Un grupo de nutricionistas y dietistas, con identidad y sensibilidad para acabar con la desnutrición en Colombia, recomienda el diseño de una dieta balanceada en nutrientes, acorde con el estado de desnutrición de cada niño, pero respetando sus creencias, el entorno familiar, las costumbres y las rutinas, especialmente una dieta digna.
Libia Manrique de Trujillo
Nutricionista- Dietista, Magíster en S. P.
Directora Organización Nutrir para Vivir
Especial para Primicia Diario
Presidente, Juan Manuel Santos: gracias por lograr la paz para Colombia. Muchos colombianos no la conocemos, quizás tres generaciones estamos a la espera de un futuro lleno de esperanzas y sueños, ilusiones, deseos y ambiciones, que se van a cumplir; los ancianos comienzan un camino con sabiduría, ¡aun con esperanzas y sueños que se van a cumplir!
Usted, por ser una persona decente, con humildad en su corazón, aplicó el conocimiento, que es el único motor de desarrollo y progreso de la humanidad. Su reputación sólida y su sinceridad dieron confianza para el diálogo. «Un ejercicio compartido para encontrar la palabra en común, que expresaba el asunto en común, que interesaba en común». (Platón).
Pero, presidente, el informe conjunto de la Mesa de conversaciones entre el Gobierno y las FARC-EP (enero de 2014) y una publicación de la oficina del alto comisionado para la paz (junio de 2014), al analizar el informe de la RRI, observó que en materia de alimentación y nutrición es importante implementar programas con alta innovación, que ejecuten y garanticen una seguridad alimentaria paralela a una campaña de educación nutricional, que tenga como participantes a toda la población, incluyendo a los corruptos e insensibles. No hay palabra quizá más cargada que HAMBRE, y, sin embargo, es fácil deshacerse de su carga; sentimos hambre dos, tres o cuatro veces al día, no hay nada más presente y constante en nuestra vida que el hambre. Pero para la mayoría de nosotros, nada más lejos que el hambre verdadera. (Martín Caparros).
La Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (Ensin, 2010) en Colombia, dio los siguientes resultados:
Evaluación de desnutrición crónica (niños y menores de 5 años)
Porcentaje de retraso en crecimiento: 13.2 %.
Desnutrición global en Colombia: 3.4 %.
Niños y adolescentes, de 5 a 17 años, estado nutricional: talla, 10 %; delgadez, 2.1 %,
Uno de cada 10 niños y adolescentes, de 5 a 17 años, presenta retraso en crecimiento (prevalencia del Sisbén: 13.4 %); en madres sin educación (24.1 %); indígenas (29 %).
Uno de cada 4 niños, de 1 a 4 años, presenta deficiencias en vitamina A y zinc.
En las zonas rurales hay deficiencia de hierro, y prevalece la anemia.
Teniendo en cuenta lo anterior, desde años atrás los departamentos de La Guajira y Chocó (27.9 % y 15.7 %, respectivamente), acusan graves fallas en asistencia nutricional para los niños y adolescentes.
Los medios de comunicación denunciaron que la mortalidad infantil en esos departamentos es de 40 niños por cada 1000 nacidos vivos. Es una situación expuesta a un flagelo y azote: la desnutrición lenta, perversa, que lleva a un sufrimiento inhumano.
Por eso se debe actuar con rapidez, y proponer nuevas acciones por los Ministerios de Justicia, de Agricultura, y de Educación; el Departamento Nacional de Planeación y entidades gubernamentales. Además, urge la creación de un Ministerio para la Primera Infancia, como lo ha sugerido la directora del CEDE en el servicio académico de la Fundación Éxito, según un artículo de Armando Montenegro.
Elaborar en forma continua nuevas políticas en las entidades enunciadas:
Nombramiento de directivos técnicos e idóneos en salud y nutrición.
Evitar la politización de las entidades públicas.
Vinculación de entidades financieras, como los bancos y otras, a los programas cuyo objetivo sea erradicar la desnutrición en Colombia.
Establecer responsabilidades en la operación, con diseño de metas para cumplir por número de niños y tiempo en conseguir su estado normal de salud, con una evaluación rigorosa e inmediata de los resultados, y aplicar sanciones a los autores de incumplimiento a las metas propuestas.
Establecer nuevas políticas, proyectos y programas de asistencia alimentaria para prevención y disminución de niños en riesgo de desnutrición.
Obligatoriamente, cumplir con un programa de investigación en nutrición. La buena nutrición es asunto complejo, y aún más lo es la desnutrición, si no se concientiza a la gente de la necesidad de adelantar una campaña de prevención, con educación alimentaria y nutricional.
Un grupo de nutricionistas y dietistas, con identidad y sensibilidad para acabar con la desnutrición en Colombia, recomienda el diseño de una dieta balanceada en nutrientes, acorde con el estado de desnutrición de cada niño, pero respetando sus creencias, el entorno familiar, las costumbres y las rutinas, especialmente una dieta digna.
Hay que acabar con el flagelo, y comprometernos a rescatar cada niño de su injusta miseria.
El objetivo primordial es la prevención, pero en los casos de desnutrición sentida es nuestra obligación llevar a los niños a su estado normal, y recuperar el principal y vital derecho humano fundamental, que es la alimentación digna y con buena calidad.
Una vez recuperado su buen estado de salud, seremos conscientes de tantas posibilidades, oportunidades y beneficios de sus derechos como ser humano, merecedores de conseguir la verdadera paz en Colombia.
Por ello, señor presidente, este es nuestro aporte al acuerdo final para lograr la reconciliación entre todos los colombianos. Y por ello estamos comprometidos para votar por el sí en el plebiscito del 2 de octubre.
