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REFLEXIONES PARA LA COMUNIDAD GREMIAL ARCHIVÍSTICA COLOMBIANA

fotiAntonia Heredia Herrera, importante tratadista  de la Archivística del mundo hispano, quien conjuntamente con la científica de las Ciencias de la Documentación, . Emilia Curras, participaron en todos los foros y encuentros de EXCOL 07, en Bogotá. DC.

 

 

 

“…Arduo trabajo enfrenta en Colombia la Fundación “Archiblios” y los gremios de archivistas, que han visto crecer y florecer un régimen normativo y una institucionalización para la conservación total de los archivos,…”

 

José Douglas Lasso Duque

Archivista y Documentalista

Especial 

Primicia Diario

Cuando un grupo de profesionales opta por integrarse a una comunidad gremial, lo hace pensando primero, en una inversión profesional, en la que se espera lograr un estatus, experiencia y seguridad; segundo, hacer eco de su profesión, es decir, trabajar por la conservación del patrimonio documental del país (bien desde las instituciones del Estado o desde la empresa privada) y tercero, comprometerse con las actividades sociales relacionadas con su profesión, involucrándose en acciones culturales, en el crecimiento de otras personas que se encuentran trabajando en su misma profesión y otra serie de manifestaciones humanas que lo involucran en ese colectivo social; es asi pues, que al llegar a estas instancias, se asume una serie de derechos y obligaciones, emanadas de la responsabilidad cultural, como es la que implica la Ley General de Cultura (No 397 de 1997), Ley de Archivos, (594/2000) y la Ley del Archivista, (1409/2010), con sus derechos y obligaciones para todo el país.

La armonía a este conglomerado de personas, comprende una sucesión de principios: respeto, solidaridad y acercamiento en democracia; pero sobre todo, solidaridad y tolerancia dentro de la colectividad, convirtiéndose esto en el eje o columna vertebral de esa sociedad de intercambio a nuevos conocimientos, sin desconocer que cada núcleo tiene una forma diferente y particular de hacerle frente a la vida, sin embargo, cada persona y sus integrantes cede parte del individualismo en pro de un beneficio colectivo;  generando valores puntales que le brindan a la organización su perspectiva, su poder y fortalecimiento de la Visión.

Esta convivencia como es de esperarse, implica tener que readaptar hábitos, costumbres y parte del ego personal, cosa que para algunos no es tarea fácil de compartir espacios, acordar reglas y una serie de convenios que de no ser ejercidos mancomunadamente, pueden llevar a situaciones confrontadoras y lamentables fracasos de la misión y visión propuesta; por falta de responsabilidad frente a la convivencia y a las obligaciones educativas, económicas y culturales acordadas.

Por ello, y para una buena interacción entre los miembros de un colectivo gremial, se debe en primer lugar establecer una comunicación permanente, amplia y suficiente, fundamentada en el respeto, la inclusión de todos con equidad y sin prejuicios y  discriminación alguna de técnicos, tecnólogos y profesiones universitarias, y los que complementan en su afinidad; informáticos, historiadores y conservacionistas, (sin olvidar a los prácticos con experiencia) que como profesionales y expertos ayudan a fomentar el sentido de pertenencia y la solidaridad de quienes se integran para defensa del Patrimonio Documental y cultural del país.

De otra parte, se requiere que las personas que van a dirigir los destinos del gremio (Presidente, Administración y la propia Asamblea de cooperantes), coadyuven sin egoísmo, ni intereses personales, para el logro de una administración ejecutiva, transparente, carismática y de liderazgo incluyendo dentro de esto la agilidad y prontitud en la toma de decisiones, para así ser emprendedores, gestores de educación, cultura y sin ataduras con la academia que los  formo sin desconocer su reconocimiento formador.

Estos aspectos, son básicos para una buena coexistencia y libertad de acción, pero ante todo, es necesario estimular el reconocimiento de identidad y pertenencia; que significa arraigo como grupo gremial, fortalecido con el sentimiento  de unidad, para ayudar a establecer un vínculo humano de hermandad fuerte para hacerle frente al porvenir social y cultural, porque una vez establecidos estos lazos, se crea una identidad de personas que tienen una relación intelectual y profesional, que lucha por un mismo ideal, fortalecidos en la comunicación e intercambio de ideas,  capaces de afrontar los retos de un mundo donde la soledad, el egoísmo y, sobre todo, que la incertidumbre al devenir no logre desesperanza, ni  miedo porque sus integrantes habrán aprendido a sensibilizarse y sobre todo a tener una buena convivencia y crecimiento como gremio archivístico, tal como lo proclama el archivista Ignacio Manuel Epinayu Pushaina, en su escrito: “Recorriendo los Primeros pasos de la Implementación de la Ley de Profesionalización del Archivista Colombiano” (Ley 1409 de 2010).

FORO CULTURA - DilianLa candidata a la Gobernación del Valle del Cauca, se comprometió realizar una acción con los archivistas para recuperar la memoria del departamento. Así mismo anunció actividades de tipo cultural.

 

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