«Por 10 ó 20 mil pesos, los delincuentes están reclutando a niños de 9, 10 u 11 años para que expendan droga”, denuncia el personero
Rafael Camargo
Bogotá D.C.
En un sólo colegio de la Ciudad, durante tres charlas de la Personería de Bogotá sobre prevención de consumo de sustancias psicoactivas y alcohol, dirigida a 576 jóvenes de grados octavo, noveno, décimo y undécimo, 70 estudiantes, de manera espontánea, indicaron que ellos, o algún compañero, tenían graves problemas de consumo.
Durante las exposiciones, 22 jóvenes, a través de papelitos redactados por ellos mismos, pidieron ayuda inmediata para salir de su problema de consumo, y 48 más informaron de la situación que aqueja a algunos de sus compañeros.
Este es el panorama que encontró la Personería durante el año 2015 en 120 colegios públicos y privados que visitó con su programa Construcción de Ciudadano, en los cuales llevó siempre el testimonio de dos personas que padecieron la adicción a la droga y al alcohol y que vivieron en los andenes, sumidos en la indigencia, y resurgieron de ese infierno para advertir a los jóvenes sobre el peligro que las adicciones representan.
En sólo ese colegio del norte de la Ciudad, en un sector de estrato alto, 57 jóvenes más escribieron que habían pensado en probar alguna sustancia, pero que luego de la charla nunca lo harán. Entre tanto, 325 estudiantes manifestaron que este tipo de charlas son imprescindibles y 10 de ellos agregaron que felicitan a los expositores por su claridad.
No hay planes serios de prevención
Ante la situación, el personero Distrital, Danilo Vega Arévalo, dijo que faltan políticas, planes y programas serios en materia de prevención del consumo de sustancias psicoactivas y alcohol en las escuelas y colegios de la Capital.
Agregó que «por 10 ó 20 mil pesos, los delincuentes están reclutando a niños de 9, 10 u 11 años para que expendan droga y, luego de involucrarlos en sus redes de microtráfico, les pagan con sustancias psicoactivas».
Vega Arévalo dio las declaraciones durante la posesión de más de 1.000 personeros estudiantiles, en la que los invitó a promover el lema: «NO, también es una respuesta», frente a quienes les piden que prueben o incursionen en el mundo de las drogas.
Concluyó que «las autoridades aplican planes de rehabilitación para los habitantes de calle, en su mayoría consumidores de droga, pero no existen programas reales para evitar que nuestros niños y jóvenes caigan en el consumo».