La extrema delgadez de Angelina Jolie y la preocupación de sus familiares al respecto vuelven a ocupar portadas de las publicaciones en Europa.
«The National Enquirer». Con larga trayectoria en el sensacionalismo, pronostica un dramático final para el matrimonio Jolie-Pitt: «Angelia se está muriendo». Citan el peso de la actriz, que calculan que estará alrededor de los 37 kilos, y a fuentes del entorno de la pareja que confirman que la también directora sufre anorexia y que le han detectado un cáncer.
La salud de la intérprete suscita desde hace años rumores. El más sonoro: que coquetea desde la adolescencia con los desórdenes alimenticios. Lo reveló el año pasado una de las mejores amigas de su madre, Cis Rundler, quien también recordó que Angelina se automutilaba de joven y que sufrió «bullying» en el colegio. Inspiración en blogs y foros que celebran la delgadez extrema, sus hábitos frente al plato han sido discutidos por la gran mayoría de cabeceras del periodismo del corazón.
Madre de seis hijos, trabajadora, ávida de retos profesionales, esposa de uno de los hombres más atractivos del mundo, activista reconocida casi con despacho propio en las oficinas de la ONU en Nueva York y leona ante la enfermedad, sencillamente, aburre. Y tiene que vender; al fin y al cabo son la familia más entrañable y adorable de Hollywood.