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En el pos-conflicto: BLINDAR EL SECTOR AGRARIO

«Tumaco no puede seguir con el «título» del primer municipio de Colombia con presencia de cultivos de coca. Su realidad tiene que cambiar. Ese cambio se adelanta con presupuesto, inversión social, asistencia técnica e investigación de la mano de la academia y los gremios».

 

Carlos Villota
Especial
Con una radiografía del pasado, presente y futuro de  los departamentos de Nariño y Putumayo alrededor de las bondades del sector agrícola en el marco del posconflicto, tras el Acuerdo Final de La Habana, el senador Manuel Enríquez Rosero, llamó la atención del Gobierno para «blindar» este sector con el propósito de salir al paso a la pobreza y el desempleo en el Presupuesto 2017.
La posición del ex presidente de la Comisión Primera se produjo en la plenaria del senado donde se adelantó el pasado 9 de agosto un debate de control político frente a la construcción del posconflicto, liderado por los legisladores Luis Fernando Duque  y Antonio Navarro Wolf.
«El Presupuesto de Inversión para el sector rural, en vez de reducirse, debe incrementarse con un amplio diálogo con los habitantes desde el territorio, como fruto de la construcción de un posconflicto que interprete la realidad social, económica y geográfica en los departamentos de Nariño Y Putumayo. Hoy, si hay pobreza en Colombia es en el sector agropecuario», comentó
El senador Manuel Enríquez Rosero calificó como una gran equivocación, que en el proyecto de Presupuesto para la vigencia 2017, no alcance ni siquiera un 40 por ciento. Algo que no solo preocupa, sino que deja más preguntas  que respuestas, en la urgencia que tiene el país en la meta que el sector agrícola impacte de manera positiva en el Producto Interno Bruto.
«El Departamento de Nariño está ocupado por el 10.8 por ciento de población indígena, al que se suma 18.8 por ciento de población afrocolombiana. Este grupo poblacional, reclama una paz que se edifique desde el territorio en cabeza de municipios como Tumaco y sus pares alrededor de la costa pacífica. Si no se da ese paso, esa zona de Colombia, sería un escenario propicio para que germine la violencia, ante la ausencia de una hoja de ruta frente al sector agrícola», expresó
El legislador, propuso al Ministro del Posconflicto Rafael Pardo que la firma del Acuerdo Final de La Habana se firme en Tumaco, como una muestra del Gobierno frente al presente y futuro de las regiones colombianas, que requieren la puesta en marcha de un posconflicto diferenciado.
«Tumaco no puede seguir con el «título» del primer municipio de Colombia con presencia de cultivos de coca. Su realidad tiene que cambiar. Ese cambio se adelanta con presupuesto, inversión social, asistencia técnica e investigación de la mano de la academia y los gremios», sentenció.