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Rafael Pardo: «POR QUÉ QUIERO SER ALCALDE DE BOGOTÁ»

rafael-pardo-1-1024x683«Propongo una Bogotá que destierre de una vez por todas la miseria, pues a pesar de los esfuerzos, la pobreza más extrema ha reincidido afectando a los más vulnerables: los jóvenes. Una sociedad más igualitaria exige que cada día haya más y mejores empleos»: Rafael Pardo Rueda.

 

 

Rafael Pardo Rueda

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Bogotanos y bogotanas somos todos los que vivimos en esta ciudad, que nos preocupamos por ella y que la queremos transformar.

Bogotá, nuestra capital, es una ciudad digna de admiración. Su economía es más grande que la de varios países vecinos. Ofrece oportunidades de empleo, progreso, educación a casi ocho millones de bogotanos.

Es una ciudad vibrante, joven, llena de vida, de gente apasionada, diversa y tolerante. Sin embargo, hoy no se avanza como se debería. Sentimos que la inseguridad, los trancones, el desorden y la falta de organización son una constante en todas las clases sociales. Las disputas mantienen la ciudad en un estado de desorden generalizado y de incertidumbre que genera inseguridad.

En todas y cada una de las localidades que he visitado, escucho el mismo reclamo:

Queremos una ciudad organizada.

Queremos que las obras que se hagan, se terminen.

Queremos que las reglas sean claras y para todos.

Queremos un Alcalde que una, no divida. Que sume, no que reste.

A estos reclamos, la respuesta es FIRMEZA, SERENIDAD Y GERENCIA.

Vamos a dejar atrás el pasado de peleas mezquinas, de inacción y falta de claridad.

El Alcalde tiene que ser el líder de la construcción de una nueva sociedad, más igualitaria, más respetuosa de los demás y de las reglas de convivencia.

En fin, el gerente de una sociedad más abierta, menos segregada y más equitativa.

Por estas razones, me comprometo con todos los bogotanos y bogotanas.

Sobre tres propósitos básicos: tener una sociedad más igualitaria; hacer de la ciudad el entorno ideal para sacar adelante nuestros proyectos y poner al gobierno del lado de la gente.

No son propósitos vagos, ni retóricos. Implican un cambio profundo de nuestra manera de actuar como individuos y como sociedad y de la manera de concebir la acción gubernamental.

Por eso antes que el modelo de ciudad quiero poner de primero el modelo de sociedad que queremos moldear desde la alcaldía, y ese modelo de sociedad será el que oriente cual ciudad proyectamos y que estilo de gobierno iremos a ejecutar.

Una Sociedad más igualitaria, para tener una sociedad más igualitaria tenemos que cambiar la concepción y las prioridades del gasto público; tenemos que adoptar normas de discriminación positiva en favor de sectores poblacionales discriminados;

Si queremos una verdadera igualdad tenemos que reconocer las diferencias y que respetar a todas y todos lo bogotanos.

El propósito de la igualdad nos obliga a desterrar toda forma de discriminación.

Una sociedad igualitaria es una sociedad respetuosa, que cumpla con las reglas; una sociedad con oportunidades mejor distribuidas, donde la educación pública, la educación ofrecida por el Distrito tenga progresivamente niveles de calidad equivalentes a la educación privada, para que la educación sea un igualador; una sociedad en la que buscar un trabajo no sea objeto de palancas ni de privilegios, una sociedad que genere inclusión positiva a poblaciones hoy discriminadas; donde las etnias, las víctimas, las personas con discapacidad, las mujeres sean respetadas y reconocidas para que la igualdad sea una realidad en la vida cotidiana; una sociedad que no discrimina por razones de género, de creencia religiosa o de orientación sexual.

Una sociedad más igualitaria en el acceso a los servicios de salud y educación en cercanías con los barrios de residencia. Una sociedad más igualitaria que facilite horarios especiales a las mujeres y que garantice su igualdad salarial. La igualdad de derechos y la justicia social no pueden ser palabras al viento. Tienen que ser realidad.

Propongo una Bogotá que destierre de una vez por todas la miseria, pues a pesar de los esfuerzos, la pobreza más extrema ha reincidido afectando a los más vulnerables: los jóvenes. Una sociedad más igualitaria exige que cada día haya más y mejores empleos. Y los empleos en Bogotá los generan decenas de miles de empresas grandes, medianas y pequeñas. Empresas que generan más empleos que en ninguna otra parte del país y que pagan impuestos a la nación y a Bogotá más que en ninguna otra parte de Colombia.

Una Bogotá organizada va a permitir el aporte y la inversión del sector privado para construir infraestructura, vivienda, para ofrecer alternativas de empleo y educación. Estoy convencido de que las alianzas público privadas son la solución

Como Alcalde voy a liderar un gobierno que con firmeza y serenidad ofrezca un entorno adecuado para los ocho millones de bogotanos.

La firmeza necesaria para hacer las cosas, para ejercer la autoridad allí donde más se requiere, para tomar las decisiones que los bogotanos están esperando.

La serenidad para tomar decisiones que benefician a todos, para entender que la ciudad no se puede gobernar a bandazos, ni a punta de peleas o descalificaciones.

Este es el acuerdo que espero refrendemos con más de un millón de votos el próximo 25 de octubre. Un acuerdo que nos servirá de carta de navegación, desde el gobierno de la ciudad, en los próximos cuatro años. Un acuerdo que con firmeza y serenidad haré cumplir desde el próximo 1 de enero.