Colombia sufre de trauma emocional, requiere sanar sus heridas, liberarse de sus odios y resentimientos, ya que allí es donde está el potencial que algunos utilizan en diferentes sectores políticos para seguir dominando a la comunidad para que se sometan a través de sus artimañas mercantilistas.
Ana Bolena Zota Mórales
Psicóloga
Especial PRIMICIA.
En Colombia durante más de cincuenta años se ha venido potenciando la victimización como una forma de vida; la cual se ha fortalecido a través de los diferentes actores violentos legales e ilegales, presentes en todo el territorio nacional.
Dentro de las diferentes violencias que se han ejercido en las comunidades se han ido marcando historias que van pasando de generación en generación y que han venido deformando las formas relacionales; llegando incluso en algunas personas a la degeneración comportamental.
En este momento histórico del país, se hace indispensable que se reflexione frente al impacto socio-cultural que se ha ejercido en las comunidades; incluso en algunos sectores poblacionales en los cuales se ha naturalizado la violencia, dicha violencia definida en todo su amplio espectro, como: violencia intrafamiliar, apatía a la participación política, dependencia para la toma de decisiones, pocas habilidades sociales para la resolución de conflictos.
Es importante tener memoria de las diferentes formas de violencia ejercidas por los diferentes actores que van desde el abuso de la fuerzay del poder para el sometimiento de las personas, con escarmientos presenciados por familiares, amigos o conocidos; así como los diferentes tipos de salvajismos de sometimiento, que en su mayoría tenían en componente sexual.
Todos estos eventos han dejado heridas abiertas en las abuelas y en sus generaciones, que han sido transmitidas a través de las respuestas comportamentales de los afectados a partir del suceso, así como en la impronta visceral de los duelos no resueltos, de los odios transmitidos generacionalmente y sobretodo la desconfianza hasta de su propia sombra.
Colombia sufre de trauma emocional, requiere sanar sus heridas, liberarse de sus odios y resentimientos, ya que allí es donde está el potencial que algunos utilizan en diferentes sectores políticos para seguir dominando a la comunidad para que se sometan a través de sus artimañas mercantilistas.
A continuación se encuentra una lista de estas afectaciones emocionales generadas por los traumas de la guerra:
- Repetición del suceso una y otra vez en su mente (pueden ser varios eventos).
- Insomnio / pesadillas con el evento
- Angustia y/o depresión
- Desconfianza persistente de todos y de todo
- Tristeza, llanto fácil
- Cambios de comportamiento
- Cambio en el funcionamiento estomacal
- Necesidad de contar los sucesos una y otra vez
- Negación y/o miedo a hablar de esto que afecta y duele
- Sensación de persecución
- Inestabilidad en las relaciones de pareja
- Violencia intrafamiliar
- Actos sexuales /violaciones al interior del grupo familiar
- Consumo de substancias psicoactivas
Hay muchos niños que han nacido y que viven algo que se denomina “niño de la guerra” porque vio y vivió mucho dolor y destrucción, fueron sometidos a múltiples situaciones de estrés y por ello, es importante que se sanen sus heridas, sólo de esta forma podrá construirse un nuevo país.
Si bien es cierto el concepto de paz, es una situación en la cual el conflicto está presente pero puede ser resuelto a través del dialogo y la aceptación de la convivencia en la aceptación de la diferencia. Es fundamental que si se ha vivido en una experiencia de vida de este tipo, se identifique el tipo de afectación y si considera importante buscar ayuda psicológica para superar el dolor del sufrimiento; de otra forma seguiremos girando en este remolino de odio, victimización y dependencia enfermiza de sus verdugos o de aquellos que se utilicen estos métodos de sometimiento.