Los cuidadores deben promover ante la familia la conformación de un plan de respuesta frente a un posible contagio de su comunidad.

Agencia de Noticias UN

Así lo recomienda la profesora Lorena Chaparro, de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia , quien participó en el programa «Salud UNAL Contigo», que viene desarrollando la Facultad de Medicina, para acompañar a la comunidad con información valiosa sobre el COVID-19 durante los días de cuarentena.

«Se sugiere que planeen, en el caso de que se presente una situación de infección en la comunidad, qué van a hacer como familia, con el paciente o con ese cuidador principal que de pronto resulte infectado», explica la docente, quien forma parte del grupo académico de la Facultad que viene trabajando en el proyecto de extensión solidaria «Cuidando a los cuidadores».

Dentro de este plan a futuro son útiles estrategias que suelen ser empleadas por los cuidadores como mantener a mano una carpeta con toda la información del paciente y cuya ubicación debe ser conocida por otros cuidadores, no solo por el principal, en caso de que se deba llevar al paciente a un servicio de urgencia, bien sea por la enfermedad crónica que padece o por su posible contagio con SARS-COV-2, aunque en este caso la primera indicación es comunicarse antes con la EPS.

Incluir dentro de esta carpeta los últimos exámenes realizados al paciente y las fórmulas médicas recientes también es importante para informar al personal de salud sobre los medicamentos que está tomando y su disponibilidad. A esto se deben sumar sus documentos de identificación y los del cuidador, además de una lista de teléfonos de miembros de la familia o de las instituciones que lo están cuidando en ese momento.

El cuidador debe promover también el diálogo con los miembros de la familia sobre qué hacer en caso de un brote de COVID-19 en la comunidad. «Esto nos puede suceder a todos, especialmente a personas con dependencias que generalmente están asociados con enfermedades crónicas y tienen mayor riesgo; es importante que los cuidadores conozcan esta posibilidad», asegura la profesora Chaparro.

Dentro del plan a futuro debe contemplarse, además, un posible relevo de cuidadores, en caso de que el principal se contagie con COVID-19, pues ellos, normalmente, no están acostumbrados a delegar su labor ni han preparado a nadie para hacerlo. La clave es anticiparse y buscar alternativas.

Otra de las recomendaciones de la docente es mantener los datos de contacto, principalmente telefónico, de los vecinos de los pacientes, personas que puedan ayudar en situaciones como el abastecimiento de bienes durante el confinamiento o con orientaciones ante alguna emergencia.

Paciencia, un aspecto a trabajar

«En esta situación de confinamiento la paciencia se vuelve algo que los cuidadores quisieran tener en abundancia. La recomendación es que se tomen medidas de control para prevenir un contagio, aunque no podemos controlarlo todo», aconseja la profesora Chaparro, quien añade que si llega a presentarse la enfermedad ello no significa que el cuidador lo esté haciendo mal ni que deba sentir culpa o una mayor impaciencia.

«La paciencia es algo individual no colectivo», comenta la docente, quien recomienda no tomar de manera personal situaciones como una mala respuesta de los pacientes y tener en cuenta que todos los cuidadores tienen límites, por lo que es necesario distribuir labores con otras personas, por ejemplo, para hacer las tareas que requieren salir de casa.

En ese sentido, cuando la situación los supere y sientan que no tiene fin, los cuidadores deben recordar el valioso para enfrentar la pandemia desde sus labores de cuidado, un aspecto que puede pasar desapercibido en algunos casos.

Lorena Chaparro,es profesora de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia.