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Concejala de Bogotá Ati Quigua: «HE DEJADO MI PIEL SOBRE LA ARENA»

«Desde la visión de la Sierra Nevada de Santa Marta (Chundwua) es el tiempo para mirar hacia adentro, interiorizar la Ley de Origen, aunar esfuerzos por garantizar el derecho natural al sustento, a la vida, al mínimo vital que tienen todos los seres y especies de la tierra a un hábitat seguro y limpio, y declarar la soberanía y seguridad ecológica hídrica y alimentaria como un asunto de salud pública».

 

 

 

 

Víctor Hugo Lucero Carmona  

La concejala de Bogotá y lideresa indígena Iku (Arhuaca), Ati Quigua viene impulsando actividades en defensa de la tierra, del agua y todos los recursos naturales.

Se mostró preocupada por la crisis económica que registran las comunidades a lo largo y ancho del país, haciendo un llamado a las autoridades para atender la necesidad de la gente para evitar que la miseria sea general.

Temas como el agua y la tierra fueron abordados por la concejala Ati Quigua, en entrevista con Primicia Diario que se desarrolló en los siguientes términos:

¿En que consiste el apoyo vital? 

El sistema de Apoyo y Soporte Vital para las comunidades en situación de fragilidad económica frente a la crisis que proponemos, deberá tener en cuenta enfoque diferencial y poblacional. También atender de manera efectiva a la población Wayuú, tantos decretos no han demostrado efectividad para atender a la gente que históricamente ha estado afectada por el terrorismo ecológico corporativo y política cómplice de los gobiernos. El agua es una barrera contra el virus, así como una fuente de vida y sanación… sin el acceso a la fuente vital no existe red social posible, en la Guajira como en muchos territorios por el extractivismo de la megaminería no hay agua, no hay condiciones para subsistir. La geopolítica de la sed y el hambre a destruido la economía de subsistencia de las comunidades locales, las ha empobrecido, solo han dejado enfermedad, servidumbre y esclavitud, los municipios más pobres de Colombia son los municipios mineros. Necesitamos pasar de la escasez a la abundancia y para ello debemos aprender que la inteligencia humana debe cooperar con la inteligencia de la naturaleza. Superar el paradigma antropocéntrico que ha impuesto occidente.

¿Qué opina del manejo que le ha dado a la emergencia la alcaldesa de Bogotá Claudia López?

Opino, que la Alcaldesa Claudia López, al igual que mencionaba el Gobierno Nacional, debe garantizar la inclusión social, la crisis ante la cual nos enfrentamos no es solamente sanitaria, tendrá consecuencias sociales, económicas, y solo con las fuerzas vivas de la ciudadanía será posible hacer frente a los retos para superar esta emergencia.

Es necesario garantizar el empoderamiento de las comunidades y diversos sectores de nuestra ciudad que no pueden verse sólo como objeto de la política, de la focalización humanitaria del gobierno distrital, sino como actores, artífices, «sujetos políticos», capaces de entender, asumir y transformar sus realidades, esto significa superar la doctrina neoliberal y garantizar la universalización de nuestros derechos; frente a ello el Movimiento Alternativo Indígena y Social – MAIS, ha propuesto un liderazgo circular, más femenino, más colectivo, más cercano a la tierra, a los territorios y su gente. Estamos comprometidos con un proceso de acupuntura, sanación, en nuestros cuerpos, comunidades y territorios.

¿El Concejo de Bogotá si está ayudando a la ciudad en la emergencia?

Hemos visto la necesidad de que el sector cooperativo, y otras formas de abastecimiento como los mercados sociales y solidarios que han sido desconocidos en esta crisis por la normatividad extraordinaria de nivel nacional y local, sean mecanismos protegidos y reforzados. Los productos que lleguen allí deben impulsar una alimentación limpia. Para ello desde el Concejo de Bogotá estaré promoviendo una ruta de orgánicos que permita revitalizar y crear suelos vivos, así como reimpulsar y sostener a los mercados campesinos y las huertas urbanas.

¿Se ha sentido discriminada por ser indígena?

Sí, la junta de voceros del Concejo de Bogotá, estableció que yo tenía voz y que no tenía voto como representante del Movimiento Alternativo Indígena y Social – MAIS, por lo que superar la violencia directa, como el desplazamiento, la violencia sexual, el asesinato selectivo a los líderes y lideresas sociales e indígenas, la violencia estructural, como la invisibilización de nuestra agenda política, la discriminación como la minimización de nuestras propuestas del Buen Vivir frente a discursos hegemónicos como el desarrollo, el progreso, la estigmatización de nuestras cosmovisiones producto del colonialismo, la visión eurocéntrica, de la superioridad racial del hombre blanco y la exclusión de nuestras prioridades de la agenda pública

¿Cómo enfrenta esta discriminación?

La enfrento todos los días queriendo desde distintos sectores reducir a un lugar de «pataleo insignificante» la lucha por un territorio con derechos o los Derechos de la Naturaleza, una tierra libre de transgénicos y agrotóxicos, la libertad de nuestras semillas de patentes, el derecho a un aire puro, al mínimo vital de agua, a un hábitat seguro y limpio, relegándonos a una agenda de ciudadanos de segunda, cuando la crisis que enfrenta la humanidad como proyecto civilizatorio nos aproxima cada vez más, a una visión común de futuro. Necesitamos una ética transcultural para aunar esfuerzos por un mundo saludable, justo sustentable y en paz. Hablar de sanar la madre tierra es hablar de salud pública.

¿Cómo enfrentar el tema del agua?

Debemos enfrentar la decisión en la cual se presenta una manera habitual de relacionamiento de nuestras ciudades con el agua, cuya tendencia ha sido desecarla, canalizar, pavimentar, urbanizar, un desprecio a la presencia del agua en la ciudad considerando sus cauces como mero sumideros o basureros. No obstante, frente al actual desafío que representa la pandemia del coronavirus para la humanidad en su conjunto, estamos obligados a estimar al agua. En efecto, por primera vez la humanidad pasa de la amenaza de la vida, a la certeza de un inminente exterminio masivo a manos de un enemigo diminuto, que sólo la estructura química del agua puede combatir eficazmente.

¿Qué invitación formula a la ciudadanía?

Como mujer indígena comprometida con el cuidado de nuestra madre tierra, invito a la ciudadanía a recuperar la memoria hídrica de la humanidad. El mar como la madre, la matriz de la humanidad, invito a todas y todos los ciudadanos de cualquier lugar a interiorizar la ley de origen y crear acuerdos de armonía y convivencia al interior de los hogares, potenciar los rituales de conexión con el agua, con el territorio, trabajar en una salud intercultural con un horizonte saludable, justo, sustentable y en paz.

Nuestro retorno a una cultura del agua requiere repensar no sólo la relación con la naturaleza que hemos heredado de la Modernidad, sino la relación entre nosotros mismos, hacia la consolidación de una sociedad solidaria y cooperativa donde el acceso y la convivencia con los vitales constituya su valor fundamental.

«Necesitamos una ética transcultural para aunar esfuerzos por un mundo saludable, justo sustentable y en paz. Hablar de sanar la madre tierra es hablar de salud pública».«El mar como la madre, la matriz de la humanidad, invito a todas y todos los ciudadanos de cualquier lugar a interiorizar la ley de origen y crear acuerdos de armonía y convivencia al interior de los hogares, potenciar los rituales de conexión con el agua, con el territorio, trabajar en una salud intercultural con un horizonte saludable, justo, sustentable y en paz».