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LAS TIC A LOS CINCO AÑOS DE LA LEY DEL ARCHIVISTA

archivoEl procedimiento y manejo de la información exige enormes compromisos de quienes manipulan los documentos, gráficos y escritos, fuente del pensamiento humano y herencia que se gesta al porvenir, es allí donde  la labor del archivista es imprescindible por ser el salvaguarda y único responsable del patrimonio documental del país

 

 

 

 

José Douglas Lasso Duque

Archivista y Documentalista

Especial para Primicia.

 

Nadie puede negar el avance y progreso ganado por las nuevas tecnologías y específicamente por la informática y en especial el uso de las TIC, del internet y las técnicas digitales, que han hecho de la comunicación humana un gran paradigma que ha alcanzado las más especializadas formas de tratamiento del documento que ayuda como es natural al progreso en el conocimiento, comercial, industrial y los demás medios que divulgan de inmediato los diversos sucesos  acaecidos en el mundo.

La comunicación humana, ha establecido otras formas de interrelación social con el uso de nuevos equipos tecnológicos que han proporcionado vínculos y avances, venciendo obstáculos y barreras que imponían el tiempo y el espacio para entrar en acciones donde la inmediatez para la toma de decisiones establece otros lenguajes y maneras de intercambiar  saberes y conocimientos.

La transformación establecida desde los actuales patrones de la comunicación, requiere replantear el comportamiento que generan este tipo de relaciones y consensuar desde políticas globalizadas los lineamientos al tratamiento, respeto y  protocolo, para hacerle frente a los diversos asuntos que se intercambian por medios electrónicos, ya que los documentos que viajan por la red pueden sufrir multitud de alteraciones si estos llegan a manos de personas que no tengan la suficiente responsabilidad y respeto al documento como forma de crear vínculo.

El fenómeno de la inmediatez en relación con la comunicación tiene dos caras de la moneda, pues así como sirve para establecer acercamiento, economía, tiempo y costo, también puede crear barreras cuando el profesional tiene un mal manejo ético, frente a la información recibida. Existen funcionarios tanto en la empresa pública como privada que hacen mal uso de su cargo, que no han entendido la interdependencia global que establece la modernidad y que lo único que hacen con el egoísmo es frenar el fluir de la información y la interrelación que debe instaurarse entre las diversas partes en pro del crecimiento y fortalecimiento de ese mismo sistema de relación institucional y gremial.

El profesional de las “ciencias de la información y la documentación” en plena posmodernidad, no debe ser una isla aparte que esconde, retiene y no deja fluir la información necesaria para enriquecer y enriquecerse con otros colegas que vibran en concordancia con un mismo fin; de no hacerlo, es posible que pueda fracasar en su empresa y que se excluya al no descifrar debidamente las nuevas políticas tecnológicas que ofrece el mundo globalizado, el cual se encuentra  intercomunicado por sistemas que facilitan, incrementan  y hacen fecundo el mundo.

El procedimiento y manejo de la información exige enormes compromisos de quienes manipulan los documentos, gráficos y escritos, fuente del pensamiento humano y herencia que se gesta al porvenir, es allí donde  la labor del archivista es imprescindible por ser el salvaguarda y único responsable del patrimonio documental del país, por ser el que tiene a su haber el trato debido a esos tesoros que son el soporte escrito y evidencia para leer los derechos  y ver el pasado; al respecto del soporte físico, gráfico y escrito, se debería saber y entender sobre lo que el ministro de las TIC ha venido injiriendo sobre mantener una administración pública sin papeles, cosa que puede causar alguna confusión, entendiendo que esto es una verdad a medias, ya que el documento físico tendrá que seguir existiendo, dado que es necesario para el ciudadano y la empresa privada, los cuales requieren legitimar sus derechos, cosa que no requiere el Estado, pues este se legitima a sí mismo.

El archivista tiene la obligación de  responder a las demandas del Estado y de la sociedad en general, a reconocer que su papel no es pasivo, que requiere de un enorme sentido de la responsabilidad por las fuentes de información que maneja, que debe ser creativo e innovador para hacer más eficaz el manejo del almacenaje y la recuperación del documento en cuanto al contenido, mantenimiento, organización, restauración y la rapidez del flujo de información que los usuarios requieren, además, la tarea que emprenda cualquiera de sus miembros debe estar precedida con ética y pensada en la buena calidad y la cultura del archivista en cuanto al valor de la archivística y el valor de la misma como soporte físico para la investigación, la educación, la ciencia y la cultura, bien sea esta jurídica, administrativa, económica o histórica; a todo esto, el archivista tiene una tarea aún más ardua, y es la de posicionar la información archivística en el ámbito de la educación formal tanto en la parte de la escolaridad como en la universidad, pues esto es necesario para tener una sociedad investigativa que proporcione desarrollos de investigación y creatividad lo que permitirá mejorar los sistemas de vida de la sociedad y del Estado mismo.ARCHIEl fenómeno de la inmediatez en relación con la comunicación tiene dos caras de la moneda, pues así como sirve para establecer acercamiento, economía, tiempo y costo, también puede crear barreras cuando el profesional tiene un mal manejo ético, frente a la información recibida.