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EN CUBA: LLEGAMOS A LA SIERRA MAESTRA

Ascenso a La Sierra Maestra, lugar desde donde Fidel Castró se tomó el poder en Cuba


 

Texto y fotos Lázaro

David Najarro Pujol

Corresponsal en Cuba

Primicia

 

 

Desde la ciudad de Bayamo, la capital de la oriental provincia de Granma, emprendemos la excursión al Parque Nacional Turquino, uno de los escenarios naturales más admirables de Cuba, y el ascenso a la montaña más alta de Isla, el Pico Turquino, en el corazón dela Sierra Maestra, a 1974 metros por encima del nivel del mar.

A la vista la proximidad del Turquino

 

La ruta Providencia-Turquino es la más larga, agotadora y difícil de escalar, aunque recompensable porque vamos a regocijarnos con paisajes preciosos e inigualables a través de esta cadena montañosa de la región sur oriental cubano:la Sierra Maestra, de impresionantes relieves y elevaciones accidentadas, extensas, impotentes y bellas. Se distingue por su gran variedad de climas y suelos. Es muy agradable por el alto promedio de precipitaciones pluviales.

Pico Turquino, el sitio  más alto de Cuba

 

Tras imponernos a la caminata Providencia-Santo Domingo-Alto del Naranjo, vencemos la primera etapa con la decisión de continuar la marcha hasta el campamento de Flora y Fauna enla Aguadade Joaquín, para luego ascender el Pico Turquino, con la útil, entusiasta, responsable y educativa compañía del guía: Juan Miguel Barbán Concepción.

El Parque Nacional Sierra Maestra, con una extensión superior a las 27 mil hectáreas, se destaca como los picos más altos de Cuba y la exuberante belleza de su paisaje, compuesto por una flora y fauna única, especialmente Monte Fresco.

Parque Nacional llegada en la madrugada

Toda esta zona montañosa abarca tres provincias orientales: Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. Se verifica como la mayor cordillera del país. Bordea la costa sur oriental de Cuba, desde Cabo Cruz hastala Puntade Maisí en una extensión de alrededor de 250 kilómetros de largo por 60 de ancho de esplendidos parajes.

En esta región se encuentran magníficos parques naturales como Pico Turquino, Desembarco del Granma, Santo Domingo-la Sierrita y el Parque Marea del Portillo. Pero nuestra excursión la realizaremos solo hasta el Turquino.

Iniciamos el ascenso. Nuestro andar es raudo. La fuerza disminuye y decidimos un breve descanso al pie una gran roca volcánica que anuncia al visitante que ella: Hace millones de años era larva ardiente en las entrañas de la tierra, donde la presión y el enfriamiento me convirtieron en roca granítica. Un día el sol, la lluvia y el viento comenzaron a modelarme. Poco a poco me desnudan en capas concéntricas, redondeándome como es característico en mi rocosa familia.

Hastala Aguadade Joaquín nos separan 8 kilómetros de ascenso y descenso de montañas. Tenemos la satisfacción de poder presenciar todo este paraje de belleza perfecta. Escuchamos los cantos de las aves: del Gavilán, el Ruiseñor, el Tocororo, el Carpintero, el Zunzún… En Aguada, existen grandes cuencas hídricas receptoras de considerables volúmenes de agua.

Contemplar la función del Teatro de Nubes

Somos afortunados de disfrutar de una mañana soleada que nos ofrece la posibilidad de contemplar la función del Teatro de Nubes del verde bastión y ser testigos de la capacidad extraordinaria que tiene la naturaleza de fascinarnos con el movimiento de las nubes en las cimas de las montañas, especialmente sobre el majestuoso Pico Turquino, rodeado de su cortejo de gigantes.

El día palidece sin poder arribar ala Aguadade Joaquín , donde se hará campamento y recibir, nos promete el guía, el esmerado apoyo de los trabajadores de Flora y Fauna, guardianes permanentes de estos parajes fisiográficos únicos,  con valles entre montañas. Llegamos de noche.

Las personas que radican en la zona: campesinos, trabajadores forestales, arrieros…; tienen una habilidad extraordinaria de acortar la caminata y trasladarse con rapidez hacia Santiago de Cuba o la provincia de Granma. Son raudos al andar y de resistencia incalculable. En sus rostros no se observa ni el más mínimo cansancio.

Temprano en la mañana, a pesa de las huellas de la intensa escalada, todos vamos en busca de la meta: el Pico Turquino. Alcanzamos el Paso de los Monos. El camino está lleno de obstáculos. Nos toma más tiempo de lo calculado por su escalar permanente y tupida vegetación. A nuestra vista el Pico más alto se nos presenta inmensamente hermoso.

El camino está lleno de obstáculos

Divisamos dos picos: Joaquín y Regino. Nos informamos de que a principios del pasado siglo XX, el botánico sueco Erik Ekman , pionero explorador de elevadas cumbres recorrió estos lugares llevando como guías a dos campesinos en cuya memoria nombró estos picos: Joaquín y Regino. El pico Suecia, tercera elevación del parque  también debe su nombre a la actividad de este científico.

Estamos a unos dos kilómetros de «tocar» las nubes con las manos y percibir su humedad refrescante después de un paso rápido entre helechos y gigantescos árboles.

El Turquino es nuestra meta final en esta excursión por las montañas de la Sierra Maestra.Pero lo escalamos. Aquí en la cumbre de la Sierrale rendimos póstumo homenaje al maestro, a José Martí y, entonces, podemos valorar aún mucho más el significado de sus palabras que se puede leer al pie del monumento al Héroes: Escasos como los montes, son los hombres que saben mirar desde ellos, y sienten con entrañas de nación, o de humanidad.

Un paso rápido entre helechos y gigantescos árboles

Lo más aventurado es el retorno a Santo Domingo, presionados por el tiempo y el fuerte aguacero que nos sorprende desde la misma cúspide. Un arriero se brinda para cargar en sus mulos las mochilas de mayor peso y todo lo que pueda obstaculizar el descenso impetuoso.

Las aguas del impresionante y caudaloso río comienzan a subir. Es imprescindible aumentar el ritmo de descenso por caminos resbaladizos para no quedar atrapados en las montañas ante la evidente crecida de la afluyente.

La tarde palidece. Avanzamos a palo de ciego, con la ropa, mochilas y calzados mojados por un camino accidentado. Con la noche encima, el ladrido de los perros en plena oscuridad y el cansancio de la rápida y agotadora marcha llegamos a Santo Domingo.

El trayecto no culmina en Santo Domingo. Nos deparaba un tramo, aunque de carretera, de subidas y bajadas de montañas hasta Providencia, pero con la satisfacción de haber conocido un sitio bello y lleno de leyendas e historias y dispuestos a proseguir en andar por esta Isla mágica y cautivadora.