ese esquema delictivo. No solo no he hecho política con base en clientelas y contratos, sino que he denunciado esas prácticas una y otra vez.

Por supuesto que mis aportes a Bogotá no se han limitado a ese informe. Llevo 12 años estudiando la ciudad y trabajando como concejal por ella, especialmente en la discusión de los proyectos de acuerdo de iniciativa del gobierno distrital, que son los más importantes: los planes de desarrollo, los presupuestos anuales y sus adiciones, las reformas administrativas, los impuestos, los cupos de endeudamiento y, para rematar, el POT. He hecho énfasis en la construcción de equidad, y en todo lo que tiene que ver con la movilidad y la infraestructura.

La divisa política verde es sinónimo de compromiso ambiental, por lo que simpatizan con ella todos los sectores responsables con la naturaleza, a lo largo y ancho del mundo. En Colombia, ese compromiso no ha sido desarrollado todavía hasta donde se debiera por el Partido Verde, pero a su bancada en el Concejo pertenecen algunos de los líderes más conocidos del ambientalismo capitalino. Siempre he respaldado sus debates y propuestas. Mi programa a la Alcaldía tendrá consonancia con eso.

Como los Verdes no se localizan en los extremos políticos, pueden conectarse fácilmente con las preocupaciones de la gente. Esto es muy importante en Bogotá, donde ya son críticos los reclamos por la seguridad y la movilidad, así como por la recuperación estética y funcional del espacio público.

Como alcalde Verde, tendré claro que mi primera obligación es trabajar por que Bogotá sea amable y acogedora para todos sus habitantes. No me olvidaré de que el alcalde es el primer responsable de que la gente esté segura en la casa, la calle y el transporte público, de que el tráfico vehicular fluya bien y de que el espacio público sea limpio y agradable.

Pero tampoco dejaré de hacerle honor a la apertura mental de los Verdes ante otras formas de avance hacia una sociedad mejor. Aquí hay que volver a mencionar, muy especialmente, la promoción de la equidad y la inclusión social. Por eso voy a repotenciar los programas sociales distritales y los subsidios en los servicios públicos y el transporte, a focalizarlos mejor y a garantizar su sostenibilidad fiscal.

Tengo experiencia gerencial en el sector privado y en el público. Siempre que respondan a una visión programática adecuada, admiro los buenos gerentes, su compromiso con la acción y no con los discursos, su capacidad para planear y ejecutar, su habilidad para resolver problemas, no para crearlos. Estoy decidido a darle a Bogotá un gabinete de excelencia.

No soy un candidato joven, pero sí soy un candidato nuevo, que no comparte ni por asomo las viejas mañas de la politiquería ni tiene relaciones oscuras, y que está obsesionado por hacer de esta ciudad una metrópoli moderna y equitativa.

Aprecio a todos los demás candidatos pero tengo que decir que han aterrizado en Bogotá, en la escala de un viaje que los trae de destinos nacionales y seguramente los regresará a ellos. Porque han ocupado altos cargos de la Nación y han competido por la Presidencia de la República, y pareciera que aspiran a la Alcaldía como premio transitorio de consolación.

Mi caso es distinto. He estado concentrado por muchos años, como ya dije, en los problemas de Bogotá, y quiero llegar al Palacio Liévano para trabajar por convertirla, con base en la experiencia y los conocimientos acumulados, en una ciudad incluyente con las personas de escasos recursos y más amable y segura para todos y todas, no solo para los más pobres.