Desde el año 2006, llegó a Colombia la moda de ambientar  la celebración de matrimonios, grados, quince años, celebraciones institucionales entre otras, con la denominada «HORA LOCA»; relajo que va desde las doce y  media de la noche hasta la una y treinta de la mañana.

Álvaro Jesús Urbano Rojas

Primicia Diario

Desde el año 2006, llegó a Colombia la moda de ambientar  la celebración de matrimonios, grados, quince años, celebraciones institucionales entre otras, con la denominada «HORA LOCA»; relajo que va desde las doce y  media de la noche hasta la una y treinta de la mañana.

En un ritual programado se  apaga la luz  y el equipo de sonido. Una espera prolongada  hace que la tensión suba hasta hacerse insoportable; cuando sólo reina el silencio, una papayera descarga la sonoridad de sus redoblantes, bombos y platillos e instrumentos de viento entonando cumbias, porros y fandangos, mientras se lanzan globos de colores y confetis  al centro de la pista. Luego,  se integran los anfitriones con máscaras de plumaje colorido, todos se van integrando  al jolgorio y se forma el desorden. Momento crucial para que los invitados  renuncien a su elegancia y dejen  sus acartonadas posturas. Se desabotonan los cuellos y se dejan de lado corbatas y trajes de boda.  Los animadores reparten sombreros, pelucas, lentes, corbatas, vinchas, narices de clown, collares hawaianos, luces psicodélicas y pulseras  que brillan en la oscuridad, bajo el estrépito de silbatos, maracas  en una agradable innovación festiva, copiada por  emigrantes colombianos de las discotecas españolas donde al recibir año nuevo integran a todos los clientes en un festejo colectivo repartiendo accesorios festivos.  En el Perú  la llaman «VUELTA AL MUNDO» en Venezuela y Ecuador, la «HORA DEL CARNAVAL».

«LA HORA LOCA»  instante cumbre de la fiesta pues  involucra a todos los invitados, así no sepan bailar, la idea es brincar gritar y disfrutar, dirigidos por un grupo de animadores profesionales. Todos cantan y saltan al ritmo de salsa, merengue, reggaetón, samba y rock. Una hora  continua de meniadito, carrapicho, macarena, asereje, baile del gorila, cumbias, porros, pasodobles, vallenatos y sanjuaneros. Los invitados  se desinhiben, se relajan y liberan sus tensiones y energías negativas mientras  sudan los excesos de alcohol.

Según los investigadores del folclor latino, «LA HORA LOCA»   se  conoce en el  mundo como «EL COTILLÓN», una  fiesta con música y baile que tienen lugar  en año nuevo y  el día de los reyes magos. En estas fiestas se entrega a los participantes la llamada bolsa de cotillón que contiene artículos de adorno o disfraz, o juguetes como confeti, serpentinas, matasuegras, etc.

El cotillón proviene de Francia, inventado  en el año 1700 para ser bailado por parejas  en rondas y filas en un gran salón usando máscaras y antifaces, donde los participantes  miembros de la realeza, se juntaban para coquetear con los otros bailarines mediante el intercambio de parejas. En los Estados Unidos, el cotillón conserva las formas de agrupar a sus integrantes intercalando parejas  hasta romper la inhibición mientras bailan  vals,  foxtrot, tango, swing,  chachachá, así como muchos otros tipos de baile de salón.

Necesitamos en las próximas elecciones  de una «hora loca» sin disfraces ni tapujos, donde todos los electores participen en una nutrida fiesta democrática para derrotar a los politiqueros de siempre, despojándolos  de sus caretas y antifaces en juego limpio y  franca lid  entre  el pueblo y  el desgastado clientelismo. La sociedad Civil tiene la palabra necesitamos de propuestas sensatas, incluyente de convergencia, con suficiente fortaleza para derrotar la maquinaria desgastada, politiqueras y corrupta  que tienen sumida a las ciudades en la marginalidad, la pobreza, la desesperanza y el nepotismo.

LA HORA LOCA»  instante cumbre de la fiesta pues  involucra a todos los invitados, así no sepan bailar, la idea es brincar gritar y disfrutar, dirigidos por un grupo de animadores profesionales.