Los verbos conocer y distinguir tienden a crear confusión, si no se sabe usarlos en el contexto preciso de lo que se quiere decir con cada uno de ellos.
Jairo Cala Otero
Especial
«A mi modo de ver, algunos ‘corronchos’ manifiestan que conocer a una persona es tener intimidad sexual con ella. ¿Eso es cierto, o no?». Con esta pregunta uno de mis tantos contactos de correo electrónico se manifestó, preocupado porque, según añadió, sus amistades le censuraban el uso del verbo conocer, por la razón que él cita.
Los verbos conocer y distinguir tienden a crear confusión, si no se sabe usarlos en el contexto preciso de lo que se quiere decir con cada uno de ellos.
Conozcamos, entonces, la primera definición que para el verbo distinguir da el diccionario: ‘Conocer la diferencia que hay de unas cosas a otras’. Dicho de otra manera, distinguir es diferenciar a unas personas o cosas de otras.
Distinguir es reconocer a alguien entre un grupo de personas, o de una cosa entre un conjunto de otras cosas. Ejemplos: «En ese grupo se distingue a Roberto, está de camisa blanca con sombrero negro»; «Yo distingo una rosa de un clavel».
¿Nota ahora la diferencia y la connotación del verbo distinguir?
De conocer, que también tiene varias definiciones, se destacan: ‘Averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas. 2. Entender, advertir, saber, echar de ver a alguien o algo. 3. Percibir el objeto como distinto de todo lo que no es él. 4. Tener trato y comunicación con alguien’.
Aquí hay un dato que despeja la pregunta del consultante: con las modificaciones introducidas a la vigésima tercera edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), se incorporó la definición de ‘tener relaciones sexuales con alguien’ para el verbo conocer. Pero, ¡cuidado!, esa es la sexta definición, hay cinco anteriores que significan otros asuntos. Por ello, insisto, hay que tener en cuenta el contexto de lo que se dice. Ejemplo: «Anoche copulé con Alicia, ya la conozco; es buena amante». Especifica lo sucedido, y añade que por eso conoce a Alicia; no la distingue.
Si es en otro contexto, por ejemplo: «Él conoce a muchas personas», es distinto; no significa que un hombre tenga relaciones sexuales con todas las personas a las que conoce. Recuerde: conocer no siempre implica haber estado encamado con alguien.
En esos casos es necesario pensar muy bien lo que se va a decir, antes de meter la pata.
El mismo consultante volvió a comunicarse para preguntar: «¿Es correcto decir ‘Distingo a Pedro de vista, trato y comunicación, pero no lo conozco porque no me he acostado con él’?».
No hay necesidad de hacer esa aclaración, eso es darle más razón a la gente de mentalidad torcida o morbosa. Además, en esa oración el verbo distinguir está mal usado; el que debe usarse es conocer. No se distingue a nadie «de vista, trato y comunicación»; se distingue a alguien o algo como un todo entre otros elementos de igual naturaleza.
Así que el verbo conocer es castizo, puede usarse sin temores. En las expresiones «Yo conozco a Pedro desde hace 20 años, es un buen amigo»; «Ella y yo nos conocemos desde que estudiábamos en la universidad», no significa que el hablante y sus referidos se la hayan pasado en la cama todo ese tiempo. Eso solamente lo podrá pensar un morboso. Insisto: es el espíritu lujurioso de los ignorantes el que hace torcer el sentido de ese verbo.
Bueno, usted ya conoció mejor esos dos verbos. Ahora ¡propóngase la tarea de distinguirlos!
RECONOCER LOS ERRORES, Y CORREGIRLOS
Luego de presentar disculpas por los errores que contenía un artículo suyo, una profesora universitaria pensionada, escribió: «Cometí el error de enviar el mensaje sin leerlo siquiera unas diez veces, como me aconseja un amigo, porque eso de escribir bien es un gran camello. Quizá por ello Calderón de la Barca decía que ‘valía la pena gastar 20 años en pulir un verso’».
